Hablar de Tales of Symphonia 2 (lo vamos a llamar así) es bastante complicado, pues es considerada una de las peores entregas de la franquicia, o directamente la peor. Aunque no puedo estar de acuerdo con esto no solo por lo que comentaré sino porque creo que ese “premio” se lo lleva Tales of the Tempest, es fácil entender por qué es de las menos queridas por la comunidad.
Antes de nada, decir que no voy a poner ningún aviso de spoilers, porque sinceramente, si bien me parece un buen juego, un buen JRPG y un buen Tales of, no merece la pena jugarlo, a menos que su predecesor no te importase lo más mínimo o no llegase a emocionarte como sí lo hizo a muchos de los fans.
No merece la pena jugarlo porque el título no llega a nada. O, mejor dicho, no llega a nada como secuela. No estamos ante una obra de baja calidad ni de alta, sino a un juego normal y corriente, sin ningún tipo de pretensiones, que pasa sin pena ni gloria ni el tiempo recuerda. Pero, ¿por qué se ha llegado a este punto, si se trata de la secuela de un JRPG legendario?
Lo primero de todo, a nivel jugable cuenta con todo lo que se le pide a un Tales of. Es un juego de rol y acción con combates frenéticos, rápidos, unas mazmorras algo trabajadas aunque simples, tiene varias artes y habilidades y, en general, cumple. Incluso tiene una mecánica única de captura de enemigos para usarlos en combate, aunque no controlarlos.
Esto rollo Shin Megami Tensei al principio se siente interesante, el poder crearte un equipo con enemigos es algo que no se ve mucho en JRPGs que no se basan en esto (como la mencionada SMT o Pokémon), pero la ejecución no es del todo correcta. Lo primero es que para capturarlos tienes que seguir una regla de la que dependerá tu forma de combatir, pues tiene que derrotar enemigos con al menos cuatro “gemas elementales” que se deciden con los elementos de cada arte.
Es difícil explicar, y como el tutorial del principio es “mucho texto”, la mayoría de veces por no decir todas acabarás capturando a los enemigos sin darte cuenta. Estos, además, no son controlables, por lo que apenas los usarás cuando solamente tengas a Emil y Marta en el equipo. Es una idea que serviría en un spin off o incluso en un Tales of principal original, pero no aquí, en una secuela directa.
El resto de personajes del primer juego, con la excepción de Kratos, son jugables, pero no siempre, van yendo y viniendo, y no los puedes tener como líderes para verlos en el mapa, sino que para controlarlos tienes que entrar en combate, entrar en el menú, y pulsar Start hasta que lo selecciones. Y, por supuesto, la cantidad de artes y habilidades es mucho más pequeña, por no decir que no podrán subir del nivel 50.
Da la sensación de que los han traído porque tenían que ponerlos al ser una secuela, pero es que en ningún momento se siente que aparecen de forma natural, y por desgracia no explican nada de lo que ocurre en el primer juego y sus consecuencias. Sí, hay algunos diálogos que lo hacen, pero te dejan con ganas de más, porque se centran demasiado en cumplir la misión de Emil.
Si Tales of Symphonia se lanzase hoy, Dawn of the New World sería un DLC, una expansión. Porque esa es la sensación que te deja. Y cuando parece que van a explicar cosas importantes, como la del nuevo árbol del maná, te dicen que hicieron una promesa y que no te pueden decir el nombre que tiene. Que es Yggdrasill, pero eso lo sabemos por la verdadera secuela del juego, Tales of Phantasia.
Pero lo peor de todo, sin duda, es el desarrollo de absolutamente todos los personajes que no son Emil y Marta. ¿Vanguard, que querían traer la dinastía de Sylvarant de la que no nos cuentan nada y que solo salen para repetir eso todo el rato y ya? Pues eso, no esperes saber mucho más.
¿Hawk, Magnar y Brute, tres personajes importantes de esta organización? Hawk sale como tres veces y muere de forma estúpida, Magnar al principio parecía que estaba con la Iglesia de Martel y en su segunda y última aparición era fake, trabajaba en Vanguard, y Brute… Bueno, al menos no es un villano muajajá, pero simplemente sale por el final del juego y con el único propósito de cesar Vanguard “porque es que el núcleo malo malo me tenía poseído”.
¿Alice y Decus? Decus solo sirve para ser el esbirro sin personalidad enamorado y Alice únicamente se muestra interesante en su combate final, donde explica por qué odia a Marta aunque se queda en absolutamente nada. Y cuando Richter parecía el único interesante, es un Mithos de Hacendado que quería resucitar a su amigo usando el poder de los demonios. Demonios que existen pero que no nos dan más información.
El problema de esta historia es que quiere explicar muchas cosas, pero solo las muestra. No entra nunca en detalles, y cuando lo hace las respuestas son increíblemente vagas y simples. Sin amor ni cariño ni nada. Pero sin ninguna duda, lo peor que tiene el juego, y que fue el detonante para que todo el mundo perdiera el interés, es…
Cuando era un crío de primero de la ESO recuerdo que esto me tenía flipando. ¿Pero cómo era posible que Lloyd Irving, el héroe del primer juego, el que odiaba tener que hacer daño a los demás, hiciese una purga en Palmacosta en nombre de la Iglesia de Martel? Pues todo esto logran mantenerlo en tensión hasta que llega el momento, porque cuando Lloyd aparece en pantalla algo raro le pasa.
No obstante, todo empieza a desmoronarse cuando llegamos a Meltokio y secuestran a Seles, la hermana de Zelos. En un momento, Lloyd aparece corriendo cerca de Emil y Zelos, y este comenta que ese no puede ser Lloyd por el olor a una colonia que lleva. Previamente, habíamos estado en Flanoir, donde también había acusaciones de que Lloyd había matado a gente, y sorpresa sorpresa aparece un enemigo que también usa una colonia rara.
Entonces sumas dos y dos… Y te das cuenta de que el Lloyd del principio del juego era simplemente un bait, porque no era Lloyd, era un impostor. La resolución deja con un horrible sabor de boca, se siente como una patada. Se le suma a todo lo ya mencionado que no se habla apenas de la discriminación de los semielfos en este nuevo mundo, que Heimdall no existe ni los elfos, que de Derris-Kharlan y Kratos tenemos solo una escena muy pobre, y que se centran tanto en Emil y Marta… Que esto más que una secuela parece un juego hecho con prisas para sacar dinero fácil con el buen nombre de Symphonia.
Sobre los nuevos personajes protagonistas… Marta tiene algo de personalidad, pues si bien parece la típica chica enamoradiza del anime, y tiene varias escenas así, realmente tiene una personalidad muy definida y cuando se tiene que poner seria lo consigue. Tenebrae es el clásico personaje estirado pero sarcástico y divertido con el que te ríes, y Emil es el resultado de que Fei Fong Wong y Cloud Strife tengan un hijo.
Emil es un protagonista interesante, pues lleva su tropo de protagonista con amnesia a un nivel en el que se nota algo de dedicación e interés. No entraré en detalles porque es lo mínimamente interesante que tiene el juego, y creo que no estamos aquí para que os lo spoilee.
Ahora tocaría hablar de otros aspectos jugables del juego, pero para eso creo que es mejor que os deje con un artículo que escribí hace unos años en el que hablo de este tema. Honestamente, esta vuelta a Tales of Symphonia 2 ha sido… Complicada. No es un JRPG que no disfrute jugar, pero tampoco puedo llegar a disfrutarlo sabiendo todo lo que tiene detrás.
Son muchas las buenas intenciones que tiene, y tal vez si no saliesen los protagonistas del primer juego lo vería con otros ojos. Supongo que, al final, lo mejor es jugar a la verdadera secuela, Tales of Phantasia, y soñar con un Tales of Symphonia 3 que nos presente lo que pasó con Kratos y los ángeles de Derris-Kharlan buscando un nuevo mundo donde vivir.
Venga Bandai Namco, haz que ocurra.
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