El pasado mes de marzo nos llegó un videojuego que, con el tiempo, se acabará convirtiendo en una joya oculta del catálogo de Nintendo Switch. Bayonetta Origins: Cereza and the Lost Demon es un spin off de la querida IP de Platinum Games, en la que dejamos atrás los niveles de hack n slash para centrarnos en un mundo semiabierto lleno de puzzles por resolver.
Lo interesante del título es que se vendió como la revelación de los orígenes de la bruja de Umbra, después de que Bayonetta 3 tuviera un pequeño adelanto del título en forma de desbloqueable. Sin embargo, y como podréis intuir por la miniatura del artículo, esto no es más que una estafa, pero antes de pasar a ello, me gustaría antes hablaros del juego y por qué, pese a todo, es una obra entretenida perfectamente disfrutable.
Eso sí, debéis de tener cuidado al leer, pues os encontraréis con spoilers de la historia. Por cierto, si queréis probarlo, que sepáis que tenéis una extensa demo gratuita en la eShop. Bayonetta Origins comienza explicándonos lo que todos sabemos: cómo nació Bayonetta fruto del amor prohibido entre un sabio de Lumen y una bruja de Umbra, y como estos fueron condenados por sus actos.
Es entonces cuando, al empezar a jugar, vemos algo que no se nos había explicado nunca, el cómo Bayonetta (a partir de ahora Cereza para no volveros locos) estaba viviendo con una bruja llamada Morgana y cómo esta la entrenaba para ser una bruja fuerte. El caso es que ella es muy estricta, lo que desanima a una Cereza muy infantil.
Para demostrar su valía, y armada de valor con su gato de trapo Cheshire, atraviesa el bosque de Ávalon, un terreno prohibido donde aquel que entra nunca podrá salir. Además de ello, quiere ayudar a un chico, Lukaon, que se le aparece en sueños, que le promete que, si le ayuda, le ayudará a salvar a su madre (que redundante…).
Una vez dentro, y tras ser atacada por las hadas, las enemigas principales del juego, logra invocar sin querer a un demonio que posee a Cheshire, siendo esta su arma contra estas. Sin embargo, su relación no es que sea de una amistad muy pura, pues por una parte Cereza quiere llevarse bien con él pero el demonio solo quiere volver a Inferno, y con los poderes de Cereza es imposible.
Esta relación se siente realista, pues hay incluso un momento en el que se separan tras una discusión y todo un nivel se centra únicamente en Cereza y sus habilidades, que son bien pocas. No se siente nada forzado, y verdaderamente da la sensación que se quiere trasmitir, la de un demonio y una niña humana.
Los niveles son algo simples e intuitivos, no te vas a rebanar los sesos para resolverlos, pero completarlos, y sobre todo encontrarlos, ya es otro cantar. En una primera partida te puedes pasar el juego al 80% perfectamente, lo que verdaderamente se siente como un título corto, pero como bien dice el dicho, mejor un buen juego de 15 horas a uno malo de 60.
Estos puzzles se resuelven con las habilidades de Cheshire principalmente, pues Cereza lo único que hace es lanzar el muñeco a grandes alturas o realizar un sencillo baile para activar mecanismos. Cheshire es quien se lleva toda la acción, pues entre sus habilidades están: nadar, lanzar chorros de agua, usar su lengua como látigo, desenterrar objetos, descongelar el hielo… Y, como no, luchar.
En los combates controlaremos a sendos personajes con cada stick, el izquierdo para Cereza y el derecho para Cheshire. Puede parecer algo incómodo, pero lo cierto es que te acostumbras muy rápido. El combate, eso sí, es la de Skyrim, machacar el gatillo ZR hasta que muera el enemigo. Lo bueno es que algunos requieren de las habilidades de Cheshire para derrotarles, y Cereza puede paralizarlos temporalmente, pero con el tiempo se hace muy repetitivo.
Y realmente… Esto es todo lo que puedo deciros del juego. La narrativa es como si fuera mediante un cuento infantil, con una narradora y todo, y se siente como un metroidvania por el tema de conseguir habilidades y poder abrir caminos que antes no podías, pero no hay mucho más que decir. Que hay trajes desbloqueables, un árbol de habilidades, coleccionables… Y ya. Poco, pero suficiente.
Aunque me dejo el postgame, que se trata de un capítulo especial de Jeanne, donde aparece el mismísimo Singularity de Bayonetta 3, pero esto realmente solo crea más preguntas que respuestas, como todo el juego en general. Se me olvida mencionar que el juego tiene un estilo artístico precioso y una banda sonora que te llega al alma, pero esto es algo que quiero que cada uno experimente con su vida.
Llegados ya a este punto, tengo que seros sinceros. Si bien Bayonetta Origins: Cereza and the Lost Demon es un buen spin off, un buen videojuego, y sin duda uno de los olvidados del año, este juego no es más que una estafa y un engañabobos más de Platinum Games, y en concreto de Hideki Kamiya, que es quién ha diseñado esta historia imposible de comprender (y la Kingdom Hearts de tener que esperar al siguiente juego para ver si entendemos algo pues como que no aplica).
Ahora, ¿por qué es una estafa? Porque el juego se llama “Origins” y no explica absolutamente ningún origen de Bayonetta. Literal, absolutamente nada. Esta es una lista de todo lo que podrían haber hecho y que no hicieron, y seguramente me habré dejado algo por el camino:
- No se explica por qué Cereza decidió ponerse Bayonetta de sobrenombre.
- No se explica el por qué los sabios de Lumen y las brujas de Umbra se llevaban mal. De hecho tampoco se explica cómo se conocieron Balder y Rosa.
- No se explica cómo Bayonetta hizo el pacto con ningún demonio, sobre todo es molesto por Madame Butterfly, que es su demonio más fiel.
- No se explica quién es en realidad el demonio que poseyó a Cheshire.
- No se explica nada de Lukaon que tenga relevancia con Bayonetta 3 ni con las hadas.
- No se explica cómo Bayonetta se encontró con Rodin y con Enzo, de donde surgió su amistad o su compañerismo.
- No se explica absolutamente nada de las artes balísticas, ni se mencionan ni aparecen.
- El tiempo brujo sale en el combate final, pero sin explicación ni nada. De hecho Morgana reacciona como si supiera lo que es, pero no dice nada.
- Jeanne sale por salir, porque su aparición solo sirve para generar más dudas con Singularity y su apuñalamiento (si sabía lo que le iba a pasar, lo podría haber evitado en Bayonetta 3).
- Para más inri, esta Cereza tiene los ojos azules, cuando siempre los ha tenido verdes. El lunar se puede perdonar porque le puede haber aparecido con la edad.
Lo único que es comprensible es que no explique cómo Bayonetta usa su pelo para invocar demonios, pues eso la desnuda y, por motivos más que obvios, no iban a hacerlo en este juego. Es una verdadera lástima, porque el juego es realmente muy bueno, y hasta te quita el mal sabor de boca del final de su predecesor.
Pero, por desgracia, el juego se queda en una pequeña molestia al saber que uno esperaba respuestas y no obtiene nada, salvo más preguntas. Me duele, porque pese a mi enfado inicial justificando que este juego no era más que un DLC vendido por separado, no se explica nada de su origen.
Y mucho me temo que, después de lo desapercibido que ha salido, de las pocas ventas que ha podido tener, se va a convertir en una joya oculta del catálogo de Nintendo Switch, posiblemente a salvo (de momento) en la eShop, pero que con el tiempo desaparecerá y, aunque no se echará de menos por su falta de relevancia en la historia, maldita sea, es una obra en la que ha trabajado mucha gente, en la que se han depositado esperanzas y ganas.
Muchas obras de Platinum Games se hacen con un cariño que se hace palpable, que se logra sentir porque, cuando haces un trabajo con ganas, se nota. No obstante, su nombre, o mejor dicho, el “Origins” de su título, ha sido su mayor enemigo.