¡Hola a todos y bienvenidos a una nueva entrada del blog! En esta ocasión, será el turno de hablar de Atelier Firis DX (también vale para la edición normal), pues le he vuelto a dar una segunda oportunidad a este juego después de que la primera vez que me lo pasase allá en 2020 no me terminase de convencer y más bien me dejase con un sabor bastante agridulce.
Han pasado unos cuantos meses desde la última entrada del blog, lo sé, pero aquí estoy una vez más y con alguna que otra idea para seguir subiendo a partir de ahora, sobre todo sabiendo que se acerca un nuevo título de Gust (¿Ryza 3?) que será presentado en el TGS el día 17 de este mismo mes. ¡Comencemos!
Antes de nada, me gustaría dejar claro que esto no será un análisis de Atelier Firis, sino más bien un reflejo de lo que ha sido esta segunda toma de contacto con Firis, así como el motivo de que no me gustase la primera vez y el porqué de haberme enamorado de este juego ahora más que nunca en esta segunda pasada. Siempre he tenido una espinita clavada con este juego, ya que sentía que no lo aproveché en su máximo exponente, y me he dado cuenta de que así fue.
Se podría decir casi con total seguridad que Atelier Firis es el juego de la saga que más cambios ha experimentado, ya que es el único (al menos de momento) de mundo abierto, es decir, que te permite explorar todo el mapeado de arriba a abajo en el orden que tú desees y con zonas, además, bastante extensas y diversas. También tiene muchos cambios en el sistema de alquimia, sobre todo con el tema de los objetos que se pueden usar como catalizadores, hasta el punto de ser uno de los sistemas más complejos y profundos de toda la franquicia.
Todo ello unido a la gran variedad de finales que le daban sentido a la aventura y exploración de Firis, probablemente hizo que mucha gente esperase algo más continuista. Me explico. El juego está dividido en tres partes, por así decirlo: tenemos el prólogo, que va desde el inicio hasta que salimos al exterior (tampoco quiero profundizar para evitar spoilers), la parte preexamen (con un límite de tiempo bastante permisivo) y la parte posexamen, donde el juego nos ofrece la completa libertad para hacer todo lo que queramos.
Quizá mi problema en aquella primera vez fue haber dejado el juego al terminar el examen, lo cual es el mayor error que se puede cometer, ya que el juego comienza precisamente al terminar el examen, puesto que es el propio jugador quien tiene que decidir el futuro de la adorable Firis descubriendo los distintos eventos de los personajes acompañantes. Quizá fue también el hecho de haber jugado a cuatro juegos de la saga prácticamente seguidos (trilogía Arland y luego Sophie). Incluso puede que el error fuese una mezcla de ambos, pues no sentí que disfrutase el juego tanto como me habría gustado.
El caso es que al haber jugado esta versión DX (con algunas mejoras y añadidos respecto a la original, pero que sigue siendo la misma experiencia), decidí tomarme el juego más en serio, explorando todos los rincones y completando todos los eventos, así como finales habidos y por haber. He profundizado en el sistema de alquimia lo mejor que he podido, he creado objetos impresionantemente buenos con los que derrotar a jefes de niveles mucho más alto que yo sin ningún tipo de problema y, sobre todo, esta vez si he sentido que he disfrutado el juego tal y como se merece.
Estoy bastante seguro de que aquel que haya jugado a este juego (quizá es el más «olvidado» de la saga, lamentablemente) le ha podido pasar en primera instancia lo mismo que me ha pasado a mí debido a que puede resultar un poco liosa la estructura y objetivo del juego, pero yo os animo a que sigáis jugando para descubrir todo lo que este gran juego tiene que ofrecer. Puede que lo que menos me haya gustado es el sistema de añadir miembros al grupo mediante la taberna y la posada, pues pienso que deberían estar todos metidos e ir ganando experiencia pese a estar sin luchar, aunque, pensándolo bien, que esto sea así da más sentido al tema del viaje de descubrimiento de Firis.
El hecho de ofrecer tantísima libertad una vez hemos terminado el examen, ofrece una sensación de «liberación» jamás vista antes en otro juego de la saga. Poder viajar entre todos los puntos del mapa sin tener que preocuparte del tiempo ofrece una sensación inigualable y el hecho de construir diferentes «vehículos» para un desplazamiento más rápido, tanto en tierra como bajo el agua me parece algo espectacular y que no se ha vuelto a ver en la saga, o al menos no de la misma manera.
Por si fuera poco, todo el tema del arte que rodea a la tetralogía Mysterius me parece, sin duda, el mejor de la saga. Los diseños de los personajes son espectaculares y, si hablamos de la banda sonora en general, no tengo ningún ápice de duda en decir que es la mejor de todas, la que más me transmite esa sensación de estar jugando a un Atelier (claro está, esto es a título personal).
Atelier Firis es, sin ninguna duda, el juego más infravalorado y desconocido de la saga y ahora sí que no puedo entender el motivo. Por si fuera poco, Firis como protagonista es la más entrañable y adorable que hay en la saga y aquí no hay discusión (pese a haber dicho que Lulua era mi favorita, Firis le ha ganado ese puesto en este segundo asalto, lo siento), a la cual es imposible no cogerle cariño desde el primer momento, hasta el punto de llegar a entender cómo se siente su hermana Liane al respecto, ya que muere de adorabilidad por ella.
En fin, no sé si muchos de los que han jugado a Atelier Firis compartirán mis mismos sentimientos, tanto iniciales de «rechazo», por así decirlo, como una vez habiendo profundizado en todo lo que tiene para ofrecernos. Se ha convertido en uno de mis juegos favoritos de la saga y jamás pensé que afirmaría esto con este juego, de eso no tengo duda, y está dentro del top 3 pero no sé en qué lugar exacto. Las segundas oportunidades existen, y este juego ha sido la prueba total de ello. ¡Qué maravilla de juego!
Y vosotros, ¿qué opinión tenéis respecto a este juego? Dicho esto, muchas gracias por leerme, ¡nos vemos en la próxima!
