El mapamundi (u overworld para los ulalá señor francés) es algo que ha desaparecido del JRPG moderno y dudo mucho lo volvamos a ver en alguna nueva entrega de cualquier franquicia que haya podido sobrevivir al 2021. No me malinterpretéis, me gusta mucho el concepto que tienen los JRPG actuales de mapamundi moderno, incluso soy de los pocos que defienden los mundos abiertos gigantes con cientos de secretos por descubrir como en Skyrim.
Sin embargo, creo que el mapamundi es un reliquia del JRPG que no considero obsoleta para nada. De hecho, me gusta mucho, la primera vez que llegas a un nuevo mundo por descubrir (Tales of Symphonia, o cuando en mitad del juego se altera por completo (Final Fantasy 6), ver en una esquina el minimapa me hace sentir… Me hace sentir que hay todo un mundo por explorar.
De hecho aquí también se permite la exploración, pues al avanzar en el juego puedes conseguir naves voladoras o barcos y llegar a zonas inaccesible a pie y que la historia tampoco te dice que vayas, ni siquiera una secundaria que encuentres. Pues no nos volvimos locos mi hermano y yo la primera vez que nos encontramos con Exire… Buf.
Hoy el día el mapa a recorrer es un camino lineal interconectado por varias ciudades, bien sea de todo el mundo (más o menos Final Fantasy 10) o «islas» a las que viajar en barco (Tales of Berseria). No es que esté mal, pero si me das a elegir… Muy bien lo tienes que hacer (Xenoblade Chronicles) para que te acepte más que al mapamundi.
Que sí, comparar las exploraciones de Xenoblade, Final Fantasy y Tales of puede ser un error, no os diré que no. No obstante, aquí seguiré esperando, sentado mejor, a que un nuevo JRPG de una franquicia consolidada vuelva a este estilo. Quién sabe, igual con el tiempo volvemos a esta columna y nos reímos.