A menudo se habla en la comunidad de videojuegos que, a pesar de ser excelentes, tienen poco reconocimiento y son mucho menos conocidos de lo que merecen. Gravity Rush es uno de los mejores ejemplos de ese caso, de juego infravalorado que, por lo que sea, poca gente ha jugado. En este análisis haré mi mejor esfuerzo para explicaros por qué pienso esto.
La mecánica en torno a la cual gira la innovadora jugabilidad de Gravity Rush es el poder de Kat, la protagonista, de alterar la gravedad. Gracias a él podemos ignorar las leyes de la física y movernos por el bonito mundo del juego con total libertad, además de darle otra capa de profundidad al combate que lo hace único. Para acabar con los nevi, nuestra principal amenaza, tenemos que reventar su núcleo, que es el medio que usan para ver; sin él estarán perdidos y se desintegrarán. Las herramientas con las que contamos son simples: patadas normales, con las que no tardaremos en derrotar a la mayoría de nevi terrestres, y patadas de gravedad, que es lo que más tiempo pasaremos haciendo en el combate. Estando levitando en cualquier punto del aire, podemos impulsarnos para asestarle un golpe a un enemigo. Cuanto más lejos estemos de dicho enemigo cuando comencemos a cargar la patada, más daño infligirá. Con los nevi más débiles bastará una para que caigan, pero con los más fuertes o los bosses necesitaremos varias para destruir su punto débil. Otra mecánica con la que contamos es la de hacer levitar cualquier objeto que nos encontremos, desde papeleras hasta conos, para golpear a los enemigos con ellos desde una distancia segura.
Además, contamos con tres ataques especiales que conseguiremos a lo largo de la aventura. Con la Garra Espiral podemos hacer un picado en espiral al centro de la pantalla para hacer pedazos a los enemigos. Este es el primer ataque especial que se obtiene y seguramente no lo usaréis más cuando consigáis otro, ya que como no se puede controlar a Kat una vez activado, es fácil desviarse y acabar yendo a la nada inevitablemente, así que no está muy bien planteado. El Tifón de Gravedad nos permite arrojar un aluvión de rocas en la dirección que queramos, haciendo una gran cantidad de daño en unos segundos; es ideal para batallas contra jefes o contra varios enemigos con mucha vida. Finalmente, el Microagujero Negro invoca, valga la redundancia, un agujero negro que hace desaparecer a los nevi que están a nuestro alrededor; esto lo hace perfecto para cuando estemos rodeados por una gran cantidad de nevi débiles. Cuando usemos cualquiera de estos ataques especiales, tendremos que esperar un poco para volver a usar otro.
A la hora de innovar en videojuegos es fundamental que esas mecánicas innovadoras estén bien implementadas y se aprovechen. De nada sirve tener una característica única si está mal hecha o no sirve para nada. Por suerte, luchar en Gravity Rush no solo se siente muy diferente a cualquier otro título, sino que volar velozmente de un lado a otro para aplastar a tus enemigos es muy divertido y frenético.
El gran problema de la jugabilidad de Gravity Rush está en la dificultad. Cuenta con una única, que es demasiado fácil. Los bosses pueden vencerse rápidamente aunque no pienses mucho en tu estrategia, y que los ataques especiales quiten una cantidad desorbitada de vida no ayuda. Además, en las batallas contra bosses, disponemos de más gemas para regenerar vida y energía de las que podemos contar, lo que hace casi imposible que nos derroten a menos que nos descuidemos mucho. El único reto del juego está en los tres jefes secretos que hay. Sin duda se habría agradecido mucho un modo difícil en el que poder aprovechar al máximo el dominar las mecánicas que nos ofrece el juego. Por ponerle otra pega, estaría bien que hubiese algún boss que se venciese de una manera distinta a la habitual. Nunca diría que el combate es repetitivo, aunque todos los jefes, lógicamente, son diferentes, se derrotan principalmente de la misma manera concreta: con patadas de gravedad a sus núcleos. Las únicas excepciones son un par de batallas en las que tienes que hacer que el boss vaya a cierto sitio, pero esto no funciona muy bien, ya que si el enemigo no está muy lejos, basta con que vayamos con Kat a dicho sitio.
Si pensabas que alterar la gravedad solo tiene utilidad machacando a los nevi, me alegra decirte que te equivocas. La exploración en Gravity Rush está a otro nivel. Al llegar a un nuevo distrito de Hekseville, la ciudad en la que transcurre el juego, es una experiencia fantástica dedicar un rato a perderse mientras buscas gemas preciosas. Estas están repartidas por todo el juego y sirven para mejorar las habilidades de Kat; por ejemplo, puedes aumentar su vida, la fuerza de sus patadas de gravedad o el daño que hacen sus ataques especiales.
Gravity Rush es un juego muy colorido y precioso. Lógicamente no es ningún portento técnico al tratarse de un juego de PlayStation Vita (también está la versión remasterizada de PS4, que es la que ha jugado un servidor); las texturas de las partes inferiores de Hekseville son muy malas y la distancia de dibujado escasa (aunque esto último se disimula muy bien), pero en general es muy agradable a la vista y solo por como luce ya merece la pena moverse un poco por los escenarios. Eso sí, podría haberse aprovechado más el paso a PS4.
Otra motivación para explorar son las conversaciones con NPCs. Os aseguro que no hay ninguna que sea tipo «Que buen día hace» (sí, os miro a vosotros, JRPGs); todas son muy interesantes: desde ampliar la historia explicando como viven los ciudadanos de Hekseville los acontecimientos que van ocurriendo hasta situaciones peculiares y divertidas. Y esto, he de decir, es lo de menos. En todos los lugares a los que vayamos podemos encontrarnos con los Viajeros. Estos son una pareja de desconocidos que, por algún motivo, solo Kat puede ver. Además de ser fácil pasar una zona sin verlos, siendo otra razón para explorar lo máximo posible, relatan una mini-historia muy interesante, además de aportar lore que da que pensar.
También es divertido explorar de manera terrestre, como personas… ¿normales? No realmente, ya que hablo de que Kat puede deslizarse por el suelo a gran velocidad arrollando todo lo que vea a su paso. Merece la pena dedicarle unos minutos a esto solo para ver como se derrumban bancos, papeleras, e incluso personas, a nuestro paso.
Un fallo respecto a la exploración que también afecta al combate es que hay hitboxes que son más grandes de lo que deberían ser. Si habéis jugado a Gravity Rush, seguro que alguna vez os estabais transportando por el aire y os habéis chocado con, por ejemplo, una farola, por culpa de que su hitbox es más grande que la farola en sí, lo que provoca que a veces pierdas el tiempo injustamente. Otro pequeño error es que, a menudo, al llevar a Kat al suelo o a una pared, cae inclinada y no recta, de manera que no puedes andar por ahí, teniendo que volver a levitar y aterrizar de nuevo.
Hay solo tres misiones secundarias en Gravity Rush, con 2 partes cada una, pero cualquiera de ellas es de mucha más calidad que la misión secundaria media en los videojuegos y, en mi opinión, es mucho mejor tener pocas secundarias buenas y que se terminen en poco tiempo que tener cien, la mayoría de mala calidad (hablas con NPC, derrotas al monstruo de turno o coges el objeto que te pide y vuelves a hablar con él), y dedicarles muchísimo tiempo cuando no aportan mucho e incluso dañan la experiencia. Todas ellas amplían la historia y ofrecen retos que no vamos a encontrar en la aventura principal. Completarlas también te dará nuevos trajes para Kat. Para culminar esta redonda jugabilidad, tenemos los desafíos. Estos están distribuidos por todos los distritos de Hekseville y consisten en retos variados en los que, a más puntuación, más gemas preciosas nos dan. Van desde pasar por una serie de puntos de control en el menor tiempo que nos permita nuestra destreza haciendo uso de los poderes gravitatorios de Kat hasta derrotar Nevi lo más rápido posible con ataques especiales ilimitados. Hay una gran cantidad de ellos, no se hacen repetitivos, y son una forma genial de añadir horas al juego y explotar aún más sus mecánicas. La única pega es que no existe una opción para reiniciar mientras haces un desafío: tienes que salir de él y volver a entrar, lo que supone una pérdida de tiempo. También hay que decir que en la versión de PS Vita todas las secundarias y algunos desafíos son DLCs de pago; por suerte, están incluidos en la versión de PS4.
Las misiones secundarias y los desafíos están muy bien, pero ya va siendo hora de hablar de la historia principal: nuestra protagonista es Kat, una joven que despierta en Hekseville sin recordar absolutamente nada de su pasado ni saber qué hace ahí. Pronto descubre que el gato que le lleva acompañando desde que recuperó la conciencia le otorga, de alguna manera, poderes para ignorar la gravedad y volar a su antojo. No tarda en encontrarse con sus primeros problemas y en sentirse atrapada en un mundo que no entiende, pero del que no puede huir.
La trama tiene muy buen ritmo y, sin duda, sabe como sorprender. Es imposible no cogerle aunque sea un poco de cariño a los carismáticos personajes (especialmente a Kat) y sabe cuando ser divertido, tenso o calmado dependiendo de la situación. La música acompaña genial durante los diálogos, dibujados y escritos como si fueran un cómic (hay pocas cinemáticas, en las que, por cierto, los personajes usan un idioma inventado); lo mismo se puede decir con la exploración o el combate. Seguramente olvidaremos la mayoría de temas del juego tres días después de pasarlo, pero cumple su objetivo con creces.
Hay ciertos detalles argumentales que no tienen sentido y muchas dudas que no terminan de resolverse. De hecho, al acabar el juego, es imposible no pensar: «¿Ya?». No porque sea corto, ya que dura entre 10 y 12 horas, más que suficiente, sino porque se dejan muchas incógnitas en el aire. Esto no es necesariamente negativo, pero si te gusta que una historia acabe explicando todas las dudas que van surgiendo a lo largo de la misma, seguramente te deje un sabor agridulce. Sin embargo, el saber tan poco como Kat del peculiar mundo en el que vive y descubrir poco a poco tanto sus rarezas como los problemas que tenemos que intentar solventar hace que siempre tengamos ganas de seguir jugando para avanzar aunque sea un poco más. Ya no solo por la jugabilidad que, insisto, es una delicia, si no por las ansias de saber que va a pasar a continuación, que es bastante difícil de adivinar.
Nunca me ha gustado decir «Este juego debería jugarlo todo el mundo» ya que, por ejemplo, por mucho que a mí me guste mi JRPG favorito, hay personas que son incapaces de disfrutar de este género. Pero con Gravity Rush hago una excepción, porque además de ser un título muy completo, redondo y satisfactorio de jugar, ofrece una experiencia tan diferente a la que nos puede dar cualquier otro videojuego que a cualquiera que haya llegado hasta aquí le recomiendo, como mínimo, probarlo.
Nota: 8.5
También puedes leer nuestro análisis de Gravity Rush 2.