Masochisia es un Survival Horror que enseña de una forma inquietante que el destino es un elemento inevitable y que contra el que no se puede luchar. Edipo Rey en la tragedia griega, pasando por Macbeth, hasta Tom Cruise en Minority Report. Todos ellos han luchado contra el destino y han fracasado sin poder hacer nada por evitarlo
Creado por Jon Oldblood, este Survival Horror mantiene una estructura similar a la de cualquier aventura gráfica. Con el ratón seleccionamos y usamos los objetos que recojamos, mientras movemos el escenario con el teclado. Sin embargo, no esperéis grandes dosis de exploración y puzzles. Masochisia es un título que no se basa en la jugabilidad, sino en una narrativa dura y macabra, repleta de simbolismos ocultos y detalles que traspasan el propio juego y rompen la cuarta pared.
Albert Fish o el vampiro de Brooklin
Masochisia se basa en la historia real de Albert Fish, un asesino caníbal y pedófilo que, según el, violó a casi un centenar de niños y fue sospechoso de hasta 5 asesinatos. Entre estos se encuentra el asesinato de Grace Budd, una niña de 12 años que fue secuestrada, estrangulada y descuartizada en pedazos. Y por si esto fuera poco el propio Albert Fish envió una carta a los padres de la niña donde explicaba como la asesinó, descuartizó y devoró su cuerpo.
En Masochisia controlamos a Hamilton, un hombre que está empezando a sufrir horribles visiones y a escuchar extrañas voces en su cabeza. Su situación cada vez va a peor y las pastillas ya casi no le hacen efecto además de que su estado no parece tener cura. Masochisia sabe transmitir muy bien lo implacable del destino y la imposibilidad de luchar contra el.
La situación familiar de Hamilton tampoco ayuda precisamente. Su padre le maltrata sin cesar y le propina palizas de forma continuada. La madre sufre de trastorno bipolar y tan pronto odia a su hijo como lo trata con el más dulce de los cariños. Su hermano mayor Walter, quien vive encerrado en su habitación atado a una camisa de fuerza y un bozal, mantiene una extraña relación de amor y odio con Hamilton. Además de sentir un inquietante placer y gusto por el dolor y el maltrato físico y psicológico. Todos ellos viven juntos en una escalofriante mansión de la época victoriana, repletas de cuadros extraños que parecen estar observándote a cada paso.
Hamilton tampoco está libre de la misma locura de su familia. Vive permanentemente en su mundo de alucinaciones y escucha lo que el llama la voz de Dios. Un día recibe la visita de un hombre que por alguna razón parece conocerle. Este hombre le indica que deberá adentrarse en el bosque para recibir un mensaje de parte de un «ángel». Su tarea es la de recoger este mensaje y transmitírselo a su padre.
Lo que no se puede cambiar
En Masochisia hablaremos con personajes y según la opción que respondamos cambiará la conversación que tengamos con este. Pero como ya se ha dicho antes Masochisia habla de la imposibilidad de luchar contra un destino ya impuesto. Muchas veces nuestro camino se basa en retrasar lo inevitable. En ocasiones nos encontraremos situaciones en las que todas nuestras opciones serán malas. Otras veces solo podremos escoger una sola opción. E incluso nos encontraremos con que una opción aparentemente bondadosa está bloqueada, obligándonos a escoger la peor opción.
Precisamente en este punto es donde el juego de Oldblood muestra sus mejores armas. Masochisia sabe ponernos en la piel de un personaje desesperado por escapar. Alguien que quiere evitar convertirse en un psicópata a pesar de que es inevitable.
Para ello Masochisia se ayuda de un estilo gráfico en 2D con particular estilo de dibujo y lineas aberrantes que transmiten mucha incomodidad. La ambientación de Masochisia se diferencia entre zonas interiores decrépitas y zonas exteriores con bosques y riachuelos de estética casi onírica.
El diseño de personajes también transmite mucha incomodidad sobre todo a través de sus expresiones faciales con miradas vacías y muertas que parecen no tener expresión alguna. Todo está diseñado de manera perfecta para que perdamos cualquier tipo de esperanza de salvar al protagonista.
En nuestro camino también nos encontraremos con los clásicos screamers que nos harán saltar de la silla. Unos screamers que si bien saben ponernos en tensión, alguno de ellos parece estar puesto ahí de forma gratuita.
El terror a través de la narrativa
La mejor virtud que nos ofrece Masochisia está en su narrativa. Y no solo porque esta sea excelente, si no porque existe una narrativa oculta dentro del juego. Esta narrativa se esconde en códigos hexadecimales ASCII escondidos por el escenario. Esto hace que la historia se transmita de una forma totalmente diferente a la que podemos encontrar en otros juegos de este tipo.
Esto hace que si queremos profundizar a fondo en la historia debamos fijarnos en sus escenarios, recogiendo cualquier pista o código que nos pueda ser útil. Además también nos será muy útil tener a mano un convertidor de código hexadecimal en nuestro móvil o en una página web que nos permita traducir estos códigos. Incluso en la propia pantalla de título y en la descripción del juego en Steam, también se ocultan varios códigos.
Una historia que por cierto se encuentra en Inglés. Algo que puede echar para atrás a aquellos que no dominen el idioma de Shakespeare. También decir que su historia es un tanto corta (alrededor de unas 3 horas) y no ofrece mucho valor rejugable más allá de descubrir nuevas lineas de conversación.
Su BSO sabe complementarse muy bien con su ambientación. Masochisia usa melodías tranquilas con un ritmo de piano lento cuando todo parece estar en calma, pero rápidamente cambia a una melodía inquietante y con voces siniestras en reverso cuando sufrimos un ataque. Además también sentiremos la angustia de su protagonista a través de su respiración agitada y sus latidos de corazón.
Quizás un pequeño defecto es que en alguna ocasión la música se reinicia al cambiar de zona. Un pero que sin embargo no empaña la buena calidad de su BSO.
Ofrece la sangre como sacrificio
Además de una ambientación malsana, Masochisia también tiene escenas escabrosas y con mucha sangre. Aunque en esta ocasión Masochisia se centra más en la consecuencia de nuestros actos en vez del acto en si. Cuando nos encontremos con un acto violento la pantalla se fundirá a negro y solo escucharemos el sonido, dejándolo todo a nuestra imaginación.
Masochisia huye del morbo por el morbo haciendo que seamos nosotros mismos quienes decidamos hasta donde llevar nuestra imaginación y como de sangrientos queramos llegar a ser.
Esto hace que el juego sepa inquietarnos con escenas e imágenes malsanas, pero sin llegar a sentirse desagradable en ningún momento.
Conclusiones finales
Masochisia está más influenciado por el mundo de la novela visual que el de las aventuras gráficas. El juego de Oldblood se desmarca del resto de títulos del género ofreciendo al jugador una historia de terror que desde el primer momento te agarra del cuello con fuerza y no te suelta hasta el final. La historia real del asesino Albert Fish junto a su ambientación y diseño de escenarios, hacen de Masochisia un título recomendable para aquellos que busquen un Survival Horror centrado en la narrativa en donde en vez de luchar contra el monstruo, seamos nosotros ese monstruo.
Lo mejor
- La historia real de Albert Fish está muy bien trasladada al juego.
- Ambientación y diseño de personajes malsanos e inquietantes.
- Sabe transmitir la angustia de estar luchando contra algo que es imposible de vencer.
- Escenas gore que no resultan ser asquerosas.
- Símbolos y códigos escondidos en el escenario que muestran detalles de la historia.
Lo peor
- Está en Inglés y tampoco existe ningún parche de traducción.
- Un poco corto y con escaso valor rejugable.
- Pequeños fallos en el audio del juego.
- Algún screamer que está puesto ahí porque si.
Historia 9
Gráficos 7
Sonido 8.5
Jugabilidad 6
Duración 5.5
Jon Oldblood recoge la historia real de Albert Fish y la traslada al videojuego de una forma más que notable. Masochisia huye de las convenciones de las aventuras gráficas ofreciendo un título con una gran ambientación y una poderosa carga narrativa.