La pasada Fiesta del cine me ha dejado un sabor agridulce. No creo que haya un adjetivo mejor para lo que he sentido en las salas de cine durante estos tres días. A pesar de la satisfacción que he obtenido con la tan esperada obra de Denis Villeneuve, mi percepción ha sido alterada por la decepción. Y no, no ha sido Blade Runner 2049 la causante de dicha decepción si no, la gente que había viéndola, si es que se puede decir que la veían.
Todos estamos de acuerdo en que, las pocas fiestas del cine que tienen lugar a lo largo del año son una fantástica oportunidad para que todo el mundo pueda ir a ver una película y pueda nutrirse de esa esencia cinéfila de la que, muy seguramente, no se nutre muchas más veces al año. No obstante, no todo el mundo está hecho para ir al cine, cosa que he corroborado en esta última edición. Si bien no es de mi agrado acudir al cine en estas fechas porque no me gustan las aglomeraciones de gente, lo que percibí en mi última visita ha hecho que tome la decisión de no volver a ver una película en la gran pantalla durante estos eventos.
No hablo solo de la cantidad de gente que no respeta las instalaciones, la que se agolpa en los asientos con los pies sobre los respaldos y desparrama a diestro y siniestro su bebida y sus palomitas, hablo también de la gente que no tiene respeto ni educación. Y es que, he podido comprobar que la gente que no es asidua a acudir a los cines no respeta a la gente que está en la sala y mucho menos la obra que se está proyectando. A la gente, le da igual contestar al teléfono a viva voz en mitad de la película, como tuve la desgracia de presenciar recientemente ni estar de parloteo con sus amigotes comentando las poco ingeniosas ocurrencias que se le pasan por la cabeza, dejando que toda la sala oiga sus palabras.
De esta forma no hacen más que molestar a los verdaderos cinéfilos o, simplemente a la gente que de verdad quiere ir al cine y durante otros días no se lo pueden permitir, pero que encuentran en estas fechas una oportunidad para poder disfrutar de una película. Definitivamente este tipo de gente te amarga la velada. Está claro que la Fiesta del cine produce grandes beneficios y ayuda a generar cierta cultura cinéfila, en cierto modo, pone en alza el sector. Pero, yo me pregunto: ¿de verdad genera cultura? En mi opinión, no todo vale con tal de generar beneficios y, sobra decir que todo el mundo es libre de ir al cine, pero se debería de tener un mínimo de consideración a la hora de estar en la sala.
No todas las personas saben estar en una sala de cine y mucho menos están preparadas para ver una película de 3 horas. Para eso, es necesario que te guste el cine, que tengas un cierto bagaje cinéfilo y, ante todo, educación. Parece que por el mero hecho de ser ‘barato’ es un plan obligado acudir a ver una película. Y no es un mal plan siempre y cuando seas consciente de dónde vas y cómo te tienes que comportar, ya que, a diferencia de lo que la mayoría se piensa, una sala de cine no es el sofá de casa.
A toda esta situación, hay que sumar la rapidez con la que se agotan las entradas en estas fechas. Si no las compras con antelación, ya te puedes ir olvidando de ver la película que te apetece en la sesión que mejor te venga. Si no eres previsor, solo te quedarán dos opciones: ver la película en las primeras filas, con el consecuente dolor de cuello que eso conlleva o, entrar a una película que no te hace especial ilusión pero que es la que se ajusta a tu horario.
Esta circunstancia provoca que, las películas que se estrenan o que están en cartelera durante estos días, pasen sin pena ni gloria por la historia. Por supuesto, siempre hay excepciones, pero generalmente como a la gente le da igual qué película ver ya que, aprovechan estos eventos para quedar con amigos o salir de la rutina haciendo un plan diferente al que están acostumbrados y, además, económico, las películas no se valoran de igual forma. No es lo mismo ir al cine con la expectación, la ilusión y las ganas de quién lleva un tiempo esperando el estreno de un film, que ir al cine porque no hay otra cosa mejor que hacer ese día. Desde mi punto de vista, las películas que, por desgracia, se estrenan en fechas cercanas a estos eventos, acaban devaluándose. Como ya he dicho, hay excepciones, como es el caso de la ya nombrada Blade Runner 2049 la que, a pesar de poder ser visionada en estas fechas, va a pasar a la historia como una de las obras maestras de la cinematografía.
De lo que no cabe duda, es de que no todas las personas deberían poder acceder a las salas de cine si no tienen un comportamiento adecuado, porque no todo vale en la Fiesta del cine por muchos ingresos que genere. En los últimos años está prevaleciendo el crecimiento económico por encima de la cultura y no hemos de olvidar que el cine es un arte y como tal debe ser tratado, respetado y disfrutado.
excelente articulo, muy entretenido y estoy de acuerdo.