Normalmente la verdad incómoda siempre suele ser la más interesante de todas, el tabú de lo que no solemos hablar siempre representa el juicio de mayor impacto, el que deja paso primero al desasosiego y a la sorpresa después, porque no esconde más que un pensamiento de que finalmente es unánime. Toca volar, como ha hecho Turn 10 con Forza, rindámonos ante la evidencia de que Forza ha adelantado a cualquiera de sus competidores sin que estos se den ni cuenta.
Al echar la vista atrás, Forza Motorsport se trata de la respuesta a Yamauchi. Gran Turismo, como a la mayoría, se encargó de descubrirnos el género de la velocidad que nos volvió unos adeptos año tras año, entrega tras entrega. Sin embargo, cuando Forza pisó el acelerador en la Xbox original me tuve que subir al carro del impacto visual dejando de lado el libertinaje y la fidelidad de la competidora. Forza no se trataba de una simple copia, Turn 10 ponía en una consola-ordenador una respuesta en toda regla.
Desde entonces, con cada entrega de Forza la saga se viene arriba, mientras que Gran Turismo se sume en una profunda parálisis. En un ataque de cinismo por mi parte, voy a alabar lo que critico diariamente, pero la razón por la que Forza no tiene competidora en esta carrera de velocidad se debe al hecho de lanzar entregas a un ritmo endiablado.
El primer Forza Motorsport sentó el inicio, con la segunda entrega se dio el salto de generación algo tímido, pero necesario. Pero ya fue con la tercera entrega donde se asentaron todas las bases y en la cuarta llegó todo el esplendor. Esta misma secuencia es la que está ocurriendo ahora mismo en Xbox One, convirtiéndose Forza en el primer motivo para muchísimo público para tener una Xbox One bajo el televisor.
Con esta nueva entrega hemos llegado a un punto que ya no imagino como se podrá sobrepasar. Cuando me encontré delante de este título corriendo en una Xbox One X, dicho sea de paso, me empecé a cuestionar cuál es la realidad y cuál es la ficción.
Con esta demo de Forza Motorsport 7 pudimos disfrutar de la gran variedad que nos va a poder sorprender el título. Me atrevo a decir que la tormenta de Nürburgring se trata de lo más espectacular que he podido ver en mi vida en una videojuego. Notar cada gota caer en el capó, el cambio en la adherencia del vehículo debido a los cambios en la climatología y sentir la frenada como si estuvieras dentro del propio vehículo es sencillamente espectacular. No se queda atrás la sensación de ir al volante de un Porsche 911 GT2 RS en las arenas de Dubai recorriendo el paso de la montaña de Jebel Hafeet, pudiendo disfrutar de cada una de las partículas que lo componen.
Aquí entra la magia de la bestia, la Xbox One X está hecha para que nos fijemos en cada uno de los pequeños detalles, como los charcos en la hierba, el confeti y cada uno de los granos de una tormenta de arena. Ahora solo nos queda esperar para disfrutar de Forza 7, que llega esta misma semana, y unas pocas semanas más para ver si Xbox One X será capaz de llevar esta misma experiencia a todos los juegos.