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Crítica a Hyrule Warriors: la era del destierro, el fin del ciclo

En 2014 Nintendo presentó Hyrule Warriors para WiiU, un spin off que sorprendió sobre todo al público de la Gran N, ya que la mayoría desconocíamos siquiera qué era Dynasty Warriors. Este nuevo título estilo ‘matamata’ fue una inclusión muy interesante, y con los años recibiría una versión portátil para Nintendo 3DS, así como su remasterización en Nintendo Switch con todo el contenido descargable incluído.

Desde ese momento, el género musou empezó a dar un cambio radical. Llegaron nuevas colaboraciones, como la de Fire Emblem, que añadió importantes cambios en la fórmula como usar más de un personaje a la vez en combate, o la posibilidad de dar órdenes a los controlados por la IA. Koei Tecmo empezó a traer auténticas maravillas del género, como One Piece Pirate Warriors 4, una de las más impresionantes jamás desarrolladas.

Con tal éxito, no era de extrañar que Nintendo siguiese apostando por el musou, realizando una jugada curiosa: realizar estos spin offs, no de sagas, sino de entregas, a modo de precuelas. Si bien no funcionó del todo con La era del Cataclismo al ser en una línea temporal alterna, satisfacía las necesidades de los fans.

Crítica a Hyrule Warriors: la era del destierro, el fin del ciclo

No he tenido la oportunidad de jugar Fire Emblem Warriors Three Hopes, pero por lo que tengo entendido y me han hablado, como musou es también muy bueno. La cosa está en que, cuando salió The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom era previsible que esto acabase ocurriendo, pero estaríamos hablando de El mismo juego 2. Además, estaba el “peligro” de que fuese canon. Ello nos dejaría con apenas once personajes jugables.

No obstante, el equipo desarrollador ha sabido cómo ofrecer una cantidad que satisfaga a los jugadores… En aras de perder calidad. Y es que me duele decirlo, pero Hyrule Warriors la era del destierro, si bien me ha parecido un musou que sigue siendo excelente con una imagen propia en lo jugable, hay elementos que me hacen verlo como mi menos favorito de los tres.

Destierro (vamos a llamarlos así para que la lectura sea más amena y mis dedos no se cansen de repetir palabras) es cantidad frente a calidad, y es que, de los 19 personajes jugables, 10 sobran por completo, y de hecho hay una gran ausencia que seguramente reaparezca como DLC.

Crítica a Hyrule Warriors: la era del destierro, el fin del ciclo

Estos personajes son básicamente dos hylianos, dos gerudo, dos goron, dos orni y dos zoras extremadamente genéricos que no solo no aportan nada a la historia, sino que además se nota bastante que están por un conflicto con el diseño armamentístico del juego. Más adelante entraremos en detalles.

El caso es que Destierro tiene 19 personajes, siendo 9 de ellos los únicos relevantes para la trama, mientras que la primera entrega tuvo 13 en el juego base, 4 gratuitos mediante actualización, y 12 vía contenido descargable. 29, pero si nos ponemos técnicos, podríamos hablar de 30 si excluimos a la gran hada como arma de Link.

Cataclismo tuvo 21 personajes, 3 de ellos vía DLC, y podemos decir sin lugar a dudas que aquí premiaba la calidad de estos. Las nuevas inclusiones se sentían frescas, incluso muchos queríamos que Sogg apareciese en Tears of the Kingdom. Meter a diez personajes completamente genéricos sin alma es algo que no se puede permitir una saga como The Legend of Zelda.

A nivel de historia, Destierro cumple la promesa de ser canon, a la par que sabe que ya has jugado y completado Tears of the Kingdom, ya que el juego empieza directamente tras el viaje al pasado de Zelda, sin dar mucho contexto. Todo lo que se vió en la entrega principal se lo comen demasiado rápido, no da tiempo a digerir algo, y es una lástima, porque la mayoría de capítulos se resumen en “hay que seguir adelante”, sin apenas un objetivo a cumplir, sin giros de guion que sorprendan.

Por otra parte, se ha debatido mucho si el juego iba a ser canon o no. Lo es, pero la pregunta es, ¿ha aportado algo? Absolutamente nada que no supiéramos. Lo único que puede llegar a sorprender es lo de Cálamo, pero si prestas atención, en el momento en que dice “estoy buscando un sitio donde echar raíces” ya sabes quién es.

Hablando ya de los nuevos personajes, estos no aportan nada a la historia. Nada. Solo están para lo mencionado anteriormente, que nueve no quedasen como pocos. Pero para qué vas a añadir si todo es genérico y apenas hay diferencias entre personajes. Lo suyo habría sido darle variedad de armas a los ya conocidos para evitar esta situación.

Crítica a Hyrule Warriors: la era del destierro, el fin del ciclo

Y luego tenemos a Ganondorf… Superar al de The Wind Waker es una tarea titánica, pero superar a los otros dos no tanto. Y aquí volvemos a ver al Ganondorf genérico ‘quiero destruir el mundo’. Uno podría pensar que, al ser una precuela canónica, veríamos más detalles que enriqueciesen el lore de Tears.

Pero no es el caso. Se siente como si hubiesen sacado el juego por sacar unos dineros fáciles con el nombre del juego. Ni explican cómo empezaron a crear Hyrule Rauru y Sonnia, ni explican por qué Ganondorf es el rey y sus planes, y sus dos comandantes, las de las máscaras que esperemos sean Koume y Kotake, desaparecen.

Una oportunidad desperdiciada. Con eso resumiría la historia de Destierro. Y habrá quién piense que un DLC puede arreglarlo, pero si tiene que venir nuevo contenido para arreglar una historia en vez de aportar, resolver dudas o similares, menudo fracaso de narrativa.

Es interesante ver a los jefes de Tears más jóvenes y con diálogos, pero se queda casi en nada. La cantidad de cinemáticas es enorme, no es que estemos hablando de un nivel extremo, pero sí que en más de una ocasión la pantalla se me ha oscurecido por el ahorro de energía de Switch 2 al no mover el mando.

Como conclusión, la narrativa podría ser más memorable. Dar más motivaciones a los personajes, darles más personalidad, no hacer que sean estereotipos andantes. Es difícil cuando tu única referencia es la narrativa de Tears, basada en flashbacks de los que sacas poco, pero este tipo de spin offs están para eso, para soltarte la melena.

Por suerte, a nivel gráfico Destierro nos muestra las capacidades de Nintendo Switch 2 al ofrecer un combate, tanto en portátil como en sobremesa, a 60fps en todo momento. No he tenido ninguna caída de fps, y si la ha habido, habrá sido en un momento extremadamente puntual con animaciones de explosiones y similares.

Pero algo inentendible es que las cinemáticas se muevan a 30fps. Creedme que se nota mucho cuando pasas de 30 a 60, y viceversa. Esto podría ser debido a que el juego estaba pensado para salir en Switch 1, pero igual la confianza de Nintendo le hizo ver que mejor no, mejor hacerlo exclusivo. Total, Switch 1 solo ha vendido cerca de 150 millones de consolas y Switch 2 unas 10 millones.

El estilo artístico es el mismo que el de Cataclismo. No hay mucha evolución gráfica en estos ocho años de Breath of the Wild. Esto puede iniciar el debate de que el juego se sienta como una expansión de Cataclismo, como ocurrió con Tears y Breath. Algo que no tiene por qué ser bueno ni malo, solo un comentario basado en un hecho.

Musicalmente tenemos un caso muy curioso. El primer Hyrule Warriors era muy rockero, Cataclismo era frenético y enérgico. Pero aquí… Es todo más ambiental, más tranquilo. Música que no logra, la mayoría de veces, hacerte sentir que estás en un campo de batalla. Hay temazos, claro, pero muy poquitos.

Crítica a Hyrule Warriors: la era del destierro, el fin del ciclo

Podemos elegir el doblaje que queramos desde el principio, y en resumen todo cumple con la línea editorial de Breath of the Wild. Pero, al final, uno juega un musou por su jugabilidad, y no voy a perder el tiempo diciendo que ya no es lo que era, que ha evolucionado y se ha convertido más en un hack n’ slash con sus propias ideas.

Destierro mezcla lo mejor de One Piece Pirate Warriors 4 y Dynasty Warriors Origins, la posibilidad de tener acceso rápido a habilidades manteniendo R, siendo básicamente la tableta sheikav, pero más personalizable. Por otra parte, las misiones terciarias para conseguir materiales (derrota 800 enemigos, haz dos ataques especiales, rompe cajas…), así como los ataques combinados con otro personaje.

La “narrativa jugable” es la misma que Cataclismo, añadiendo el mapa del subsuelo y el cielo como novedad. Eso sí, aquí los tiempos de carga se han reducido considerablemente. Al iniciar una misión elegiremos a los personajes con los que jugaremos, y podremos emplear materiales para conseguir aumentos de experiencia, subida de la barra de ataque especial, de la velocidad de carrera, durante el combate.

Algunos personajes se nota que han tenido más cariño que otros, siendo los nuevos los más desfavorecidos, con exclusión del gólem caballero y Cálamo. Un avance que tiene Destierro es que rebaja la cantidad de armas para poder centrarnos en unas pocas y mejorarlas. Es decir, no conseguimos armas para luego venderlas, sino acero zonniano para mejorarlas.

Es un gran avance porque aún recuerdo tirarme mis cinco tediosos minutos vendiendo las armas en el Hyrule Warriors Definitive Edition… Ahora, ¿os acordáis de lo que dije al principio sobre las armas y que entraríamos en detalles? Bien. Las armas no varían mucho de espadas, dagas, lanzas, mandobles, arcos y ya.

Antes un personaje podía tener sus propias armas: los libros de Cya, los anillos del Invocante, la morsa de Riju o las maracas de Machín… De Obab (si habéis pillado el chiste ya va siendo hora de tomarse la pastilla e irse a dormir). Ahora, todos tienen acceso a las mismas armas. Sí, algunos tienen las suyas propias, pero otros, especialmente los genéricos, las comparten.

¿Y qué pasa con esto? Volved a mirar el plantel de personajes, ¿notáis algo raro? Exacto: no hay ni un solo antagonista controlable. Por lo tanto, no nos vamos a encontrar con ningún antagonista en combate. En otras palabras, preparaos para luchar siempre contra moblins, goblins, centaleones, y poco más.

Preparaos para repetir las mismas misiones secundarias de derrotar cinco o seis jefes varias veces. No os vais a encontrar con misiones estilo “derrota solo a los que tienen plumas” o “no recibas ni un solo golpe” o “conquista X número de zonas”. Por primera vez en mucho tiempo me he aburrido haciendo secundarias en un musou.

Y esto se debe a que, como no hay ningún antagonista por controlar, no hay variedad. Maldita sea, podrían haber quitado a todos los personajes genéricos y poner a los archidemonios de Ganondorf, al mismo Ganondorf, al gólem ese gigante de cubos, e incluso al gólem de Mineru.

Crítica a Hyrule Warriors: la era del destierro, el fin del ciclo

Ahora, otra misión a la que te vas a enfrentar son las defensas de las zonas. Imagina hacer secundarias tranquilamente, dos o tres, y que te digan “ey, ven a perder el tiempo defendiendo esta zona o en cuatro batallas pierdes el territorio”. Al principio hacen gracia. A la cuarta ya quieres saber el nombre del desarrollador que dijo que era buena idea.

El avance por los mapas es un poco más lineal que Cataclismo, y han reciclado algunos dándoles algunos cambios para pasarlos por nuevos. Pero esto, por extraño que parezca, tiene sentido. Es el mismo Hyrule, por lo tanto, tiene sentido que, con los años, la tierra se vaya reformando.

No hay muchos cambios en lo jugablemente, sigue siendo el mismo musou de siempre que todos queremos, pero hay dos cosas a destacar. La primera es la inclusión de los artilugios zonnan, que si bien son pocos, son una parte más del personaje, es divertido hacer estrategias mientras juegas y, como añadido, está muy bien implementado.

Sí, esto es lo mejor. Los momentos Star Fox han sido increíbles. Son pocos, pero que buenos. Aquí sí hay calidad frente a cantidad. Aunque los jefes finales se resumen en dragones, es algo muy fresco, que cambia la jugabilidad por completo, algo similar a lo que pasó con las bestias divinas, pero con ese toque nostálgico.

Vuelven los kologs, pero gracias a la diosa Hylia son mucho más fáciles de encontrar, y conforme avanzas te van dando más ayudas para conseguirlos. En general, se las han arreglado mucho para hacer que se diferencie mucho de Cataclismo aún notándose que fue la base para hacer Destierro.

Vayamos concluyendo que está siendo mucho texto y estáis siendo unos campeones por aguantar tanto a este nostalfag de The Legend of Zelda temeroso del cambio. Si bien todavía flaquea en aspectos como la narrativa y la historia, sí podemos decir que es un musou de los buenos, de los ambiciosos.

Crítica a Hyrule Warriors: la era del destierro, el fin del ciclo

El juego es un spin off de Tears of the Kingdom que cuenta lo que no quisieron contar en un DLC, y menos mal. Pero lo cuenta todo muy rápido, sin entrar en detalles, sin ahondar mucho en lo que podría ser, y que desaprovecha la oportunidad. Me lo he pasado de maravilla jugándolo, y quiero seguir con el postgame sacándolo todo porque amo el musou.

Y habrá nuevo contenido ya confirmado y un pase de expansión casi seguro, pero lo que creo es más importante, creo que hemos llegado ya al final del ciclo. No de Hyrule Warriors, sino de Breath of the Wild. Van a ser ya nueve años. Nueve años en los que, sí, hemos tenido el maravilloso Echoes of Wisdom, pero también una sobreexplotación del aliento salvaje.

Esta especie de subsaga de Breath of the Wild tiene que terminar. No hay nada más que añadir, nada más que explicar. Continuar sería seguir tirando de un chicle que ya está sin sabor, sin textura, sin color. Ya hemos vivido el experimento, ya hemos jugado con lo que aprendieron del experimento.

Es el momento de terminar el ciclo. Decir adiós a esta Hyrule y conocer una nueva. O igual, volver a apostar por contar historias fuera de esta tierra. Tierras como Koholint, como Termina, Labrynna o Holodrum. Había quién se quejaba de que The Legend of Zelda se había estancado (totalmente falso).

¿No creéis que deberíamos de dejar de estar estancados en este Hyrule? Nintendo, espero con muchas ansias conocer más del futuro de una de las sagas de videojuegos más importantes de mi vida. Gracias por todo.


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Por Sergio Ortuño Fernández

Graduado en Comunicación Audiovisual. Escribo en VidaoPantalla y opino en YouTube. Guionista, doblaje, locución y presentación de radio y TV. Shergiock@gmail.com

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