The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom es uno de los mejores juegos de la historia y es por esto que muchas desarrolladoras intentan recrear una pizca de su maestría en sus títulos. Hoy estamos ante uno de ellos: Star Overdrive, de Caracal Games.
En Star Overdrive encarnamos la piel de Bios, un joven que sigue la pista de Nous, su novia. Para tratar de encontrarla, Bios se adentra en el planeta Cebete. Bajo una ambientación futurista y espacial, recorreremos Cebete a la vez que la trama de este juego. Como parte esencial de su gameplay, Star Overdrive emplea el hoverboard, vehículo de desplazamiento similar a un patinete, y el Kytar, una especie de guitarra-teclado que hace las veces tanto de espada como de catalizador de los poderes que adquiramos durante la aventura en forma de cintas de música.
Existen muchos aspectos de Star Overdrive que resuenan con Breath of the Wild y Tears of the Kingdom: las torres que debemos activar para obtener fragmentos del mapa, los rompecabezas en forma de pequeñas mazmorras, poderes basados en las físicas del juego etc. En todos estos aspectos en los que trata de asemejarse a la épica de Zelda, Star Overdrive falla. La exploración del juego se siente vacía y monótona; las mazmorras, aunque ingeniosas, aburridas; las habilidades basadas en físicas, toscas y mal implementadas.
Para progresar en Star Overdrive tendremos que gastar determinados materiales para crear potenciadores para nuestro hoverboard. Dichos potenciadores modifican tanto la apariencia del hoverboard como sus atributos, algo que tendremos que tener en cuenta, ya que cada zona aumenta la dificultad. Este progreso en la dificultad lo podemos ver reflejado en la pantalla de carga, en la que podremos observar las estadísticas de la zona en la que estemos.
Profundizando en el combate, el movimiento a pie, que es necesario para combatir, es bastante lento y poco ágil. El combate en sí mismo es simple y, a pesar que hayan jefes que implementen más mecánicas que otros, no deja de ser aburrido y uno de los peores aspectos de Star Overdrive. Por otro lado, el concepto de moverse por un planeta a lomos de un patinete espacial está muy bien aplicado. Usar el hoverboard es espectacular y lo mejor del título.
En cuanto a lo visual, Star Overdrive es bastante monótono tanto en sus enemigos como en estructuras o entorno. Habría disfrutado de una mayor variedad y de menos caídas en los fotogramas aunque, con la velocidad que se alcanza con el hoverboard, es algo comprensible.
En definitiva, Star Overdrive es una propuesta ambiciosa, que busca recordar a los Zelda modernos, siendo este su error principal. Si el juego se hubiera centrado más en el movimiento y exploración y no hubiera añadido tantos elementos secundarios, estaríamos ante un gran título. Pero el caso es que estamos ante Star Overdrive y, por ende, ante un juego cuyas ambiciones no llega a alcanzar.