Ahora que se nos ha pasado la resaca del último State of Play y, analizándolo en frío, creo que puedo decir que el State of Play es el peor evento de videojuegos y se debe a que Sony está demasiado acomodada. Vaya por delante que este artículo es una opinión completamente personal.
El State of Play son promesas, trailers y poca magia
Si nos paramos a analizar concretamente el último State of Play (y lo podríamos extrapolar a cualquiera de los más recientes), empezó con un trailer de Monster Hunter, un juego por el que hay muchas ganas, pero que hemos visto en todos los eventos, con un lanzamiento a dos semanas vista e incluso lo hemos podido jugar. No es un mal tráiler, y mucha gente no tendrá queja de verlo de nuevo, pero no sorprende y no es manera de empezar con fuerza en un evento de este calibre.
Posteriormente vimos una retahíla de trailers de juegos que ya conocíamos; incluso la mitad de los juegos del anterior State of Play volvían a aparecer. Y por último, volvían a repetir la jugada de, tras un insulso evento, acabar con un buen anuncio para ver si así conseguían dejar un buen regusto final a los usuarios.
Si os soy sincero, ya no me sirve acabar con un megatón después de cuarenta minutos prácticamente malgastados. Confieso que no todo está para tirar, pues se dieron muchas fechas de juegos que conocíamos, y eso siempre es positivo, además de algún tráiler interesante. Pero teniendo en cuenta que el evento dura entre 40-45 minutos y hubo un par de trailers que me interesaron de un minuto de duración, podéis echar las cuentas.
En los últimos años, Sony ha realizado una media de tres State of Play al año (algunos de ellos centrados únicamente en algún juego first-party que iban a lanzar), relegando esta generación a únicamente dos PlayStation Showcase, lo que vendría a ser el evento más importante en la casa Sony, y no se puede decir que fuesen muy buenos ya, pero obviamente tienen mayor magnitud que el State of Play. Solo recuerdo el mejor de los últimos: el del anterior al lanzamiento de la PS5 por aquel ya lejano 2020, y se le podía achacar que apenas nos dieron fechas de juegos, solo ilusiones con las que engancharnos.
El cuestionable legado de Jim Ryan deja, por el momento, la peor generación de PlayStation
Habrá mucho fanático que no esté de acuerdo con mis afirmaciones, pero nos encontramos ante la peor generación de PlayStation en cuestión de juegos. Ni siquiera hablo de exclusivos porque creo que el futuro pasa por el multiplataforma si hay que rentabilizar desarrollos de tantísimos millones; Microsoft ya lo vio y adoptó esta estrategia. Sony asoma la patita cada vez con más lanzamientos en PC, ¿pero llegaremos a verles hacer lo mismo que a Xbox?
Es un hecho que, de momento, los juegos first-party de Sony son exclusivos y suelen ser los juegos de mayor calidad de su plataforma. A partir de aquí, Jim Ryan, ex CEO de Sony Interactive, tomó una ristra de malas decisiones para el consumidor.
Para empezar, viendo las buenas ventas de la consola, subió el precio a mitad de generación con la excusa de los microchips y la situación global actual, algo que no había sucedido con anterioridad. Con el pretexto de sacar beneficio a estos desarrollos hipermillonarios que comentábamos antes, en vez de sacar sus juegos de lanzamiento en PC o incluso en otras consolas, su opción ha sido lanzar de prácticamente todos sus títulos remasterizaciones, quitando tiempo a sus estudios e intentándonos vender el juego por segunda vez (e incluso tercera en algunos casos como The Last of Us). Claro que es lógico que intenten rentabilizar sus IPs, pero lo más obvio sería con secuelas u otros productos, no de esta manera. E incluso, en el State of Play de hace unos días, anunciaron una remasterización de Days Gone cuando ni siquiera dieron luz verde a su secuela por bajas ventas, llega a un punto que parece una guasa.
Eso sí, el mayor destrozo que ha dejado Ryan es poner a sus estudios a desarrollar hasta 12 juegos como servicio. Es de estar muy ciego y no entender a tu público. Decirle a los inversores y accionistas que estás haciendo juegos como Fortnite es realmente atractivo, y es cierto que son el grueso de ingresos actuales de la industria. Pero Sony, con tantas consolas en el mercado, también vende una cantidad ingente de videojuegos single-player. God of War: Ragnarok, por ejemplo, lleva más de 20 millones de ventas, y la saga Spider-Man lleva más de 30. Los juegos como servicio consumen el tiempo de los videojugadores, que pueden dedicar la mayoría de su tiempo solo a un par de estos. Así, ¿cómo se le ocurre querer lanzar tantísimos juegos como servicio? Está claro que muchos no atraerán al público general, además de que los que actualmente atraen mucho dinero, como Fortnite, llevan mucho tiempo asentados y con un público generalmente fiel.
A febrero de 2025, la mitad de esos juegos ya se encuentran cancelados. Otros como Concord han sido lanzados, cerrados y posteriormente clausurado su estudio, y sus pobres trabajadores en la calle por las pésimas decisiones de señores trajeados que no conocen la industria. Esta parte, claro, es la peor, pero también nos afecta a los jugadores directamente. Hacer esto ha provocado que muchos de sus estudios hayan perdido años de desarrollo con estos juegos y ahora sus siguientes lanzamientos se encuentren a años luz, privando a los usuarios de grandes videojuegos y aventuras esta generación.
Son el caso de Naughty Dog desarrollando un multijugador que no llegó a ver la luz, o Bluepoint desarrollando un multijugador de God of War. De verdad, ¿quién había pedido estas cosas? No he visto a un solo usuario contento con estas decisiones. La gente quiere ver a Kratos y su historia contra los dioses, no jugar a otro multijugador genérico. Además, más pena da este caso, ya que parecía que por fin Bluepoint se habría ganado el derecho a hacer su propio juego tras un gran remake de Demon’s Souls o la remasterización de Shadow of the Colossus.
PlayStation se encuentra en piloto automático, sin rivalidad a la vista
A pesar de todo esto, Sony no parece estar haciendo absolutamente nada por poner remedio a estas malas decisiones. ¿Está financiando otros desarrollos aunque no sean propios? ¿Están ya dejando a sus estudios libertad y creatividad? ¿Dónde está un PlayStation Showcase, aunque sea sin fechas a largo plazo, prometiéndonos ahora sí juegos buenos y de calidad? Son solo algunas de las muchas preguntas sin respuestas y que a priori parece que no tendrán pronto, porque Sony se encuentra acomodada y conformista en un trono que parece nadie va a bajarle.
Repasando los hechos más recientes: Sony anuncia que llevan 75 millones de PlayStation 5 vendidas; su competencia directa, Xbox (porque Nintendo está sola en otra liga), lleva vendidas la mitad; Xbox decide ser más desarrolladora y ahora sus lanzamientos serán multiplataformas, incluido PS5.
Entonces, ¿por qué iba a cambiar de rumbo PlayStation? Pues por ningún motivo, siendo sincero. Obviamente la culpa inicial es de estas megacorporaciones cuando hacen algo así, pero nosotros, como usuarios, sí que tenemos algo de culpa, una pequeña parte de la que no podemos eximirnos, y es que somos muy poco exigentes. Con estos eventos que nos hacen perder el tiempo, con que nos suban el precio de la consola, con que no saquen juegos… Pese a todo esto, siguen vendiendo consolas como nunca, aunque si analizamos los juegos por generación, seguramente esta sea una de las más flojas en este sentido.
¿Estamos conformes con esto?
Sony parece estar en piloto automático, pero como usuarios, ¿no deberíamos exigir más? Si seguimos comprando consolas y aceptando eventos como el State of Play, ¿estamos realmente contribuyendo a una industria mejor? La situación es clara: sin competencia de calidad, Sony seguirá sin innovar. Es hora de que los jugadores se levanten y demanden lo que realmente merecen: juegos que dejen huella, no promesas vacías. La pregunta es, ¿estás dispuesto a esperar una generación más de conformismo?