Uno de los primeros lanzamientos de Nintendo Switch este 2024 va a ser Another Code: Recollection, un remake que trae de vuelta las dos entregas de la saga de Cing que se estrenó originalmente en Nintendo DS así como su secuela en Wii. Este remake promete nuevo contenido, nuevos puzzles, secuencias, doblaje en japonés e inglés, así como más horas de duración.
Y este será un factor muy importante, ahora os explicaré por qué. El caso es que, enamorado por completo con la portada del juego, que me parece TOP 3 mejores portadas de juegos de Nintendo Switch junto con la de Triangle Strategy y Bayonetta Origins, he decidido reservar ya el juego para tenerlo (ya que además sale por 47€, el precio que todo juego de Nintendo debería tener) y jugar los originales para hacer las comparaciones y, en parte, para disfrutarlo mejor.
La demo del título ya está disponible, pero antes de jugarla, decidí pasarme la obra original de Nintendo DS para ir más preparado. Y cual fue mi sorpresa al ver que lo que prometía ser una joya de la consola, un olvidado entre su gran catálogo de joyas ocultas, de los creadores de Hotel Dusk al que tanto amo… Resultó ser un juego algo meh, una especie de campo de pruebas para ver las capacidades de Nintendo DS.
No me malinterpretéis, no creo que Another Code: Las Dos Memorias sea un mal videojuego ni algo que no merezca la pena ser jugado. Creo que es un juego muy de su época, pero aún así creo que si hubiese pagado más de 20€ por él, no me habría sentido estafado, pero sí algo decepcionado con varios factores que afectan a la experiencia.
No os preocupéis porque no voy a soltar spoilers del juego, pero sí será necesario que hable vagamente del final, no explicando qué pasa ni qué es el Another Code ni nada de las memorias, pero sí tengo que comentar ciertas cosillas que afectan al punto más fuerte del juego: la historia, pues estamos ante una aventura gráfica.
De hecho lo voy a soltar ya. ¿Sabéis eso de “todo iba bien hasta que llegué al final”? Pues básicamente eso es lo que ocurre en el juego, te ponen con un fantasma, D., que no recuerda nada, te empiezan a hablar de que algo ha ocurrido, que aparentemente no ha salido tan bien como esperaban, que algo pasa, y te mantiene con ganas de saber cuál es el desenlace.
Pero, una vez llegas al final, todo es muy apresurado. La explicación es increíblemente tosca, vaga, perezosa. No deja ningún buen sabor de boca, no se resuelve nada que se te acabe quedando en la memoria (juro que lo he escrito sin pensar) y, en general, sientes que has perdido cuatro horas en una entrega algo simplona y sin mucho carisma.
Porque esa es otra. ¿Os acordáis de lo que le pasó a Resident Evil 3 Remake en los análisis con su duración? Pues de acuerdo a la demo esto no tendría que pasar, ya que las escenas de vídeo añaden más tiempo, pero en el juego original, sin saber absolutamente nada, sin mirar la guía en ningún momento (los puzzles son más de anotar al lado en un papel algunos números y nombres en vez de ser difíciles), te lo puedes pasar en menos de 4 horas.
Sin embargo, algo que tengo que reconocerle al juego es que, dependiendo de si has explorado toda la mansión, interactuando con todos los objetos importantes, tienes un final u otro. Uno bueno y otro malo, lo cual he de decir que se agradece, le da algo de rejugabilidad, y en su momento puede ser algo rompedor para un juego de Nintendo.
Pero, por lo demás, la historia se queda en nada. Todo se resuelve muy rápido y deja un sabor bastante agridulce. A ello se le suma la jugabilidad, que la parte de exploración la cumple, pero sorprende que teniendo a D., que es un fantasma, no puede traspasar paredes, principalmente porque nunca le controlas. Literalmente solo te persigue para tener otro personaje con el que Ashley pueda hablar, y no se aprovecha nada el hecho de que sea un fantasma (hasta se hace una referencia a esto en el remake).
En cuanto a los puzzles, estos son bastante fáciles, no hay ni uno solo que te rompa los sesos, aunque sí aprovechan al máximo las capacidades de la DS con la doble pantalla, el micrófono, y con el hecho de que se pueda cerrar la tapa. En eso hay que reconocer que cumple y bastante. Lo que no cumple es el diseño de niveles, pues la mansión no se siente como una mansión, sino como dos o tres pasillos con habitaciones y ya.
No es que la mansión Edward deba ser la mansión Spencer de Resident Evil, pero no se siente viva. Tú ves el mapa y lo ves más como un nivel diseñado por obligación para hacer un videojuego mas que para hacer un mundo vivo y con carisma. Insisto en que esto puede deberse a que querían que este juego fuese más bien un campo de pruebas para otras obras, como el maravilloso Hotel Dusk: Habitación 215, pero el tiempo lo ha dejado en evidencia.
Another Code: Las Dos Memorias no es que sea una basura infumable, pero sí está bastante lejos de ser esa obra maestra de Nintendo DS que destruya las mentes de quienes lo juegan, en el buen sentido. Es una aventura gráfica del montón, ni buena ni mala, que está ahí, que no hace nada, y que posiblemente el tiempo, como el vino, le haya dado algo de valor.
Pero una vez te pones a jugarlo y lo ves con espíritu crítico, que no de “analisto” u “odiador”, te das cuenta de que, sí, visualmente es muy bonito, las ideas son interesantes, la historia tiene buenas intenciones, en general se siente como un videojuego que quiere demostrar que tiene calidad y que no se ha hecho con malas intenciones de ganar dinero como “aquel día anterior”.
No obstante, se queda en serio. Cuatro horitas de juego que difícilmente se te quedarán grabadas en la memoria (esta vez sí lo he pensado antes de escribirlo). Jugaré a la secuela de Wii muy pronto y también hablaré de ella, y solo espero que este remake me haga ver al juego con otros ojos.