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#AñoTalesOf Análisis de Tales of Destiny DC, el sino de tu búsqueda

Una de las entregas más queridas en Japón de nuestra saga favorita es Tales of Destiny, el primer cuento en salir del país nipón para llegar a las PlayStation americanas. Esto ocurrió allá por 1997, y nueve después, en pleno 2006, con una PlayStation 3 a punto de salir a la venta, Bandai Namco lanzó un remake completo del juego… Para PlayStation 2.

Un movimiento algo extraño, aunque cosas más raras se han visto, no es como si hubiesen lanzando un simple remaster de una entrega de hace 20 años con problemas que no deberían existir en una consola más potente y capado a 30fps… Espera un momento…

Fuera bromas, me lo he pasado bastante bien jugando a Tales of Destiny DC, se nota muchísimo el cariño y ojalá algún día otras entregas clásicas como Phantasia o Eternia tengan una adaptación así. Si bien no deja tan al original obsoleto, pues hay momentos de la historia que no salen (como “eso” del jefe final), sí puede ser una puerta de entrada para disfrutar de esta historia.

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De hecho es más, creo que a quienes les guste en general el JRPG esta puede ser un buen inicio en la saga. Gracias a Life Bottle Productions, a quiénes entrevistamos hace poco, ya podemos disfrutar de esta obra en perfecto inglés, sin ningún fallo y siendo una traducción muy profesional (como siempre hacen, sobra decir).

Tales of Destiny DC cuenta además con una campaña extra centrada en Leon y su psique interior, que aporta algo más de profundidad al personaje, aunque es posible que jugablemente no sea una prioridad tras pasarse la historia principal. Más adelante entenderéis por qué os lo digo.

La historia comienza con nuestro protagonista, Stahn, que está de polizonte en una nave que, casualmente, está portando una espada mágica capaz de hablar. Estas espadas se conocen como Swordian, y únicamente pueden escucharlas quiénes son sus maestros. Esto da para muchas posibilidades, pues el resto de miembros del equipo no pueden escucharles.

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Sin embargo, y por desgracia, se quedan en posibilidades, pues si bien se menciona en las skits, nunca llega a ser un peso enorme en la narrativa. Más adelante nos encontramos con Rutee y Mary, siendo la primera de ellas una maestra de Swordian. Tras un malentendido logran escapar de la nave y empieza la aventura.

La historia está verdaderamente bien, llena de personajes muy variopintos y giros que uno no ve realmente venir. De hecho la mayor sorpresa en Stahn, el protagonista, pues es todo lo contrario a lo que solía ser un protagonista de JRPG de aquella época. Donde había personajes más serios, más “edgy”, que saben cuando ponerse bromistas y cuando no, Stahn es simple y llanamente un chaval que no se entera de nada.

Lo curioso es que mientras todos los personajes de la pandilla entienden qué pasa y qué va a ocurrir, Stahn solamente se entera de algo cuando alguien está en un verdadero apuro. Por lo demás, el peso del protagonismo recae más en Rutee que en él, y es algo que uno sabe apreciar tras tantos años jugando JRPGs con personajes ya asimilados.

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La historia, que no lo he comentado, puede parecer muy genérica al principio: un grupo de malos han robado un artefacto con el que pueden reconstruir el mundo y castigar a los humanos porque… Y tenemos que ir a recuperarlo, pero luego resulta que había otros malos y sigue la historia.

A Tales of Destiny le pasa algo igual a Tales of Arise, la historia no es el centro de la narrativa, sino que lo son sus personajes. A todos se les acaba pillando mucho cariño, a unos más que otros claro (Kongman sobra bastante), pero en general son ellos quienes mueven la trama y a los que quieres saber qué les va a pasar.

De hecho, como curiosidad, en la versión original de PlayStation, menos los maestros de Swordians, el resto son personajes desbloqueables. Aquí no, aquí, salvo una de ellas que es secreta, se unen a la pandilla en momentos concretos. Supongo que lo harían porque en la saga, y para el JRPG en general, para ese entonces, tener varios personajes secretos ya no era un reclamo muy interesante.

Visualmente el título es una joya, ya lo estaréis viendo en las imágenes. Es de esos pixel art de la PS2 tan cuidados, fluidos y limpios que molan tanto. Además de ello, hay muchas animaciones de ataques o hechizos durante los combates, recordando a una especie de predecesor del HD-2D, que por cierto ojalá Bandai Namco lo adapte para algún remake o remaster de entregas anteriores.

Un detalle del apartado visual que no termina de convencer es que siempre vamos a tener los títulos de las skits en pantalla en todo momento. No son tan molestos hasta que te acostumbras, pero sí es verdad que no tiene mucho sentido tenerlos en pantalla cuando ya los has leído, salvo tal vez la skit que te dice a dónde ir.

De nuevo, Motoi Sakuraba y su equipo hacen un trabajo legendario con la banda sonora, con temas que llegan al corazón y son bastante emotivos, así como activos, frenéticos… Hay una enorme variedad. Pasamos ya a lo que viene siendo uno de los puntos más importantes de un JRPG, su sistema de combate.

El Enhanced Linear Motion Battle System fue el sistema de combate de la entrega original, y aquí regresa con un lavado de cara que, si bien mantiene el mapeo de controles clásico de la saga, aquí se añaden los puntos CC, que os recordarán a los rombos azules de Tales of Arise, pues es algo muy parecido.

Aquí no tenemos puntos de maná, por lo que la única forma de curarnos fuera de combate es usando geles o pociones especiales que no se pueden usar en combate, para tener una alternativa que haga más accesible la aventura. Esto se debe a que los ataques especiales cuestan puntos CC en vez de maná, y estos puntos van agrandándose conforme subes de nivel.

De esta forma, la posibilidad de hacer combos es más estratégica, especialmente si juegas con otra persona. Realmente es un combate muy frenético, muy divertido, sin momentos injustos, y con jefes muy desafiantes. Salvo uno en concreto, todo se siente como que, si pierdes, sabes que no ha sido por culpa del juego.

En general, Tales of Destiny DC es un buen JRPG, un Tales of muy bueno, y además una genial entrada en la franquicia para quiénes no han jugado nunca una entrega, o se iniciaron con Tales of Arise. Con una duración de unas 25 horas, dependiendo de cómo juegues y la dificultad, solamente nos queda rezar para que Bandai Namco nos traiga un recopilatorio con este juego y su secuela para jugarlo de forma legal en la actual generación de consolas.

Por último, deciros que existe una segunda campaña, la de Leon Magnus, pero esta campaña es volver a jugar el juego otra vez, al menos una gran parte de él. ¿Merece la pena? Puede ser, pero no para jugarlo tras terminar la campaña principal, pues te va a tocar repetirlo todo para simplemente conocer la psique interna de Leon.

Es una expansión que se agradece y está genial para los fans de Leon, pero en mi caso tengo que decir que he tenido que abandonarla y prometerme que ya la jugaré conforme pasen los meses. ¡Gracias de nuevo a Life Bottle Productions por traducir este juego!

@Tales_Shergiock

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Por Sergio Ortuño Fernández

Graduado en Comunicación Audiovisual. Escribo en VidaoPantalla y opino en YouTube. Guionista, doblaje, locución y presentación de radio y TV. Shergiock@gmail.com

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