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Resulta bastante irónico como la historia siempre se repite. Si bien ni de coña estamos como estaban nuestros antepasados hace un siglo, oprimidos y viviendo no una sino dos guerras mundiales, y hasta civiles en el caso de España, sí se podría decir que la censura y la persecución siguen hoy en día.

Claro, con muchísimos matices. Pero esta no es una web sobre derecho legal ni nada por el estilo, sino de videojuegos, así que tras esta introducción, volvamos con las columnas que sé que algunas os molan (y así recordáis que mi estilo es muy coloquial).

Amigos míos, si os gustan los videojuegos, os gustan. Y no tiene más. Nadie es nadie para decidir qué es la verdad o qué es la mentira. Por supuesto siempre habrá casos más extremistas, como por ejemplo «si te compras X consola eres un idiota». Ahí ya hablamos de discriminación y falta de respeto.

Pero cuando uno tiene una opinión, simplemente es eso, una opinión. Nada más que un comentario con crítica, en su mayor medida por favor constructiva, y ya está. Dar por hecho cosas y buscarle los tres pies al gato me da que pensar que cuando leo esos comentarios tenéis un gorro de aluminio por si los aliens.

Pienso que las personas deberíamos relajarnos cuando vivimos en sociedad. Pues en muy pocas ocasiones vamos a tener la razón, y seguramente cuando la tengamos será contra las discriminaciones. Claro, quién decide entonces qué es y qué no es una discriminación.

Desde mi punto de vista, y con esto termino ya los seis párrafos de mis columnas, una discriminación viene con una persecución o acoso a otra persona o conjunto de personas. Y eso incluye a todo el mundo. No vas a ser mejor que nadie por hacer lo que no quieres que te hagan a ti.


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Por Sergio Ortuño Fernández

Graduado en Comunicación Audiovisual. Escribo en VidaoPantalla y opino en YouTube. Guionista, doblaje, locución y presentación de radio y TV. Shergiock@gmail.com

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