En 2002 Capcom enseñó al mundo cómo hacer un remake de un videojuego con el de Resident Evil para PlayStation. Una única generación después, así como seis años, hizo que pasásemos de gráficos con polígonos enormes en un 3D muy primitivo todavía, a una odisea con un estilo artístico que parecía imposible para la época. La potencia de GameCube permitió que Resident Evil Remake rozase casi el fotorealismo.
Pero no solo por los gráficos el juego fue muy importante, sino porque Capcom entendió que para hacer un remake lo que tienes que hacer es añadir, y no quitar. Del mismo modo, tienes que modificar partes de la historia y del diseño de niveles para que no se sienta como un remaster, aunque hay casos como el de The Legend of Zelda: Link’s Awakening que, al pasar de una consola como la GameBoy a una como Nintendo Switch, es comprensible que se llame remake aunque acabe siendo más bien un remaster al ser un 90% igual.
Este detalle es uno que, desafortunadamente, los dos siguientes remakes no lo consiguieron. Resident Evil 2 Remake es un excelente remake, pero se queda muy corto para llegar al olimpo de “mejores remakes de la historia” debido a su segundo camino, que rompe con la lógica del primero, al repetir puzzles, puertas cerradas e incluso jefes. Y Resident Evil 3 Remake… Os dejaré la crítica completa porque me puedo tirar varias páginas explicándolo, y no es plan.
El caso es que cuando se anunció el remake de la cuarta entrega numérica muchos fuimos los que nos mostramos reacios. ¿De verdad era necesario que una entrega sobreexplotada como esta recibiese un remake? ¿No lo necesitaban antes entregas como Resident Evil Zero o Resident Evil Code: Veronica? ¿Estaría a la altura de las expectativas después de las enormes críticas que recibió el remake de Resident Evil 3?
Seis meses después de su lanzamiento, y tras la salida del DLC Separate Ways, podemos decir que, efectivamente, al primer remake le ha salido un compañero en el podio. Y es que Resident Evil 4 Remake ha dado una lección de cómo relanzar un videojuego con mejoras en la jugabilidad, arreglando problemas en el guion, alternando detalles de la historia para que sean más lógicos, así como varias zonas explorables y otros pequeños detalles.
Resident Evil 4 Remake es el resultado de amar no solo tu trabajo, sino también a tu comunidad, a la gente que te apoya, que te hace pasar de no tener nada a tener mucho, y eso los artistas, en este caso Capcom, ha sabido apreciarlo, y como fan no puedo estar más contento por ello. Es el mejor momento para amar a la franquicia de peligros biológicos de la compañía nipona. Antes de empezar, avisar de que habrá spoilers de tanto la campaña principal como de Separate Ways.
La historia comienza de una forma muy similar a la del juego original, pero con una introducción que muestra el lado más personal de Leon, haciendo canon los acontecimientos de The Darkside Chronicles en el que Leon fue obligado a trabajar para el gobierno. Esto será importante para más adelante.
De hecho, ahora iba a ponerme a explicaros que empezaba con los policías en el coche, que había que ir a la iglesia para salvar a Ashley… Pero es que la historia es extremadamente fiel al juego original, y los cambios se agradecen pues los hacen más lógicos y con sentido. Por ejemplo, en la parte de la cabaña donde sobrevivimos junto con Luis, en vez de irse por aburrimiento como en el original, aquí Ashley busca una vía de escape y además bloquean el camino para que los Ganado no les persigan.
Son pequeñitos detalles que uno agradece, especialmente si ha vivido la experiencia original. De hecho, me atrevería a decir que lo mejor del juego es el notable cambio que han hecho con Ashley. Al principio me daba algo de pereza que acabase siendo el típico personaje femenino empoderado de la actualidad que se cree la no va más, pero no, todo lo contrario.
Aquí Ashley entiende que no puede seguir siendo la niña pija que está todo el rato gritando a Leon que la ayude, no. Aquí ella entiende que tiene que colaborar con él, que tiene que actuar por su cuenta en algunas ocasiones, y que tiene que entender la horrible situación en la que se encuentra.
Sin embargo, su presencia en el juego me parece un tanto innecesaria, ya que en ningún momento queda claro, en el remake, por qué la querían, o mejor dicho, no se convierte en una necesidad para la historia. Esto lo menciono porque en el juego original sabemos que Ashley fue secuestrada para infectar a su padre y todo Estados Unidos con Las Plagas, pero aquí este detalle pasa mucho por alto. Es como que querían darle este “regalo” como lo llaman porque querían tener cuántos más súbditos mejor, y aunque se sobreentiende que es para lograr infectar a cuantas más personas mejor, no queda del todo claro.
Aunque tengo que decir que, en parte, me gusta más así. Saddler antes era un literal terrorista, con sonrisa malvada y que hablaba mucho de lo malo que era, pero aquí es todo lo contrario. Sale en alucinaciones de Leon, y físicamente por el final del juego, como un fanático religioso completamente cegado por el poder de Las Plagas.
Verdaderamente te puedes tomar al villano principal en serio, y no como un payaso sin carisma completamente olvidable. Incluso le dan más trasfondo a la familia Saddler y Salazar, aunque sin centrarse demasiado en ellos. Ramón Salazar también cambia con respecto a su homónimo, y aunque a este también te lo tomas en serio, le pasa lo contrario a Saddler.
Mientras que Saddler gana carisma, Salazar lo pierde. Pasamos de aquel enano vestido de Napoleón con voz chillona que aparecía de vez en cuando por el castillo, a uno con voz más grave, que sale en tres escenas y, que sí, que te lo tomas más en serio, pero no resulta tan memorable como solía ser. Aunque la batalla final me resultó infinitamente más interesante, a pesar del “truco” con los huevos dorados.
Pero quién verdaderamente se lleva la palma es Luis Serra, quién brilla con luz propia en este remake después de ser un entrañable personaje que moría muy pronto en el original, dejando una huella en los fans. Luis aparece también en Separate Ways así como en el modo Mercenarios, lo que denota un cariño enorme por él.
Luis Serra ya no es un expolicía, o por lo menos ya no usa esa excusa. Ahora Luís es un investigador que trabajaba para Umbrella, y que dolorido por sus actos al hacer sufrir a los demás, quiere enmendar su culpa sacrificándose todo lo necesario que sea, incluso su propia vida. Luis es extremadamente humano, inteligente, pero sabe cómo sacarte una sonrisa en todo momento.
Además tiene una subtrama más elaborada con Ada Wong, que se potencia aún más en el DLC de Separate Ways. Aquí la espía vuelve como si nada, sin explicar en ningún momento cómo sobrevivió a la enorme caída en los laboratorios de Umbrella en Raccoon City, un detalle que habría estado bien se hubiese explorado aunque fuese en su DLC.
Sin embargo, una crítica general con este personaje es que el trabajo de doblaje no es el más adecuado, aunque en el DLC este mejorase un poco (hablo del doblaje inglés). Lo malo de esta Ada es que se aleja mucho del original para ser más seria, aún manteniendo sus momentos divertidos y jocosos.
Finalmente hacen su regreso Jack Krauser y Albert Wesker. En el caso del segundo hablaré más en detalle cuando lleguemos a la parte del DLC, pero con Jack Krauser puede haber una cierta división de opiniones. En mi caso, creo que este Krauser peca de “los fans ya sabéis quién soy, y seguramente habréis jugado a The Darkside Chronicles, así que simplemente escuchadme decir Operación Javier, mirad cómo cambio el lore y cómo me muero en plan redención final”.
Porque sí, en pleno combate, este pregunta a Leon si recuerda lo que pasó hace dos años, respondiendo este que si se trata de la Operación Javier. Originalmente esta se trataba de una misión de Leon y Krauser para encontrar a un narcotraficante que estaba experimentando con el virus T-Veronica, el virus visto en Resident Evil: Code: Veronica.
Pero en este contexto simplemente dan a entender que el Gobierno de los Estados Unidos cometió un falló y dejó morir a sus soldados, ocultando obviamente su negligencia al público. Es aquí cuando uno puede cometer el mismo error de Leon de pensar que Krauser lo hace todo por venganza, pero no. Él mismo dice que no se trata de eso, que se trata de poder y que tuvo una revelación en la jungla.
“Lo más importante en este mundo es el más puro y más absoluto poder”. Con estas palabras se potencia todavía más ese capítulo extra de The Darkside Chronicles en el que completamos la última misión del juego desde la perspectiva de Krauser, escuchando sus pensamientos y sus dudas sobre su futuro como soldado, sobre el control del poder, sobre la magnificencia del poder biológico.
Esto me da mucho que pensar. ¿Podría ser una pista para un remake de Resident Evil: Code: Veronica al tener que ver ese capítulo con el virus principal del citado juego? Si Krauser menciona que tuvo una “revelación”, ¿hablamos de un posible Resident Evil Revelations 0? Todo esto da mucho para teorizar y debatir, pero una vez hablada la historia y los personajes, es el momento de hablar de todo lo demás.
La exploración en Resident Evil 4 Remake es simplemente lo que uno siempre había deseado en un juego de este estilo. Es cierto que no hay tanto backtraking como en los juegos originales (es decir, en los de la era de los planos fijos), sin embargo, ya que la esencia de este juego se enfoca más en la acción que en la supervivencia, le viene como anillo al dedo.
Además, después del experimento en Resident Evil Village, en esta entrega tenemos las peticiones del buhonero, una suerte de misiones secundarias que le sientan de maravilla a esta entrega. Estas realmente no son muy variadas, están las de destruir medallones azules (que además te indican en el mapa dónde están), disparar a ratas (estas no te la indican), vender objetos, eliminar mini-jefes…
No obstante la recompensa merece la pena, y es que en este remake las espinelas sirven como una moneda especial para conseguir objetos como gemas de colores, pólvora, tesoros, mapas del tesoro, fichas de oro para conseguir llaveros en la galería de tiro con los que mejorar nuestras habilidades así como obtener otros potenciadores…
Porque no lo he dicho, la galería de tiro regresa con un lavado de cara, solo que esta vez no se consiguen los llaveros (antiguamente chapas) completando rondas, sino que consigues monedas plateadas y doradas que debes usar en un gachapon para conseguirlos. Esto es un tanto frustrante porque dependes del azar, pero como acabarás jugando muchas veces el título, mi consejo es que te guardes todas las monedas para usarlas en una partida en que tengas suficientes.
El combate es bastante similar a lo ya visto en anteriores entregas, solo que esta vez se empodera al cuchillo dándole más importancia. Ahora es posible hacer un parry, y no es estrictamente necesario que sea en el frame exacto para activarse, es bastante amigable con el jugador, así como efectivo. Eso sí, con el tiempo se deteriora, por lo que será necesario reparar en el buhonero, aunque es posible encontrar otros tipos de cuchillos más pequeños.
No hay nada más satisfactorio que hacerle parry a un enemigo y desmembrarle un brazo, y eso el RE Engine lo ha potenciado bastante desde Resident Evil 2 Remake. De hecho, este motor todavía no ha tocado techo, y es que es increíble lo maravillosamente bien que está optimizado este motor en PC. Para que os hagáis una idea tengo dos ordenadores, uno potente en casa y otro un poco menos en el campo.
La única diferencia que he notado es que en el de casa lo veo todo mucho más nítido y detallado, mientras que en el del campo lo veo más “normal”. Pero, ¿sabéis lo bueno? Que me lo corre perfectamente, sin caídas de frames en absolutamente ningún momento, y lo puedo jugar y disfrutar tranquilamente. Capcom ha hecho un trabajo fantástico con su motor gráfico, pero hay otro trabajo igual de mejor que ha hecho: reinventar otro querido clásico.
Recientemente, y por solo 10€, Capcom ha publicado el DLC Separate Ways donde podemos ver la misma historia desde el punto de vista de Ada Wong. Un DLC que ha levantando algunas quejas ya que se siente (y de hecho lo es) contenido recortado que se vende por separado, pero honestamente viendo la calidad, que ha resucitado el interés por el juego medio año después de su lanzamiento, y que cuesta solo 10€, yo no puedo quejarme. Peor habría sido 20€ por la campaña, Ada y Wesker en los Mercenarios y el modo en primera persona.
Volviendo al tema, este Separate Ways me hace ver a Resident Evil 4 Remake uno de los mejores remakes de la historia junto con el del primer Resident Evil. Cierto es que al ser contenido DLC pues sale ganando el primer título, pero vamos, minucias que solo a los que se dedican a fastidiar la marrana en Internet debería preocuparles.
La historia puede durar más o menos de 3 a 4 horas, depende de cómo juegues y cómo explores todo el mapa. No hay mucho por hacer, ya que hay menos peticiones del buhonero, son solo 7 capítulos (durando uno de ellos cinco minutos si lo haces rápido en tu primera vez, y ni uno solo si juegas varias veces en partida + con las armas mejoradas) y los desbloqueables se consiguen rápido, salvo los que requieran pasarte el DLC en mayores dificultades.
Pero eso no quita lo enormemente satisfactorio que es jugar con Ada. La historia cambia radicalmente conforme al juego original, pues aquí empezamos directamente en el castillo rescatando a Luís de ser ejecutado, y además luchando contra una jefa, Pesanta, a la que se conoce como el U3 o “ello” en el juego original (resultando al final ser “ella”, un detalle brutal por parte de Capcom).
Hay infinidad de pequeños detalles que potencian la calidad del DLC, como los disparos de Leon si nos acercamos al pueblo cuando este está luchando contra la oleada, los llantos de Ashley dentro de la iglesia, o el hecho de que ahora los Ganado dicen “¡agarradla, la forastera!” en vez del masculino neutro que se usaba en el DLC original. No sé si Capcom volvió a contratar a los actores de doblajes para grabar estas líneas o si las grabaron ya en su momento, pero es todo un puntazo.
Después de 14 años esperando, Albert Wesker, el villano por excelencia de la saga, hace su regreso, y esta vez no se encuentra en una sala de ordenadores oculta, sino en un barco cerca de donde ocurre la acción junto con su equipo, monitorizando a Ada todo el tiempo, pero es que además va saliendo de vez en cuando para encontrarse cara a cara con ella, dándole un mayor protagonismo que, los fans como yo del personaje, no sabéis lo mucho que apreciamos.
Este DLC es simplemente increíble, y además es posible desbloquear el tan amado vestido de Ada del juego original con algunos detalles de estilo artístico chino, así como los trajes originales de Luis y Wesker. Son esos detalles, junto con el del llavero de la Striker, que denotan un enorme cariño por parte de Capcom no solo por su obra, sino también por su comunidad (lo de la Striker para quién no lo sepa básicamente es un glitch muy famoso en speedruns del juego original que aumentaba tu velocidad).
En conclusión general, Resident Evil 4 Remake, junto con su DLC Separate Ways, es una maravilla de videojuego y, me atrevería a decir, es una obra maestra. Tenía una misión muy difícil, superar a su homónimo original, y lo ha conseguido con matrícula. Con una rejugabilidad nunca antes vista en la saga, con una narrativa y acontecimientos mucho más lógicos, y un lavado de cara excepcional, es imposible no recomendar este juego.
Cuando salió a la venta me lo pasé cuatro veces seguidas, y ya había llegado a las 56 horas. Ahora llevo 85, y las que me quedan. Tanto si amas Resident Evil, como si nunca has jugado una de sus entregas, no lo dudes ni un solo segundo. Sí, es verdad que este remake no da tanto miedo como uno querría, pero estarás en situaciones de tensión que te incomodarán, y además te lo pasarás genial jugándolo.
Y eso vale mucho más que cualquier crítica destructiva de quién, no es que no quiera disfrutar, es que no deja disfrutar.