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De once a once y media. Media hora decían que duraba, pero para muchos de nosotros era mucho más. Los domingos, primero de misa, y luego de catequesis siempre han tenido un sabor agridulce para mí. Aunque son días libre de clase, muchos de estos domingos estaban plagados de obligaciones como visitar a parientes lejanos, las interminables misas o las aún peores clases de catequesis que se iban concatenando una con otra. Además, una vez acabado todo esto la presión no se iba. La llegada del lunes se hacía cada vez más presente, y los deberes sin empezar parecían cada vez más interminables. En su conjunto, un castigo que estaba obligado a repetir cada semana de mi vida hasta que llegaban las vacaciones de verano.

En Blasphemous, el personaje que controlamos, el Penitente, está sometido a una condena de similar dureza. Para quitarnos esto de encima rápidamente y no hacer spoilers, en Blasphemous debemos vencer a una serie de jefes y hacer ciertas misiones para tratar (tratar o intentar que no siempre conseguir) librarnos de la culpa que acarreamos. (Así no se nota que no me he enterado casi nada de la historia)

Hace más de tres años que salió la versión inicial de Blasphemous a la venta y el próximo 24 de agosto tendremos a nuestra disposición su segunda parte. Es por eso, que decidí jugar a la primera entrega para ver qué podemos esperar de su secuela.

Blasphemous 2 llegará el 24 de agosto de 2023 - Blansi

Nada más empezando la historia de Blasphemous ya nos dejan bien claro los movimientos básicos de nuestro personaje. El combate se basa en la esquiva, el bloqueo y su contraataque, el uso de magias y, como no, dar espadazos por doquier con Mea Culpa. Al mismo tiempo podemos añadir mejoras a Mea Culpa que permiten un combate más rápido y adaptable a las diferentes situaciones que podemos encontrar en las fases de la historia principal.

Blasphemous presenta en su historia principal un esquema bastante claro: zonas con enemigos distintos de los cuales debemos descubrir cuál es la manera más eficiente de matarlos sin recibir daño; y salas de jefes, en su mayoría, más o menos sencillos, encontrándose la dificultad principal en sobrevivir a las diferentes fases que hay entre altar y altar (Lugares que actúan como punto de guardado y nos permiten recuperar nuestra vida). A medida que vencemos más y más jefes obtendremos objetos y mejoras de nuestras habilidades y, obviamente, aumenta la dificultad. Por lo general, la curva de dificultad está muy bien hecha, no es demasiado fácil y tampoco es muy difícil.

 

 

Tras hacer una serie de cálculos matemáticos aquí tenemos la representación gráfica de la función que representa la dificultad de Blasphemous. Podríamos pensar que las zonas valle corresponden con inicios de zonas nuevas, mientras que los picos pertenecen a los jefes. Sin embargo esto no es así. En realidad, tras pasarme la historia principal, he podido observar que la dificultad de los jefes es bastante asequible, se podría decir que ofrecen menos dificultades que el resto de zonas, siendo estas las fases de menor dificultad. En realidad, los picos corresponden a las zonas con pinchos y vacíos. Si el Penitente toca los pinchos o cae en el vacío muere instantáneamente. Estos elementos suelen estar situados en los lugares de plataformeo más intenso, aquellos en los que debemos esquivar proyectiles que vienen hacia nosotros o en los que haya enemigos que nos empujen mucho con sus golpes.

 

Parece una broma, pero no (Lo de los pinchos y vacíos, no lo de la gráfica). En mi partida he acumulado cantidades incontables de muertes en este tipo de zonas (En parte por el reto que suponen y en parte por mi idiotez intrínseca) mientras que he vencido a varios jefes de la historia principal en el primer intento. Y aun así, ambos tipos de partes fueron las que más disfruté en toda mi experiencia. Sin embargo, quiero mencionar que justo en estas dos partes he experimentado algunos problemas. Por ejemplo, en algún jefe puntual se ha dado la ocasión de que se juntan patrones de ataques que, juntos, son imposibles de esquivar (O por lo menos yo no he sido capaz) y en cuanto a los pinchos y vacíos, hay por lo menos una zona en la que es imposible recuperar nuestro fervor (Cada vez que morimos, el Penitente deja una especie de ‘espíritu’ en el lugar de su muerte y hasta que no lo recogemos vemos reducido el uso máximo de fervor, el recurso que necesitamos para hacer magias). Pero quiero dejar muy claro que no son problemas ni comunes, ni especialmente graves, solo quería puntualizarlo para dejar claro que es algo que puede pasar en una partida normal.

I should make Blasphemous memes again : r/Blasphemous

Habiendo jugado Blasphemous, podemos esperar de su segunda entrega un videojuego bien trabajo e interesante en todos los sentidos, tanto en su jugabilidad, como en su historia, banda sonora o arte visual. Lo único que le puedo pedir a su secuela sería una mayor variedad de armas (Al menos dos o tres que permitan un estilo de combate diferente) y quizás una mayor extensión, pero esto último no me preocupa demasiado debido al mimo con el que hemos visto al equipo de Blasphemous desarrollar contenido descargable gratuito durante los años posteriores a su lanzamiento.

 

Si estáis aun más interesados en Blasphemous y sobre todo en esto último de los pinchos, aquí podéis ver un artículo de Enrique Colinet que trabajó como diseñador de niveles en este proyecto.


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Por pepis

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