Nuestro Equipo de VidaoPantalla está de vuelta para hablar y Opinaros de los juegos que han jugado durante este verano de 2022. ¿Cuáles habéis jugado vosotros? ¿Os han gustado o no? Dejárnoslo en los comentarios.
Drako1909 (Jefe de redacción)
Este verano ha sido uno de los veranos más variados que he tenido respecto a mis viajes en el mundo de los videojuegos, desde una Hyrule clásica, pasando por Chicago, New York y New Orleans en los años mafiosos, continuando por un viaje en el tiempo literal, yéndome a un mundo fusionado con otro, saltando al mundo de un manganime que amo y finalizando llegando a un mundo totalmente plagado de dioses nórdicos.
The Legend of Zelda: Minish Cap fue el pistoletazo de salida de mi verano, una aventura de lo más clásica y especial que no creía que me enamoraría tanto como lo hizo; el verano continuo con Mafia: Definitive Edition Trilogy llevándome a un mundo mafioso con personajes interesantes que aunque no puede ser una revelación es entretenido; de eso pase directamente a la bomba, Live a Live, el cual me llevo a una cantidad de mundos inimaginables y me hizo enamorarme de un juego que nunca pude tocar y que es muy pero que muy especial.
Continuando y casi finalizando llegó Xenoblade Chronicles 3 tan solo una semana después del anterior y tengo tanto que decir del juego que lo veréis en un futuro artículo pero tan solo decir que me parece IGUAL DE PERFECTO Y OBRA MAESTRA que los otros 4 Xenoblades, tenía miedo de que no lo fuera PERO LO HA SIDO Y AÚN CON ALGUN QUE OTRO FALLO ES CASI DE 10 O 11. Después de eso llegó el juego perfecto para quitar todas esas emociones fuertes y depresión con la que me había dejado Xenoblade, Shin Chan: El Verano con El Profesor, un juego divertido, diferente y precioso que es una carta de amor al personaje. Para acabar el verano me lance de nuevo a Assassin’s Creed: Valhalla para disfrutar de la actualización de tumbas que aún no había descubierto y el nuevo modo sorprendente, The Forgotten Saga, un modo que creía que no me gustaría y que me acabo encantando aunque si que se haga un poco repetitivo a veces.
En definitiva, ha sido un verano de ensueño que me ha llevado a mil mundos, algunos que han durado 8 horas y otros que me han tenido 3 semanas sin sacar la vista de la pantalla y uno de los mejores veranos que he disfrutado del gaming desde hace unos años que me pase toda la saga Halo en un mes y me puse listo para Infinite 2 años antes y parece que esto no está cerca de acabar, aún me quedan algunas cosas que hacer en la trilogía Mafia, un juego increíble llamado Birth of Chaos que jugar y Splatoon 3 sale en dos semanas, justo antes de que acabe el verano. Así que pinta con que será el verano gaming PERFECTO.
Shergiock (PR)
Este verano ha sido uno lleno de JRPG, y de estos he de destacar dos de ellos que he jugado en la misma plataforma: PS Vita. El primero es Akiba’s Beat, título que mezcla la identidad de Tales of con Persona y te acaban dando un resultado de notable alto. Creo que a cualquier que le guste estas dos sagas, o solamente una, debería jugarlo, aunque tened en cuenta que es exclusivo de plataformas PlayStation y no está en Steam.
El otro juego es Tales of Innocence R, cuya versión original de Nintendo DS me decepcionó pero su remake en cambio me ha maravillado, y he podido jugarlo gracias a la comunidad de fans que lo ha traducido. Un JRPG de bolsillo muy sólido, sin pretensiones de querer ser más de lo que es, y que se te queda en el recuerdo si te encariñas con la pandilla, lo que no es muy complicado.
Danirbu (Jefe de medios)
El primer juego que he jugado este verano es Xenoblade Chronicles 3. Soy fan de la saga desde hace solo 2 años, pero me he jugado el 1 en sus dos versiones y el 2, por lo que este era un juego al que le tenía muchas ganas, y no me ha decepcionado, teniendo unos personajes super entrañables y básicamente lo que busco en un Xenoblade: ya no volarme la mente con giros de guion como en el 1, sino tener una historia emotiva y con temas muy profundos, lo que la hacen mi historia favorita y la mas satisfactoria.
El segundo juego que he jugado es el Kirby’s Dream Buffet, el cual me preocupaba que fuera otro título del que me aburriría enseguida como con Super Kirby Clash, debido a los pocos modos que tiene y que parecía repetitivo, pero al final me vicié bastante incluso jugando solo en modo local, y desbloquear nuevas canciones y disfraces (especialmente canciones) suponen una inyección de fanservice que me da motivos de sobra para seguir jugando. Voy por el rango 80 y aún no me he cansado del juego, aunque no esté jugando tan a menudo. Además, cada partida es todo un caos y acaba siendo muy distinto, por lo que no resulta tan repetitivo como parece.
Delphoss (Editor)
Las vacaciones de verano para un universitario son lo mejor, sin estudios ni trabajos, solo vaguear, viajar, salir de fiesta y claro, jugar. En verano mucha gente aprovecha a jugar muchas cosas, probar muchas experiencias y disfrutar un poco de todo, pero por mi parte eso no suele pasar y uso mis vacaciones para jugar cosas que se me quedaron pendientes, aprovechando el tiempo en juegos infinitamente largo y pozos de horas. Solo tengo espacio para hablar de juegos pero por mencionar solo algunos que he podido disfrutar mientras viciaba hasta bien adentrada la noche: He disfrutado del mundo de Sombras de Guerra, los combates tácticos de XCOM 2, los partidos de Mario Strikers, la endemoniada velocidad de Neon White, el estilo retro de las tortugas ninja, los desenfrenados tiroteos de Vanquish y los dificilísimos jefes de Godo of War… Pero si con algo me quedo de este verano es con el par de experiencias del que os voy a hablar.
Hablar de Dragon Quest es hablar de historia del medio, de creadores que levantaron unos pilares que se mantienen férreamente a día de hoy, para alegría de muchos y disgusto de otros. Es verdad que todo se mantiene como en su origen, con pequeñas variaciones y cambios pero sigue siendo el mismo de siempre, y eso me llevo a prejuzgarlo injustamente. Mi paso por Dragon Quest XI Ecos de un Pasado Perdido ha sido una montaña rusa de emociones, porque con retrospectiva es más fácil ver todo lo que hizo bien y lo que hizo mal, pero si algo ha sido capaz de conseguir esta entrega de la legendaria franquicia es hacerme cambiar de opinión sobre la saga. Mi contacto con Dragon Quest XI antes de haberlo terminado este verano se remontaba a una partida en la que apenas llegué a jugar unas diez horas, el farmeo me cansó y el combate me aburrió, pero mis gustos han cambiado y yo he crecido, ahora con todas las ganas del mundo y unas esperanzas renovadas me lancé a disfrutar de la aventura del luminario y sus amigos, y debo decir que la disfruté mucho, me divertí, me reí, me emocioné y porqué no decirlo, lloré. Dragon Quest XI me ha demostrado que juzgué muy rápido y que taché de aburrida y estúpida una saga que tenía todo para ofrecerme pero que yo no estaba dispuesto a recibir, y ahora puedo decir que esta aventura se ha ganado un hueco especial en mi corazón y que la recordaré con cariño, porque no podéis imaginar el gusto que ha sido quitarme esta gran espina de encima.
Y pasando de una saga que no había tocado a una de la que me declaro fan acérrimo, puesto que mi otro gran vicio de este verano es Xenoblade Chronicles 3, del que no puedo decir mucho más salvo que me parece una obra maestra aún sin haberlo terminado; llevo 45 horas sumergido en su mundo y las ganas de jugarlo siguen estando ahí, esas ganas de explorar cara rincón, de mejorar un poco más a mis personajes, de avanzar en una historia que no para de aumentar sus misterios y su intensidad. Mi contacto con este nuevo Xenoblade a sido lo que casi se podría calificar de “amor a primera vista”, y es que, quedé prendido de sus personajes y sus historias, su mundo y su combate; un combate que para gente como yo (los que jugamos RPGs como si rellenáramos una hoja de Excel y nos gusta pasarnos horas en los menús) es una absoluta delicia, siempre cambiante y siempre ampliándose. El combate de Xenoblade 2 me gustó pero acabé cansado, aquí esa monotonía es arreglada con los cambios de clases, el sistema de héroes y las nuevas cadenas, en resumen, no puedo decir más que lo que podría hacerse pesado se convierte en puro disfrute. Pero el combate no sería nada sin una historia que acompañara, y por suerte el argumento fuertemente antibelicista de Xenoblade 3 impacta como un obús en mi corazón, con una trama increíble y unos momentos que se quedan para el recuerdo, formando un juego que ha conseguido lo absolutamente imposible, destronar a Elden Ring como mi GOTY 2022, y algunos pensareis que estoy loco por pensar en esas cosas a mediados de año, pero esa es la muestra que os doy de lo capital y de la extrema calidad de un juego que ha sabido dejar en la sombra al resto de su saga y demostrar que los RPGs no son juegos menores.
Pepis (Editor)
Como suele ser tradición, en el verano toca rescatar todos aquellos videojuegos que el curso escolar no me permitió ni empezar. Entre mis favoritos de este verano están Xenoblade Chronicles 3, Bloodstained Ritual of the Night, la campaña de Splatoon 2, diversos juegos derivados de la serie Pokémon… Pero entre todos estés juegos me quedo con dos en particular: un juego de rol táctico desarrollado por Square Enix y Artdink para la Nintendo Switch y un videojuego de fútbol lanzado hace ya más de una década para la Nintendo DS.
Para mí, Triangle Strategy ha sido una sorpresa muy agradable. La única razón por la que le di una oportunidad fue porque aún quedaba un mes para la salida de Xenoblade Chronicles 3 y tenía bastantes ganas de jugar a algo por turnos. De este modo, probé la demo y luego el juego, sin mirar ningún vídeo de presentación o reseña antes. Fue así como descubrí un videojuego con una historia y jugabilidad increíbles.
No miento cuando digo que en Triangle Strategy las decisiones sí tienen peso en la trama. Tú decides si atender misiones secundarias, aprender más sobre los integrantes de tu grupo o qué rumbo toma la historia. Pero son decisiones difíciles, no solo porque todas las opciones presenten evidentes desventajas, sino porque también hay que convencer a los miembros del equipo. Eres el líder del grupo, pero el resto de integrantes tienen también sus propios ideales, preferencias y carácter.
Por otra parte, hace poco que me pasé Inazuma Eleven 2: Tormenta de Fuego. Este es un juego al que le tenía muchas ganas desde años anteriores. De pequeño miraba la serie original cuando la echaban por Boing y me gustaba y sigue gustándome mucho a día de hoy. Es por eso, que, con la salida de Inazuma Eleven Go, decidí darle una oportunidad a los videojuegos también. Después de una buena experiencia con Go le siguió Inazuma Eleven Go: Chrono Stones (Que me gustó incluso más), pero con el silencio que producía la salida de Inazuma Eleven Go Galaxy en Europa, mi amor por la serie disminuyó y quedó en un segundo plano durante unos cuantos años, casi como si nunca hubiera estado ahí. Pero este 2022 volví a pasarme Inazuma Eleven Go e Inazuma Eleven Go: Chrono Stones, lo que me llevó a empezar de una vez la trilogía original.
Es así como Inazuma Eleven 2 se convirtió en mi entrega favorita de la serie (Sin haber jugado Inazuma Eleven 3 ni Go: Galaxy). Todo en él es increíble, el ritmo de los partidos, las supertécnicas espectaculares, las relaciones entre personajes nuevos y viejos… Pertenece a una de esas series que calan en uno. Transmite unos valores que a día de hoy intento seguir para mejorar: el valor del trabajo, la importancia de forjar fuertes amistades, tratar de comprender a tu gente cercana y ayudarla en todo lo posible, darte cuenta de que te has equivocado, saber decir adiós… Todo esto lo cuenta Inazuma Eleven 2, y puede que se deba a mi especial cariño hacia personajes como Mark Evans o Axel Blaze, pero creo que es un juego (y serie) al que se le debería de prestar un poco más de atención. En definitiva se trata de una experiencia muy buena que recomendaría jugar a todo el mundo.
Nekusito (Redactor)
El verano suele ser el momento perfecto para jugar videojuegos a los que dedicarle tiempo cuando eres estudiante, pero cuando te haces mayor y llegan las responsabilidades son unos meses más dentro del año. Pero mezclando estos dos conceptos y que estoy justo en esa transición de estudiante a señor mayor amargado por la edad mis dos elegidos de este verano son los dos mejores juegos que he jugado este año, AI the Somnium Files y Xenoblade 3.
Al hablar de AI the Somnium Files no se puede decir mucho para no spoilear la historia detrás del juego pues es una visual novel, un género donde después de todo la historia es lo más importante, así que solo daré una breve opinión sin spoilers.
Es un juego que he disfrutado muchisimo tiene una historia muy interesante y divertida, que te involucra como jugador desde el primer momento. Entre sus gags comicos y que algunas de las decisiones que tomas como jugador abren caminos distintos en la historia el juego ha conseguido darme unas muy disfrutables 60 horas hasta investigar y conseguir cada dialogo del juego.
Y por la parte joven que aún se puede permitir dedicarle una semana entera a un videojuego sin pensar mucho en sus responsabilidades está Xenoblade 3 que si tuviera que describirlo con una frase sería «un buen juego pero no la obra maestra que muchos quieren intentar vender». Y como buen fan de Monolith Soft este juego lo esperaba como agua de Mayo, el dicho era así ¿verdad?, con el dia de la salida del juego andando por las paredes de los nervios y ganas de jugarlo.
El juego en si lo he disfrutado y sigo disfrutando pues todavia en 100 horas no he terminado de hacer todas las secundarias. Aunque predecible la historia me ha gustado y acabado emocionando, la relación de grupo de los personajes, sobretodo la pareja de Lanz y Sena. Pero el juego entre otras cosas falla con los tutoriales, los menús y elección del artista principal que no es profesional ni bueno haciendo su trabajo, también personalmente sigo manteniendo que partir del sistema de combate más simple de la saga, el del 2, es algo que le ha pesado y mantengo el pensamiento de que le habria sentado mucho mejor un sistema de equipamiento, el combate y la interfaz usando los elementos vistos en el 1 y el X.
