Todos amamos los videojuegos, todos amamos jugar un buen juego, un gran juego o el juego perfecto que te definirá siempre, pero para eso tenemos que elegir a qué juego jugar, hay elecciones muy fáciles cómo sagas que ya amamos como en mi caso Super Mario, Pokémon, Assassin’s Creed o Watch Dogs, entre otros, sea la entrega mejor o peor la acabaré amando por que tiene la esencia de la saga que amo y mantienen una calidad aunque sea mínima incluso en sus peores juegos, pero después está el otro lado completamente diferente, cuando tenemos elegir algo que no hemos ni siquiera tocado.
Por ello cuando cuando me apeteció decidir un nuevo juego después de estar jugando multiplayer por semanas (ya que no me apeteció al momento de acabar los otros dos empezar otro), esa decisión me llevó a un juego de acción, Dishonored: Definitive Edition, un juego que en parte me había llamado y The Legend of Zelda: Minish Cap, un juego de la saga que estoy empezando a amar; una mala decisión me llevo a empezar Dishonored y… me arrepentí casi al momento.
Dishonored 1 no es un mal juego, tiene sus grandes fallas pero no llegan a tantas como para ser un mal juego de forma objetiva, sino que es algo totalmente mío, no me llama la historia ya que me parece bastante débil, la dificultad está subida artificialmente, los mundos no son divertidos para explorar y los tiempos de carga duran 3 minutos cada uno, algo malo en un juego en el que mueres constantemente. El gameplay de combate y exploración es interesante pero todo lo demás no lo hace brillar, lo hace disminuirse.
Por ello, deje Dishonored y me pase a mi otra opción The Legend of Zelda: Minish Cap, con la que me enamore, convirtiéndose en uno de mis Zeldas favoritos de los que he jugado y en uno de mis highlights del año. Lo disfrute muchísimo y me enamore de ello pero desgraciadamente después de más o menos 3 días se me acabó. Sí, no me lo tenéis que decir, soy un bruto cuando algo me enamora y me lo trago cual palomitas en los anuncios.
Y al acabar, ¿Qué hice? Decidí volver de nuevo a Dishonored para darle otra oportunidad… y otra… y otra… llegando hasta más de la mitad del juego pero casi a cabezazos contra la pared, primero jugaba como suelo jugarlo todo, concentrado sin nada que me distraiga; después empecé a coger el móvil y después acabe poniéndome vídeos de series en el PC, cada vez iba a peor pero seguía presionándome a jugar a este juego que no me termina de convencer.
Para tener contexto, antes era una persona que si no le enamoraba algo en ese momento lo dejaba tirado por años y dos de los ejemplos más claros, quitando este Dishonored, fueron Shantae: Risky’s Revenge y The Legend of Zelda. Wind Waker. A esos dos juegos fui overhypeado, en el caso de Shantae me llamaba y le tenía muchas ganas pero me encontré con algo que no me esperaba, un gameplay lento, bastante caótico y con un diseño que me pareció fatal; por otro lado del Wind Waker había oído maravillas y me encontré con un juegazo en parte si pero decimado por las decisiones tomadas para el diseño del gameplay. Tarde 3 años en pasarme el Shantae y 2 años el WW, teniendo en cuenta que acabe presionándome para hacer las dos cosas.
Por ello desde ese momento decidí que jugaría y le daría oportunidad a todos los juegos que empezará, aunque no me convencieran de todo al principio, por que tampoco sería la primera vez que un juego me enamora a la mitad aunque no me gustará tanto antes. Por ello, siempre me impulso para terminarlo.
¿Y cual es lo que hay que aprender de esta historia? Que no seáis tan idiotas como yo, está muy bien, genial incluso, darle oportunidades a un juego pero cuando ves que el problema del juego no es que la historia no se está calentando sino que se siente «off» por decirlo así, por mucho que continuéis el único daño que os estaréis haciendo es a vosotros.
La moraleja de esto es que hay que encontrar un punto medio entre los dos «Métodos Drako» por decirlo así, no hay ni que dejar un juego por que no te este convenciendo ni presionarte con algo que no te convence hasta el punto que desinstalarlo sea algo emocionante. Tenemos que aprender cuando dejar las cosas cuando nos empiezan ya a desconectar o hacer daño y a mi me cuesta mucho hacerlo.
La historia también tiene otro final que es que estéis totalmente convencidos con lo que compráis, el dinero es algo muy valioso y yo por ejemplo con el Dishonored DE solo me gaste 4€ pero si hubiera pagado 50€ y después no me hubiera gustado igual me habría presentado allí y lanzado el juego a la cara de alguien (risas enlatadas). No pero ahora en serio, si no os convence comprar un juego de lanzamiento esperaros a que baje, mirad gameplays, mirad análisis (a poder ser de nuestra web) y informaros todo lo posible.