Nintendo da un paso atrás respecto a la conservación de sus videojuegos; pero no ha sido la única compañía en dar este polémico aviso.
Nintendo anunció hace unos días el cierre de las tiendas digitales de dos de sus videoconsolas: Nintendo 3DS y Wii U, en el momento en que ambas han quedado desplazadas por Switch, la consola híbrida que ha adquirido el carácter de consola principal en el apartado de sobremesa y portátil. No es algo raro, teniendo el precedente de Wii en 2019, cuya tienda online cerró sus puertas sin miramientos. Nintendo justifica esta decisión como “parte normal del ciclo de vida de sus productos”, una decisión que puede marcar -para mal- la preservación de sus videojuegos.
No es la primera compañía que se lanza a tomar dicha decisión, ya que Sony decidió lo mismo hace casi un año para las tiendas digitales de PlayStation 3, PSP y PS Vita, con una considerable recogida de cable poco tiempo después, debido a las duras críticas de los usuarios en redes sociales. Aún así, cambiaron el método de compra de los juegos, volviéndolo un proceso tedioso. A la larga, su objetivo parece empeñado en poder dar cierre a los servicios para dichas consolas.
Aposición ante la polémica decisión
Por supuesto, no han faltado voces oponiéndose al cierre de las tiendas digitales de sus consolas. Una de las más críticas ha sido la de Video Game History Fundation, la organización dedicada a la preservación de los videojuegos:
Our statement on the closure of Nintendo's legacy digital shops. pic.twitter.com/mG5GzuGH4G
— Video Game History Foundation (@GameHistoryOrg) February 17, 2022
Han arremetido fuerte contra la gran N y su actitud activa contra cualquier práctica que vaya contra sus intereses. En este caso, preservar los videojuegos que se podrían perder en el cierre de dichas tiendas de una forma poco legal. Lo justo sería que Nintendo hiciese los deberes y nos de los medios para seguir jugando de manera legal -a ser posible, sin tener que pagar una barbaridad por algo que ya compramos en el pasado, algo a lo que ya nos tienen acostumbrados al igual que Sony-.
Porque esto no va de marcas o compañías; se trata de no perder el acceso a juegos que en estas generaciones solo llegaron en formato digital. Y, por supuesto, poder acceder a lo que hemos pagado y tenemos el derecho de poder bajar a nuestras consolas -en este caso, sí que podremos descargar lo comprado, pero ya no podremos adquirir nuevos juegos a partir del próximo marzo-.
¿Habrá alternativas legales ante el cierre de sus tiendas digitales?
Ahora mismo, la mayor preocupación derivada del cierre de las tiendas digitales de las consolas, es la preservación del catálogo de dichas plataformas. Por supuesto, no vamos a perder ningún The Legend of Zelda o juegos protagonizados por Mario; el palo se lo llevarán los juegos que consiguieron hacerse un pequeño hueco y tener el honor de llegar a consolas, aunque fuera solo en digital.
Tantos los juegos en la nube como los que disponen de formato físico pueden -y lo harán- convivir sin problemas, ya que ambos cubren necesidades reales de los jugadores. Ahora nos queda por saber como enfocará Nintendo la problemática presentada, ¿nos traerá catálogo de consolas antiguas de manera accesible?
Y la pregunta que más me ronda: ¿seguirá poniendo palos en las ruedas a las bibliotecas que ofrecen acceso legal a estos juegos? Tanto la gran N como el resto de compañías tendrán que ponerse las pilas si no quieren enterrar para siempre su propia historia, y evitar que el único acceso a muchos de estos juegos que podrían perderse dependa de la piratería. Aún nos queda mucho camino en la correcta preservación de los videojuegos.