No es ninguna sorpresa (por desgracia) ver noticias de intrusismo laboral en los últimos años más en concreto en el mundo del doblaje. No soy un experto en este arte, me gradué en Comunicación Audiovisual y me especialicé en televisión, entretenimiento y ficción, no obstante sí conozco profesionales del sector y algo he aprendido autodidácticamente, no solo en la teoría.
Sin embargo, hay una cosa que sí sé, y es que se ha normalizado ejercer una profesión en el mundo audiovisual sin tener formación ni nada. Simplemente tienes que saber mover números, y si eres capaz de lograrlo, enhorabuena, tienes un hueco en el mundo que tanta pasión me despierta y que lamentablemente apenas he podido trabajar en él.
Esto ocurre en todos los sectores, no obstante el mío es el audiovisual, por lo que me voy a centrar en ello en este artículo. Hoy en día, algunos empresarios creen que puede llamar más al público contratar famosos, ya sean actores, periodistas o cantantes, para poner voz a un personaje, y eso no tiene nada de malo.
Lo malo está en contrata a estas personas sin tener una mínima base ni formación. Ser famoso no exime la posibilidad de trabajar en otros empleos, pero sí debería hacerlo la formación (no sé cuántas veces he dicho ya esta palabra, supongo que quiero dejarla clara). Por desgracia, es el propio público quién ha normalizado esta situación.
Si te fijas, verás que últimamente la publicidad y algunos programas de entretenimiento enfocados a un público juvenil está lleno de influencers. Algunos se podrán defender si tienen formación en cualquier materia audiovisual (por eso he comentado lo de los famosos), sin embargo, en más de una ocasión me he encontrado a gente con estudios muy diferentes ejerciendo un puesto de trabajo para el que yo sí me he formado, entregando cuatro años de mi vida a la carrera y el constante trabajo personal.
Y es ahora cuando pensaréis que la culpa es de los influencers o que qué demonios estoy diciendo, y no. La culpa, considero, está muy repartida: primero en esa parte del público que lo ve con buenos ojos, y segundo en los empresarios que, en vez de querer ofrecer productos de calidad y sobre todo realizados por personas formadas, solo quieren dinero fácil. «Ven a ver esta película, que sale la voz de *inserte influencer o famoso de turno*»
¿Por qué menciono a los influencers entonces? Solo tienes que responderme a esta pregunta, y con sinceridad (no será a mi a quién engañes). Si te viene un empresario y te dice «te voy a dar dinero a cambio de que hagas vídeos, hables y tal», ¿le dirías que no o le dirías que sí?
Una lástima haber llegado a esta situación. Aunque me alegra saber que, en el caso de los profesionales del doblaje, que verdaderamente su arte está menor valorado que el de comunicación audiovisual, tienen el apoyo de la juventud. Quién sabe, igual en unas décadas si esta misma juventud lucha y trabaja en empresas del sector la cosa mejora.
Ah, y un abrazo a quiénes están trabajando en Space Jam 2 y sí tienen formación.