Final Fantasy 7 sin duda fue y es el título más importante del género JRPG, no precisamente porque sea el mejor o tenga una historia de infarto ni nada por el estilo. Lo que hizo grande a FF7 fue su legado, pues fue el título que hizo que Occidente se enamorase del JRPG. Sí, con SNES tuvimos verdaderos templos del género, verdaderas obras que con el tiempo se han convertido en imprescindibles y que me sorprende SNES Switch Online no tenga más que Breath of Fire y su secuela. Sin embargo, ninguno de ellos logró conseguir lo que sí hizo FF7: que se estandarizara y viese con buenos ojos al JRPG.
Especialmente logró que este viviese con fuerza en nuestras tierras, pues empezaron a llegar traducidos, a salir del país nipón, a llegar también a Europa, y no digo que fuese el único que lo lograse, no obstante, sí considero que fue el que mejor logró este objetivo. En su momento vi cómo mi hermano se lo pasó, y de ahí nació mi primer apodo en Internet, Sergirot, pues estaba (y sigo estando) entusiasmado por el personaje de Sephiroth.
Es ahora, en 2021, tras haber jugado la primera parte del polémico remake, cuando me he animado a jugar a la entrega original, y gracias a la versión de Nintendo Switch ha sido toda una gozada. No he tenido que farmear apenas, no he tenido combates cada dos pasos y encima con un pequeño turbo para ir más rápidos. Sí, igual no es la forma «correcta» de jugar, pero qué queréis que os diga, uno se hace mayor y necesita ahorrar todo el tiempo que necesita.
Y jugándolo me doy cuenta… De que el juego en su momento debió ser una locura. Siempre que empiezo un juego retro lo hago con la mentalidad de aquella época, y siento que sí, que en su momento era difícil no enamorarse de un juego así. Habrá envejecido mal, no lo niego, pero gracias a esta versión da gusto poder jugarlo (y a buen precio, de rebajas unos 8€).
Visualmente me encantan los escenarios prerenderizados, aunque los modelos sí que es cierto que los veo feos incluso para la época. Realmente todo me ha gustado, salvo una cosa: LOS MINIJUEGOS.
Por suerte casi ninguno es obligatorio para completar el juego, sin embargo creo que hay un exceso y que no están colocados de la forma correcta, pues cuando menos te lo esperas te sueltan uno. En conclusión, después de completar el 9 y el 15, creo que es una entrega que está bastante bien para lo que se pedía en aquella época, y aunque no haya envejecido bien, es jugable, que es lo importante.