Sé que no es muy habitual, por lo que es posible que este artículo no llegue a ninguna parte. Aún así, siento que debo hacerlo. La televisión ha formado parte de mi vida desde mi adolescencia, cuando una tarde estaba aburrido sin hacer nada y empecé a ver el magacín Tal cual lo contamos de Antena 3, un programa de actualidad con su pequeña ración de cotilleo.
Durante años Antena 3 y Telecinco han sido dos cadenas que han luchado entre sí, no obstante, la cadena de San Sebastián de los Reyes llevaba la desventaja por una razón muy sencilla: su público no quería ver el contenido de Telecinco, y si haces el mismo contenido con otro nombre, lo que haces es defraudar a tu audiencia.
Por ello, en 2011 la cadena dio un giro radical a su programación, donde el concurso Atrapa un millón fue clave. El programa presentado por Carlos Sobera logró lo que nadie había conseguido en meses: superar a Sálvame Deluxe en audiencia. Antena 3 lo vio claro: debía dejar atrás el corazón para centrarse en el entretenimiento. Ello supuso la cancelación de uno de sus buques insignia: ¿Dónde estás corazón?
De este modo, Antena 3, ahora conocida como Atresmedia, empezó a ofrecer una programación variada y plural, no solo en televisión, sino también en radio, prensa escrita e incluso formación. Se trata de uno de los grupos de comunicación más importantes de nuestro país y también de América Latina.
Esta pequeña introducción quiero que sirva para exponer a la cadena de televisión que más aprecio tengo, y en la que en un futuro me encantaría trabajar, ya sea en o para. Y no os voy a engañar, este artículo es por la entrevista a Marc Masip, psicólogo y director del centro Desconecta, que ha expresado su opinión acerca de los videojuegos, donde, sobre todo, destaco estas palabras: “los videojuegos de hoy en día no son ningún tipo de beneficio para el chico”.
Esto me provoca muchas preguntas, ¿lo dice en general o solo para el chico en concreto? Sea como fuera, Marc, si me está leyendo, le invito a leer este artículo sobre Animal Crossing: New Horizons donde explico el por qué ha sido primordial este juego para superar la desesperación que ha generado la pandemia.
En segundo lugar, me gustaría destacar que estas palabras no las ha expresado Antena 3, sino uno de sus invitados. De hecho, los colaboradores se han centrado en hablar de los padres, como se puede ver en este fragmento del programa. Se ha estado criticando al medio de comunicación por desinformación, cuando esta no la ha comentado. Lo que ha hecho ha sido invitar a alguien que ha comentado su opinión, donde yo creo que, en vez de insultarnos y atacarnos, deberíamos hacer lo que se ha hecho al principio: «oye mira, si dices que no aportan nada, te explico yo cómo sí«.
De lo contrario, si lo único que hacemos es atacarnos, insultarnos, despreciarnos y discriminándonos, al final solamente tendremos guerra, tendremos malicia, tendremos dolor. Y es una pena, por parte de ambas. Ahora hemos visto en la televisión un ataque a los videojuegos, y cómo respuesta la comunidad de los videojuegos ha decidido atacar a la televisión. Fuego contra fuego. Muy triste.
En lo personal, sueño con el día en poder trabajar en televisión, y especialmente en Atresmedia, y poder lanzar un mensaje de paz para que todos nos llevemos bien y no nos peleemos. La televisión, los videojuegos, los servicios en streaming, todo lo audiovisual puede (y debe) vivir en paz y armonía, y aprovecharse los unos de los otros para fomentar el consumo de entretenimiento. Separados y remando cada uno por su lado no vamos a nada, pero juntos, remaremos en la misma dirección.
Y aunque sé que es una utopía muy lejana, sueño con el día en que llegue el momento. Antes de cerrar esta columna, no me quiero despedir sin mi alegato para estos temas: sí, existen las adicciones, a los videojuegos, a la televisión, al cine, a los libros, etc. El problema es que unas adicciones se ven como buenas y otras como malas. Y eso está mal.