Compartir

Tales of Berseria es la última entrega principal del aclamado JRPG de Bandai Namco. Lanzado originalmente en agosto de 2016 en PlayStation 3, PlayStation 4 y Steam en Japón, y en enero de 2017 en PS4 y PC en el resto del mundo, se posiciona como una de las entregas más diferentes hasta la fecha con una nueva mecánica de sistema de combate, y una narrativa que apostaría más por los eventos tras una ligera ausencia en la entrega previa, Tales of Zestiria.

Tales of Berseria nos pone en la piel de Velvet Crowe, una protagonista un tanto diferente a lo que nos tiene acostumbrados la saga, cuyo único objetivo es matar al asesino de su hermano: Artorius Collbrande. Mientras avanza la aventura veremos una evolución muy positiva del personaje, aunque ya llegaremos a esa parte más adelante. En el día de hoy firmo esta crítica tras haber completado el juego por cuarta vez, y primera en PlayStation 4.

Jugar la obra mientras iba anotando detalles para después esgrimirlos me ha hecho ver el juego con otros ojos, y aunque sigo amándolo y respetándolo, no puedo engañaros, tiene sus problemas como cualquier otro juego, y no está cerca de ser perfecto ni mucho menos. No obstante, si nos liberamos de ese pensamiento y pensamos en los videojuegos como entretenimiento y aprendizaje, estamos ante una entrega que os puede ayudar en vuestros peores momentos.

[Crítica] Tales of Berseria, aprendiendo a vivir

La historia de Tales of Berseria comienza con una aldea siendo atacada por Deamons, unas bestias que nacen de la malicia de los humanos. Uno de ellos ha jurado darles caza y eliminarlos a todos, convirtiéndose en el Pastor que salvará a la humanidad junto a su Abadía. Sin embargo, la salvación de este mundo requiere de sacrificios, y entre ellos se encuentra el de Laphicet, el hermano pequeño de Velvet.

Al intentar salvarlo de su muerte, ella se convierte en un Therion, un Deamon que se alimenta de Deamons, y es encerrada por tres años en una prisión mientras únicamente genera dolor y ansias de venganza. Tras una serie de acontecimientos, escapa de su encarcelamiento junto con Rokurou y Magilou, y poco a poco irá conociendo la horrible verdad que se esconde en el mundo que sueña algún día la Abadía construir.

La historia está llena de sorpresas y giros inesperados, así como de personajes con una evolución muy favorable, especialmente el de Eleanor, que pasa de ser una fiel creyente a alguien con sus dudas y cuestiones morales. Lo interesante de Tales of Berseria es que sus protagonistas son todos seres despreciados por la sociedad.

Velvet es una asesina y un demonio que causa dolor y destrucción allá donde viaja, el malak Laphicet es un marginado, Eizen un pirata que no sigue las reglas y Eleanor una traidora a la justicia. Desearía poder hablar de Rokurou y Magilou, pero sería destriparos su historia y no me parecía bien.

Por otra parte tenemos escenas bastante fuertes, muy al estilo de Tales of, donde podemos ver violencia bastante arriesgada, como por ejemplo un casi suicidio muy explícito por creencias ciegas, o frases con doble sentido de entonación sexual. Ello siempre ha caracterizado a la franquicia, ya en Tales of Phantasia pudimos ver algunos diálogos aún más explícitos.

Aunque la historia es genial y cuenta con multitud de misiones secundarias que expanden el lore del juego, sí que es cierto que hay algunos problemas con su narrativa. Antes de ello informar de que el estudio ufotable es quién se encarga de hacer las secuencias animadas, y aunque la cantidad es más que aceptable, se habrían agradecido en alguna que otra situación que estas tuviesen su secuencia animada.

[Crítica] Tales of Berseria, aprendiendo a vivir

Los eventos nunca me han supuesto un problema en Tales of, la mayoría suelen ser opcionales, muchos son divertidos, algunos incluso contienen lore importante para comprender mejor no solo la historia sino también a sus personajes, y creo que es una propuesta interesante que les diferencia del resto de JRPG.

Sin embargo, Tales of Berseria lleva esto al límite, dejándonos con gran cantidad de eventos obligatorios (que podemos omitir, claro) en vez de ofrecer una secuencia animada o simplemente que los personajes estén ahí hablando. No pasa en todos los momentos, pero sí que es verdad que más pronto que tarde te acabas dando cuenta de que se abusa mucho de esto y se siente como si “saliese más barato” hacer estas partes así.

Además, aunque son interesantes los opcionales, en más de una ocasión te ofrecerán tres y hasta cuatro de golpe, abusando demasiado y pausando la actividad. Por suerte están dobladas al completo tanto al inglés como al japonés, lo que hace que sean más rápidas de leer, no obstante, se nota algo pesado.

Lo bueno es que contamos con un estilo artístico muy bello y hermoso, con algunas escenografías que nos dejarán con la boca abierta y harán que quememos el botón de captura de pantalla. O al menos esto lo podremos hacer en Steam, porque en PS4 no podremos hacer capturas salvo en ciertos puntos del juego donde únicamente podemos luchar contra hordas de enemigos.

Un detalle a destacar es la falta de innovación en los diseños de los personajes. Es cierto que se ven más nítidos que en anteriores entregas, pero no se nota ningún tipo de evolución, y se mantienen muy fieles a los de Xillia. De hecho se reutilizan demasiados modelos para los NPCs. No es algo ni mucho menos que moleste o sea negativo, de hecho el juego se puede disfrutar a unos estables 60 fotogramas por segundo.

Lo interesante es que la próxima entrega, Tales of Arise, sí modificará su estilo artístico, lo cual confirma la preocupación de Bandai Namco por escuchar a sus fans y tener en cuenta sus opiniones y gustos. Y sobre la música qué no decir: estamos ante una de las bandas sonoras más potentes de todo Tales of.

[Crítica] Tales of Berseria, aprendiendo a vivir

Sus temas tiran más para un estilo de rock eléctrico, aunque los hay de varios estilos. Una pieza a destacar es el tema de Velvet, que sabe transmitir la fuerza y la emoción del personaje, especialmente en su variante “True Will”. La música encaja a la perfección con lo mostrado en pantalla y genera una sensación de inmersión.

Solo tiene un problema, y es que especialmente en las zonas de campo abierto, cuando la pieza musical termina, se queda unos segundos en silencio, y vuelve a empezar. Realmente no se entiende esta decisión, menos en una franquicia de renombre como Tales of, ya que es un error de principiante. Es decir, no es difícil para un compositor mantener en bucle una pieza musical atmosférica.

En cuanto al doblaje, decir que solo lo he jugado en japonés, y aunque no tengo ningún problema con el inglés, sí he escuchado algunas escenas en este idioma, y no termina gustarme la voz elegida para Laphicet, pues le hace parecer un niño bastante pequeño en vez que está madurando como sí se consigue en el doblaje japonés.

Pasando al tema de la jugabilidad, habría que dividirlo en dos partes: la jugabilidad como tal y el sistema de combate. Empezando por lo primero, algo que destaca a Tales of Berseria es la enorme cantidad de tutoriales. Literalmente puedes llevar más de 25 horas de juego y te pueden seguir saliendo tutoriales. La forma de aprender no es muy inmersiva realmente.

A ello se le suma un prólogo muy lento y con poco que decir. No se puede juzgar un JRPG por sus primeras horas ni mucho menos, pero sí puede hacer que algunos usuarios decidan suspender su partida y dar prioridad a otros títulos. Se sigue apostando por puntos de guardado para salvar la partida, aunque en todo momento podremos usar un guardado rápido si tenemos que finalizar la sesión.

Cuenta con un sistema de mejora de equipamiento, distintos minijuegos para divertirnos y poner a prueba nuestras habilidades, y otro sistema de expediciones en el que, cada media hora, podremos conseguir recetas, objetos y accesorios, así como desbloquear una zona secreta.

Las zonas para explorar se dividen en tres: ciudades, campo abierto y mazmorras. De las ciudades no hay mucho que decir, no destacan en nada salvo en algunas conversaciones o eventos para conocer mejor el universo del juego. En cuanto al campo abierto sí que hay cosas a decir, y es que, de nuevo, se apuesta con un mundo interconectado con un mapa de estilo point and click en vez de ofrecer uno plano completamente abierto.

Antiguamente los JRPG funcionaban así, ofreciéndonos barcos o naves más adelante para movernos con mayor libertad y comodidad. Pero en el caso de Tales of Berseria se apuesta por un modelo un tanto diferente. Sí, tiene zonas interconectadas y a la mayoría de sus “continentes” solo se puede ir en barco, pero es aquí donde las zonas con más mazmorras que zonas de campo.

Me explico, además de las típicas zonas de campo, otras se podrían considerar directamente como la mazmorra que toca completar. Aunque las primeras son bastante pasillo, poco a poco irán añadiendo alguna que otra mecánica que utilizar para seguir adelante. Lo negativo es que no resultan ningún tipo de desafío y son una experiencia más ligera (con la excepción de una mazmorra en concreto que, sorpresa, es de agua).

Como propuesta de mejora, sabiendo que una temática del juego es la piratería, habría estado genial ver fases en las que controlamos el barco, ya sea navegando o completando minijuegos Quick Time Event o similares. Es una oportunidad un tanto perdida, y realmente espero que en la siguiente entrega Tales of Arise la exploración sea más ambiciosa.

Aunque estas mazmorras no puedan suponer un desafío, los combate ya son otro cantar. El Liberation Linear Motion Battle System es el nombre que recibe el sistema de combate de Tales of Berseria, y le viene como anillo al dedo. Este sistema se asemeja bastante al hack n’ slash, aunque procura mantener la esencia de lo que siempre ha sido Tales of.

Al principio pueden resultar muy sencillos y no ofrecer ningún tipo de dificultad, no obstante, llegados a un punto no tan alejado, aparecen enemigos más fuertes a los que hay que respetar, porque si cometemos varios errores podemos perder, y tendremos que empezar desde el último punto de guardado.

Una vez tengamos contacto con un enemigo entraremos en la arena de combate, la cual es bastante fiel a la localización donde nos encontremos, en vez de una zona estándar para cada combate. Cada personaje tendrá su propio medidor de Sobrelímite, lo cual es un acierto pues ya no se comparte entre todos, y así la CPU puede activar las artes místicas sin tener que dar nosotros la orden.

[Crítica] Tales of Berseria, aprendiendo a vivir

Cambiar en mitad del combate a otro personaje es bastante cómodo, no se puede hacer siempre que quieras sino que necesitas tener mínimo un punto BA, y elegir el adecuado hará que el combate sea más sencillo de ganar. Por ejemplo Magilou es perfecta con enemigos que usan magia porque la puede “absorber” para generar un ataque más poderoso, mientras que Eizen es más efectivo con los físicos.

Una de las quejas que se tiene sobre este sistema es la monotonía de pulsar botones para atacar, pues aquí deberemos crear varias combinaciones para alternar entre ataques normales, especiales y hechizos. No obstante creo que esto solo ocurre con Velvet. Si te animas a probar al resto de personaje y usarlos todos descubrirás que es un sistema bastante más profundo e interesante de lo que parece a simple vista.

En mi opinión personal creo que Tales of Berseria fue uno de los grandes opacados del 2017. Cierto es que ese año fue muy potente para la industria, de hecho creo que a Persona, tal vez, le habría hecho más falta esa popularidad, pero no creo que sea necesario ignorar al cuento de Bandai Namco como se le hizo.

[Crítica] Tales of Berseria, aprendiendo a vivir

Sin duda es un JRPG que cualquier amante del género disfrutará y que le invito a no perderse. Tiene sus fallos por supuesto, sin embargo, como he comentado al principio, si tratamos los videojuegos como obras de entretenimiento y aventura personal, estamos ante un título que difícilmente podremos olvidar.

Lo jugué en un momento muy delicado en mi vida, estaba pasando por una depresión y perdí la fe en muchísimas cosas. Por suerte, tuve el placer de conocer a Velvet y vivir su historia, la que me tuvo pegado a la silla y completamente enganchado. Cuatro veces han sido las que he disfrutado el juego, y cuatro han sido las veces que no he podido evitar llorar nada más empezar los créditos.

Es demasiado para mi. Porque Velvet me enseñó que, a veces, es más importante seguir la llama que arde en tu corazón que seguir lo que dicta la razón. Que es más importante quererse a uno mismo y no preocuparse por las críticas y desprecios de la sociedad. Que a veces uno tiene que hacer lo que debe hacer para cumplir sus objetivos, pero que no puede por ello abusar de las demás personas.

Velvet Crowe se ha ganado mi corazón y siempre seré fiel a sus enseñanzas. ¿Por qué crees que vuelan los pájaros? Después de 50 horas de juego, completando las secundarias y explorando todo, conocerás su respuesta que, sin duda, era más obvia de lo que parecía. Y no nos damos cuenta hasta que nos lo dice.


Compartir

Por Sergio Ortuño Fernández

Graduado en Comunicación Audiovisual. Escribo en VidaoPantalla y opino en YouTube. Guionista, doblaje, locución y presentación de radio y TV. Shergiock@gmail.com

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *