Ori and the Blind Forest es un videojuego de aventuras y plataformas de estilo metroidvania desarrollado por Moon Studios. Tras un año de arduo trabajo, tanto la desarrolladora como el título fueron adquiridos por Microsoft Studios. Su lanzamiento se produjo en marzo de 2015 en PC y Xbox One, logrando un éxito de crítica y público totalmente arrollador.
Tal vez por ello, un año después de su lanzamiento, se puso a la venta una edición definitiva con nuevo contenido. Esta edición también fue lanzada en Switch en septiembre de 2019, en una nueva colaboración de Nintendo con Microsoft, al igual que sucedió con Cuphead meses atrás. Aprovechando que su segunda parte, Ori and the Will of the Wisps, ya está entre nosotros, no es un mal momento para disfrutar del título inicial. Echando la vista atrás nos preguntamos, ¿era realmente tan bueno?
El juego nos introduce en su mundo de una forma que conseguirá atraer nuestra atención desde el primer momento.
Ori and the Blind Forest Definitive Edition comienza con el Árbol del Espíritu actuando como narrador de la historia. Un día, nuestro protagonista cae desde el árbol al bosque Nibel durante una fuerte tormenta. La criatura, sola y asustada, es adoptada por Naru, que cuidará de Ori como si de su propio hijo se tratase. Tras un lapso de tiempo, se produce un cataclismo sobre el bosque y éste comienza a marchitarse.
La vida en el bosque Nibel desaparece, y Naru, nuestro único amigo en el mundo, perece junto a él. Ahora Ori tiene una misión: junto a Sein, luz y ojos del Árbol del Espíritu, deberá restaurar el bosque y devolverle su máximo esplendor. Para ello, tendrá que recuperar los elementos del Árbol del Espíritu: agua, viento y fuego.
El juego nos introduce en su mundo de una forma que conseguirá atraer nuestra atención desde el primer momento. A través de una serie de escenas en movimiento, que nos recordarán al comienzo de la película de Pixar “Up”, consigue hacernos sentir auténtica tristeza por lo que estamos viendo. La composición de la música, junto a las escenas y las escasas frases del narrador nos muestran con gran sencillez pero de una forma espectacular todo lo que está ocurriendo en apenas 10 minutos.
La historia, narrativamente hablando, no es nada del otro mundo pero, sin duda, la forma de contarla es un total acierto. Es una excusa para sumergirnos en un mundo repleto de extrañas criaturas, aterradores peligros y mucha magia. Un mundo del que no tardaremos en querer descubrir cada rincón y maravillarnos con cada paso nuevo paso que damos.
Si hay algo que destaque en Ori and The Blind Forest Definitive Edition sobre todo lo demás, éste es su apartado gráfico y sonoro.
Porque si hay algo que destaque en Ori and The Blind Forest Definitive Edition sobre todo lo demás, éste es su apartado gráfico y sonoro. Es complicado describir lo magnífico de su apartado gráfico, que no sólo engloba en estilo artístico, sino también la potencia gráfica. Caminaremos por bosques, lagos, cuevas, zonas de fuego o hielo…no hay dos zonas iguales. Pero cada una de ellas tiene algo en común, sintiéndose como que forma parte de algo más elevado.
Todo es tan bonito y llama tanto la atención, que sólo el hecho de poder formar parte de ese mundo ya es un excusa suficiente para disfrutar del juego. Los modelados de los personajes principales y enemigos, la mezcolanza de elementos 2D y 3D en el entorno, la iluminación y variedad de colores… es incluso más espectacular en movimiento.
En los momentos en los que Ori brilla más en su apartado gráfico es cuando tenemos que huir de una serie de peligros durante un tiempo limitado. La fluidez de movimientos con el entorno y el nivel de detalle de los escenarios es francamente sobresaliente. Tampoco se queda atrás el apartado sonoro, con melodías que pasan de ser sosegadas y increíblemente bonitas a totalmente épicas en apenas unos segundos. Aunque no es la banda sonora más variada que pueda tener un videojuego, se adapta al entorno y funciona de forma excelente.
Algunas canciones, como la del inicio del juego o las de los momentos de persecución, quedarán grabados en nuestra memoria para siempre. Es una de esas veces en las que con no demasiadas variaciones en las melodías, se pueden llegar a conseguir composiciones que realmente parecen hechas para un momento concreto. Nunca cansa oírlas, todo lo contrario.
Probablemente todolo referente al juego nos suene todo demasiado, aunque existe un punto que es quizás las parte más innovadora en cuánto a la jugabilidad: el guardado.
Ori and the Blind Forest es un juego de aventuras y plataformas, pero también es un metroidvania de lo más clásico. Su jugabilidad se encuentra cimentada en las bases de lo que constituye este género y, pese a que no aporta grandes novedades, fluye de forma casi perfecta. En el juego nos encontraremos con un gran mapa que esconde un montón de secretos. Aunque hay áreas diferenciadas, todas están unidas por todo tipo de caminos, sin tiempos de carga entre ellas, salvando algunas excepciones.
Al principio sólo podremos acceder a un par de lugares, pero a medida que vayamos ganando nuevas habilidades, nuestro mundo se abrirá. Tendremos un árbol de habilidades que iremos rellanado y consiguiendo mejoras de diferentes tipo: podrán estar relacionadas con la magia, con nuestra habilidades físicas o con el mapa. Las mejoras sólo podrán desbloquearse por orden, aunque siempre podremos elegir entre unos tipos u otros.
Para desbloquearlas deberemos de encontrar puntos de habilidad escondidos en el mapa o acumular puntos de experiencia, los cuáles se consiguen luchando o destruyendo ciertas plantas. También podremos encontrar mejoras de vida y de magia, al igual que los puntos de habilidad, en zonas ocultas del mapa. Hasta ahora probablemente todo nos suene todo demasiado, aunque existe un punto que es quizás la parte más innovadora del juego en cuánto a la jugabilidad: el guardado.
En Ori and the Blind Forest hay unos puntos de guardado específicos a través de cuales podremos teletransportarnos, lo habitual en el género. Pero también existe otra forma de guardado más importante y, esta es, a través de la magia. Utilizando la magia podremos guardar cualquier sitio, facilitando mucho la partida. ¿El truco? Hay que tener la suficiente magia y guardar en un sitio que no sea considerado peligroso.
La curva de dificultad es un tanto problemática. Llegará un momento en el que seremos demasiado buenos.
Aún teniendo en cuenta estas condiciones, el guardado a través de magia será considerado como la opción habitual a lo largo del juego. Esto choca directamente con uno de los putos más comentados del juego: su dificultad. Ori and the Blind Forest no es un juego sencillo, pero tampoco un juego difícil. Y esto es, en gran medida, por su sistema de guardado, que facilita demasiado las cosas. En casi ningún momento he tenido problemas para guardar con magia, no perdiendo gran parte de mi progreso prácticamente nunca.
Moriremos muchas veces, pero si tenemos un guardado semi-automático como éste, nuestro camino será mucho menos problemático. Es cierto que en determinados momentos no podremos poner en práctica esta opción y no pararemos de repetir nuestras acciones, pero se contarán con los dedos de las manos.
La curva de dificultad es un tanto problemática. Los puzzles serán relativamente variados, pero ninguno nos supondrá un gran quebradero de cabeza. A medida que vayamos consiguiendo nuevas habilidades y mejoras, a pesar de que el entorno será cada vez más hostil, llegará un momento en el que seremos demasiado buenos. Las mejoras del mapa nos ayudarán a completarlo todo al 100% de una forma relativamente sencilla, suponiendo cada vez un menor reto.
Pero toda regla tiene una excepción y, en este caso, se encuentra en ciertos momentos en los que deberemos escapar de algo. Son momentos contados, pero la dificultad sube de repente como al espuma. No dejan de ser un acontecimiento de prueba-error, pero teniendo que algunos de ellos no están precisamente al final del juego, podremos pasarlo mal. Exceptuando esto, el juego no es un paseo en absoluto, pero no resultada demasiado complicado completarlo al 100%.
El control, más importante que nunca es un título de este género es prácticamente perfecto. Normalmente no tendremos ningún problema y las muertes suelen ser justas. Hay algún momento en el que sí podríamos pensar que ciertas mecánicas podrían haberse hecho de forma más lógica, pero son las que menos. La duración de Ori and the Blind Forest puede que sea el punto más flojo del título, ya que tardaremos unas 10-15 horas en completarlo al 100%.
No está nada mal y, desde luego, es mucho mejor que alargarlo innecesariamente, pero quizás para un metroidvania sera algo corto. Esto puede ser debido a la inexistencia de jefes finales y a la no demasiada variedad de enemigos, que hace que no nos atasquemos demasiado en ningún momento. Aún así, juego es su conjunto continua siendo muy destacable.
En resumen
Lo mejor:
- El apartado gráfico es espectacular, especialmente en movimiento. Un estilo artístico sobresaliente apoyado por una gran potencia gráfica.
- El apartado sonoro,a pesar de no contener un gran variedad de melodías, contiene momentos de los que nos acordaremos para siempre.
- La jugabilidad, pese a ser clásica en el género, es muy divertida. Disfrutaremos de plataformeo, puzzles, luchas contra enemigos y momentos de tensión.
Lo peor :
- La duración es un punto algo flojo del título, ya que se puede completar fácilmente al 100% en unas 10-15 horas.
- La curva de dificultad es algo irregular, especialmente en los momentos de prueba-error y a medida que vayamos mejorando nuestras habilidades.
- El guardado con magia puede romper un poco el espíritu del título, ya que será demasiado fácil guardar casi siempre.
Como conclusión, Ori and the Blind Forest Definitive Edition es una proeza estilística y sonora que, aderezada con una potencia gráfica envidiable, nos sumergirá en un mundo mágico del que nos costará olvidarnos. Puede que algunos momentos intenten acabar con nuestra paciencia y que no sea especialmente largo, pero es un título muy recomendable para iniciarnos en un género como es el metroidvania. Y, si sois todos unos expertos, no está de más probar uno de los títulos que consiguió resucitar hace algunos años, a un género que parecía de capa caída.
Os dejamos un enlace con el tráiler:
Nota:
Gráficos - 9.6
Sonido - 8.8
Jugabilidad - 8.6
Duración - 7.8
8.7
Como conclusión, Ori and the Blind Forest Definitive Edition es una proeza estilística y sonora que, aderezada con una potencia gráfica envidiable, nos sumergirá en un mundo mágico del que nos costará olvidarnos.