Todavía recuerdo ese momento como si fuese ayer. Un frío 23 de noviembre de 2013 compré la Nintendo WiiU, consola de sobremesa que se convertiría en mi segunda consola de videojuegos favorita sin ninguna duda, y muy difícilmente el puesto pueda ser alterado. WiiU entró en mi vida con un título al que tengo un aprecio muy grande, de una franquicia a la que le debo muchísimo: mi amado The Legend of Zelda: The Wind Waker HD.
Volver a surcar los mares de Hyrule con Mascarón Rojo de nuevo, con un lavado de cara, mejoras en la jugabilidad, con mi Link favorito, escuchando una música maravillosa, reviviendo cientos de recuerdos de mi infancia cuando jugaba a su versión original de GameCube. Por aquel entonces solamente tenía ese juego, pero para mi ya era todo lo que necesitaba (al menos a corto plazo) para ser feliz.
WiiU era lo que yo más quería. Una consola de sobremesa que no necesitase del televisor para jugar. Y aunque años más tarde fue Nintendo Switch la que realmente cumplió dicho sueño, fue WiiU quien escribió los cimientos de cómo deberían ser las apodadas por la comunidad «consolas híbridas». Sin embargo, WiiU, gracias a Switch, escribió una historia todavía más importante no solo para los videojuegos, sino para incluso nuestra sociedad. La historia de una manipulación.
Antes de nada, me gustaría empezar por todo lo bueno que me ofreció (en este artículo voy a tratar mi caso personal) la consola antes de centrarnos en lo que realmente quiero tratar en este artículo. Sin ninguna duda, lo mejor que me ofreció la consola fue un extenso catálogo de juegos que disfruté una barbaridad, más adelante podréis ver la foto con mi colección de videojuegos en físico. De entre todos ellos me gustaría destacar tres de ellos:
El primero es Pikmin 3, juego que deseaba con todas mis fuerzas que existiese, y que gracias a esta consola fue posible. Fue el principal motivo por el que me la compré, ya que Pikmin es una de mis franquicias de videojuegos favoritas, y aunque es verdad que tiene sus fallos, me gusta, lo disfruto, y eso es lo que (me) importa.
El siguiente es Star Fox Zero, juego que me abrió las puertas de Nintendo y no solo pude probarlo antes de tiempo, sino que además fue el primer juego que Nintendo cedió a VidaoPantalla para analizar. Para mi eso fue todo un sueño, un deseo cumplido, y tras lo que sucedió con el juego… Desde luego me sentí más orgulloso todavía de ser un portador de WiiU.
Y el último, como no, esos dos juegos que me cambiaron la vida e hicieron que conociese, más que el amor, la admiración. Cuando conocí a Bayonetta no daba un duro por ese juego, me parecía una japonesada total, muy raro y, sobretodo, muy «poco Nintendo». Ay Dios mío menuda colleja me daba si pudiese volver atrás… Amé tanto al personaje que lloré verdaderas lágrimas cuando se anunció su inclusión en Super Smash Bros. 4. Te amo, Cereza.
Seguramente al ver la fotografía habrás pensado: «Shergiock, yo ahí veo 12 juegos, ¿eso es para ti extenso catálogo?«, y mi respuesta es sí. Debido a mi situación personal al igual que la laboral, mis varias consolas y juegos por terminar, no me gusta tener una estantería llena de juegos que no voy a completar. Para mi, estas doce aventuras (y otras más que viví gracias a amigos con los que intercambiábamos juegos así como otros que tengo en formato digital como The Wind Waker HD o The Wonderful 101, por no dejar de mencionar los juegos de Wii que no tuve la ocasión de probar en dicha consola) fueron más que suficientes para disfrutar de la consola al máximo.
Hay más cosas buenas de las que me gustaría hablar, pero eso hay que dejarlo para otro artículo. Y como no, también quiero hablar de las cosas malas que viví con la consola. Por ejemplo, al tener solamente 32Gb y usar pendrives como memorias externas, cuando empecé a comprar juegos en digital a veces me quedaba sin espacio, e incluso con las actualizaciones de los juegos perdía todavía más espacio. Sí, se soluciona comprando un pendrive más grande, mas no puedo ignorar el problema.
También el stick derecho del GamePad casi se me rompió, pero logré arreglarlo. Y no, no era porque abusé, ya que yo trato bien mis consolas. Además el GamePad, aunque me encanta, no puedo evitar reconocer que ocupa un espacio importante en mi escritorio. Por todo lo demás, no tuve más problemas con la consola. Mi problema fue con toda la manipulación que hubo a su alrededor que, con el tiempo, esas mismas personas que despreciaban y acosaban no solo a la consola sino a sus usuarios hoy muestran su hipocresía sin reparos.
Previo a mi alegato, asegurar lo siguiente. No, si no pudiste comprar WiiU porque no tenías dinero, porque no te llamaba la atención en su momento, porque sus juegos no te decían mucho o porque simplemente no querías la consola, no te sientas aludido por lo que voy a decir. Si, por el contrario, llegaste a odiar, despreciar, reírte del fracaso ajeno y hasta llegar a acosar a sus usuarios, sí, este mensaje es para ti.
A día de hoy, casi tres años después del estreno de Nintendo Switch, todavía siguen llegando más y más juegos de WiiU a la consola, siendo The Wonderful 101 recientemente anunciado como el siguiente. El caso es que durante estos tres años hemos leído cientos de comentarios sobre las ganas que tienen algunos usuarios de que Switch reciba más y más ports de WiiU. Y ese no es el problema. El problema es cuando esos mismos usuarios que despreciaban e insultaban WiiU están deseosos de que su catálogo llegue a Switch.
¿Ahora resulta que sí tenía buenos juegos la consola? ¿Ahora resulta que sí estaba viva? ¿Ahora queréis apoyar a Nintendo después del acoso y derribo que vosotros mismos habéis provocado? No seré yo quién juzgue, mas os invitaría que recapacitaseis sobre lo que habéis hecho durante todo este tiempo y, sobretodo, que una vez hayáis abierto vuestra mente disfrutéis de todo ese arte que hubo en WiiU y que no quisisteis disfrutar.
No hay nada mejor que abrir la mente y disfrutar del arte del videojuego. Yo mismo critiqué en su momento a PlayStation Vita, y a día de hoy es de mis consolas favoritas. A veces debemos equivocarnos para acertar. Porque al final lo importante es que tiempo ha puesto a WiiU en su sitio. En menos de un año desde su lanzamiento, Switch ha ayudado a su hermana mayor a ser reconocida, a que, de repente, «vaya, WiiU era buena consola«.
No quiero meter más leña en el asunto. Ya ha quedado claro que WiiU fue una consola con un catálogo muy bueno, tal vez no el mejor, y tal vez tuvo (y sin el ‘tal vez’) muchísimos problemas de marketing, mas no es necesario ser perfecto para ser disfrutable. Las cosas no deben ser siempre negras o blancas, pueden ser grises. El tiempo ha puesto a WiiU en su sitio, y como amante de la consola, no puedo ser más feliz de verla donde siempre mereció estar, en su sitio, ni más alto ni más bajo.
Disfrutad de WiiU en Switch y de todas las consolas que celebran la existencia y el auge del arte del videojuego.