Cuphead es un videojuego independiente de acción y plataformas desarrollado por Studio MDHR. Los hermanos Moldenhauer comenzaron su complicado desarrollo en 2010, teniendo que hipotecar sus viviendas para poder terminarlo. Tras un E32014 muy prometedor y con el apoyo de Microsoft, el equipo no hizo más que crecer, al igual que el propio juego. Cuphead salió a la venta en septiembre de 2017 en PC y Xbox One. De forma más que sorprendente, también llegó a Nintendo Switch en abril de este año, consolidando la buena relación de Microsoft y Nintendo. El juego ha gozado desde el principio de excelentes críticas y ventas, siendo publicitado sin cesar por la prensa y los jugadores como uno de los juegos más difíciles que han salido en los últimos años. Por ello nos preguntamos: ¿Su éxito se basa en gran medida en su fama de juego para hardcore gamers?
Cuando hoy en día nos proponemos jugar a Cuphead, lo hacemos condicionados por todo lo que hemos oído de él anteriormente. Es algo que suele pasar cuando se tarda en probar un juego muy popular, sin saber si está del todo justificada. En este caso, a pesar de contar con un apartado visual y sonoro muy llamativo, normalmente su dificultad es el tema que más habitualmente se comenta. Cuando esto ocurre, los jugadores más experimentados se frotan las manos creyendo que han encontrado un nuevo reto a su altura. Por el contrario, el jugador medio se siente intimidado pensando que no logrará acabarlo y termina desistiendo en el intento. No será ni la primera ni la última vez que los jugadores subestiman sus capacidades y acaban rindiéndose antes de tiempo y, en este caso, sería un total error.
En Cuphead la historia es una mera excusa pero nos sirve para introducirnos en un mundo muy especial. Presentado como si estuviésemos leyendo un cuento, comenzamos nuestra aventura con la llegada de Cuphead y su hermano Mugman a un casino muy especial. Los hermanos están en racha y emocionados por ganar tantas partidas, desconociendo los acontecimientos que se desencadenarían a continuación. Y es que en el casino regentado por King Dice se encuentra el mismísimo Diablo.Éste les dice que si ganan la última ronda, se convertirán en los dueños del casino, pero, si pierden, tendrán que darle sus almas.
Nunca hagáis tratos con el Diablo
Cuphead, nuestro protagonista, cegado por la ambición, no lo duda en un instante: acepta. Pero, por supuesto, y tal y como esperábamos, pierde. Los dos hermanos le suplican al Diablo que les perdone y éste les propone un trato: si consiguen vencer a sus deudores y llevarse los contratos de sus almas, serán perdonados. Una ardua tarea que nos dará algún que otro quebradero de cabeza. Está más que claro: nunca hagáis tratos con el Diablo.
Cuphead es un juego de acción y plataformas en 2D que nos hará volver al pasado como si nos hubiésemos metido en una máquina del tiempo. El juego entra por los ojos desde un primer momento, con un estilo gráfico y sonoro artísticamente impecable. Y no es para menos, ya que sus gráficos y banda sonora están inspirados de forma sobresaliente en los dibujos animados de Disney de los años 30. Un trabajo monumental en el que tuvieron que dibujar cada fotograma de cada personaje, con todos sus movimientos y transformaciones. Teniendo en cuenta que el juego es una combinación de boss rush y run and gun, el diseño de los enemigos es esencial.
Nos encontraremos jefes muy originales y divertidos que tendrán varias fases y transformaciones de lo más inesperado. Todos los personajes están continuamente en movimiento, como en un baile al son de la música. El estilo visual es una auténtica delicia, y a pesar de ser un continuo homenaje, tiene mucha personalidad. Cada jefe, cada escenario y cada melodía se nos quedará grabada en el cerebro. Vale la pena tomarnos un momento de descanso para disfrutar de las estupendas animaciones, aunque va a ser complicado teniendo en cuenta lo frenético que es el juego. Por su parte la banda sonora está compuesta por melodías que evocan esos tiempos en los que el jazz era el estilo musical de referencia. La música es realmente alucinante, una banda sonora orquestada con montones de temas diferentes, todas tan logradas como pegadizas. Un auténtico espectáculo.
Las mecánicas jugables son muy simples, consiguiendo un juego accesible (al menos en un principio) para todo tipo de público. Cuphead (o Mugman en su defecto) podrá saltar, hacer un dash, agacharse y disparar. Aunque hay un árbol de habilidades propiamente dicho, si que tendremos ciertas mejoras a nuestra disposición. En la tienda podremos comprar diferentes tipos de armas y obtener algunas habilidades pasivas. Para ello tendremos que recolectar monedas, las cuáles encontraremos en las fases de run and gun y otras estarán escondidas en el mapa. A medida que vayamos avanzando, nos encontraremos un par de fases por mundo y algunos jefes a los que tendremos que derrotar. Normalmente tendremos varios a nuestra disposición, evitando que nos quedemos atascados en uno. De todas formas, si nos pasa esto (lo cual es muy probable) siempre podremos intentar conseguir mejores armas o habilidades.
Cuphead es mucho más que la dificultad desmedida de la que se habla, la cuál resulta ser mucho más asequible de lo que podíamos pensar en un primer momento.
Los enemigos tienen punto débiles muy diferentes, por lo que algunas armas serán más efectivas que otras. Lo mismo ocurrirá con las habilidades pasivas: no siempre compensará usarlas. A medida que demos en el blanco irán apareciendo una serie de cartas de una baraja en la pantalla: por cada una que aparezca podremos hacer un disparo más potente, pero si esperamos a tener la mano, podremos lanzar un ataque especial que hará un daño devastador. Aunque a lo largo del juego desbloquearemos un par de ataques más con características diferentes. Cabe destacar también los jefes con fases aéreas, en las que iremos montados en un avión con un armamento específico. Cuando derrotemos a un jefe tendremos un puntuación que dependerá de varios parámetros: el tiempo, los parrys (rebotes en elementos específicos), nuestro nivel de vida al acabar la pelea o los ataques especiales que hayamos hecho.
Con todo esto queda claro que Cuphead es mucho más que la dificultad desmedida de la que se habla, la cuál resulta ser mucho más asequible de lo que podíamos pensar en un primer momento. Hoy en día estamos malacostumbrados a empezar un juego en modo tutorial y que la dificultad vaya creciendo poco a poco. Cuphead supone para el jugador medio un reto desde el primer momento: moriremos sin cesar en todos los jefes a los que nos enfrentemos.
Hay que tener en cuenta que si nos atrevemos a simplificarlas cosas, el juego sólo consiste en disparar y esquivar. El problema es que tendremos que llegar a un nivel de concentración muy alto para aprendernos las mecánicas de los jefes. Todos son rápidos, con transformaciones diferentes en las que cambiarán las mecánicas. Deberemos adaptarnos constantemente al ataque del enemigo, esquivando muchas veces diferentes ataques a la vez e incluso siendo atacados por el propio escenario. Al principio creeremos que no somos capaces de hacerlo todo, pero con perseverancia lo conseguiremos. Este es un factor importante: en Cuphead la perseverancia consigue ser divertida. Es cierto que nos enfadaremos y estaremos a punto de tirar la tolla muchas veces, es un juego difícil, pero no imposible. La fama que arrastra le pesa demasiado, cuando su dificultad no es ni siquiera lo más destacable del juego, el cuál tiene muchas más virtudes.
El título engancha porque a pesar de ser frustrante en muchas ocasiones, siempre es divertido intentarlo una vez más.
El título engancha porque a pesar de ser frustrante en muchas ocasiones, siempre es divertido intentarlo una vez más. Las peleas no sobrepasan los 2 o 3 minutos, pero serán tan frenéticas que parecerán mucho más. Otro acierto importante es que nunca sabremos cuánto le falta al enemigo para morir, ni siquiera las fases que tiene. Sólo lo sabremos cuando muramos, aparecerá un gráfico en el que veremos cuánto hemos conseguido avanzar. Al principio puede fastidiar, pero os aseguro que con esta incertidumbre el juego gana enteros .La duración media suele ser de una 15 horas para completarlo al 100%, aunque siempre podremos probar el aterrador modo experto. Todo será igual, sólo que los enemigos serán aún más rápidos y agresivos. ¿Casi nada no?
Aunque no lo he nombrado hasta ahora, existe un modo fácil en Cuphead. El problema es que no nos dejarán terminarnos el juego, ya que cuando venzamos a un enemigo, no nos dará el contratos de alma. Podremos avanzar hasta llegar casi al final, optando a nuevas fases y yendo a las tiendas. Es bastante práctico si queremos seguir avanzando y quedándonos con algunas mecánicas de los enemigos para después conseguir el contrato. La diferencia, aparte de hacerle más daño a los enemigos, es que no tendrán todas sus transformaciones, obviando normalmente la última. Por lo tanto, no recomiendo nunca sólo avanzar en este modo, ya que nos quedarían mucho por ver y sería un lástima.
También tenemos disponible el modo dos jugadores, en el que podremos jugar con un amigo en local. Es muy caótico y divertido, pero no creáis que es más fácil ya que, en realidad, es bastante más complicado. Los jefes no tienen la misma vida que en el modo un jugador, están adaptados al de dos. Por lo tanto, la dificultad será la misma pero con el añadido de que habrá que pensar aún más la estrategia para vencerlo: ya hay muchos elementos en la fase como para aún encima añadir otro jugador.
Si tuviéramos que ponerle alguna pega a Cuphead o citar algo que no funcione del todo bien, encontraríamos algún que otro fallo no demasiado importante. El control es prácticamente perfecto y los enfrentamientos suelen ser justos, pero a veces hay una sensación de aleatoriedad en la dificultad. Que tal vez en una partida lo hicimos mejor pero morimos igualmente y en otro no lo hicimos tan bien pero el jefe no estaba tan agresivo. De todas formas, es comprensible que a veces pase esto y no supone un fallo notable en su conjunto. Las fases de run and gun, añadidas más tarde por petición de los usuarios, le dan variedad al juego pero no son tan buenas como un buen enfrentamiento con un jefe. A veces podremos sentir que se hacen incluso largas, a pesar de no durar de media más de 3 minutos.
En relación con los jefes, es cierto que no todos pueden ser igual de carismáticos o divertidos, aunque la mayoría tienen un gran nivel. El problema es que a veces el orden en el que nos enfrentamos a ellos no llega a funcionar del todo. Especialmente en el último mundo, en el que hay algunos jefes más asequibles que los del mundo anterior y, en cambio, un par que son de lo más difícil del juego. A destacar el jefe final, que no es, ni de lejos, uno de los más complicados que nos podamos encontrar. No podría terminar sin comentar cierta fase casi en el final que ha desesperado a mucho gente y roto un poco la dinámica del propio juego. Es cierto que se puede hacer un poco latosa, pero no desesperéis, acabaréis dominándola.
En resumen
Lo mejor:
- Cuphead es retante y muy divertido, un juego que puede llegar a frustrarnos pero que no llega a ser tan horriblemente difícil como parece.
- El estilo artístico y la banda sonora son una auténtica obra de arte inspirada en los dibujos animados de los años 30 y en la época dorada del jazz.
- La jugabilidad es prácticamente perfecta, un juego difícil pero justo.
- El modo fácil, tan criticado por no poder acabarnos el juego si lo escogemos, es un soplo de aire fresco si nos quedamos atascados.
Lo peor :
- Nos es un juego demasiado rejugable, no vamos a encontrar nada nuevo, sólo un modo en el que nos harán mas daño y los enemigos irán mas rápido.
- Algunos jefes están ordenados de un forma que no parece demasiado coherente, encontrándonos en el último mundo jefes más fáciles que en anterior.
- Las fases de run and gun cumplen su función de alargar un poco el título y darle variedad, pero no suelen estar a la altura de lo jefes.
- Cierto jefe casi llegando al final que puede suponer un nivel de frustración demasiado alto, corriendo peligro de abandonar.
Como conclusión, Cuphead es, sin duda, una obra de arte. Su estilo artístico y sonoro está tan logrado que hace que sólo queramos comprarlo para poder admirarlo. Su fama de juego difícil está justificada, pero es tan justo y divertido que es realmente muy complicado no seguir jugando hasta acabarlo. Va dirigido especialmente a usuarios a los que les gusten los retos, pero si tenemos un poco de fe en nosotros mismos, puede que consigamos terminarlo. Y es una hazaña que realmente vale la pena.
Os dejamos un enlace con el tráiler:
Nota:
Gráficos - 9.6
Sonido - 9.2
Jugabilidad - 8.8
Duración - 8.6
9.1
Como conclusión, Cuphead es, sin duda, una obra de arte. Su estilo artístico y sonoro está tan logrado que hace que sólo queramos comprarlo para poder admirarlo. Su fama de juego difícil está justificada, pero es tan justo y divertido que es realmente muy complicado no seguir jugando hasta acabarlo. Va dirigido especialmente a usuarios a los que les gusten los retos, pero si tenemos un poco de fe en nosotros mismos, puede que consigamos terminarlo. Y es una hazaña que realmente vale la pena.