[Opinión] Remakes: ¿Se puede vivir siempre del pasado?

¿Cuántas veces habremos escuchado eso de »no podemos anclarnos en el pasado, hay que seguir adelante»? La vida suele ser muy dura a veces, golpearnos con una montaña entera fraccionada en minúsculas rocas que aterrizan en nuestra piel cada vez que pensamos lo de »esto no puede ir a peor». Y es lógico que muchas veces creamos ciegamente en que el pasado era mejor, eramos más felices y, en definitiva, teníamos mucha más ilusión por vivir en vez de intentar crear un futuro mucho mejor. Es normal, las energías se van agotando con el tiempo.

Y, por muy deprimente que os pueda parecer esto, este mismo caso nos ocurre a todos en diferentes aspectos de nuestra vida, incluso en los hobbies como pueden ser el cine o los propios videojuegos. Recordamos con mucho cariño, con mucho mimo, todos aquellos videojuegos de nuestra infancia. El primer shooter, el primer juego en pantalla dividida, el primer juego pasado junto a nuestros padres… al final de todo son recuerdos inolvidables que permanecerán por siempre en nuestra memoria, pues así son nuestros pasatiempos favoritos, experiencias que incluso pueden marcar un antes y un después.

Ahora, ¿y si, (por muy contraindicado que sea) tuviéramos la posibilidad de volver a revivir nuestro pasado de alguna manera? Y, sin que parezca un capítulo más de Black Mirror, ¿y si lo estuviéramos haciendo desde hace un tiempo? Si, ya sé que no es un descubrimiento novedoso, un gran ejemplo son los infinitos live action de Disney o remakes tan esperados como el de Spyro o Crash Team Racing. Elementos que en su día disfrutamos mucho y que ahora vuelven con nueva imagen, sin abandonar su original esencia, pero adaptándose a las nuevas tecnologías y generaciones. Pero, ¿de verdad todo esto llena el vacío que nos deja el propio paso del tiempo?

Personalmente, es inimaginable la sensación de nostalgia e infancia que he sentido al ver reconvertido el circuito Coco Park (mi circuito favorito de Crash Team Racing), ahora dicha pista cuenta con vida propia y es incluso más bonita de lo que la recordaba. Imagino que a todos nos ocurre lo mismo cuando la decisión de rehacer nuestros juegos favoritos sale bien, y es por ello el grandísimo miedo de los jugadores por si sale mal, están en juego muchas emociones.

Pero, pese al miedo, seguimos aferrándonos a dichos remakes con la esperanza de sentir lo mismo que sentimos la primera vez que los jugamos, aunque esto quizás pueda cerrarnos muchas puertas. Me explico: con nuestro pensamiento arraigado de que »los juegos de antes eran mejor», poco a poco estamos obligando a que las compañías arriesguen menos y se centren en revivir sagas que desde hace años permanecían extintas. Que no es algo negativo, pero tampoco positivo. Estamos creando un bucle infinito en el que los que más afectados salen son los valientes creativos que apuestan por IPs nuevas, enfrentándose a miles de críticas y poca confianza por parte de la comunidad cuando aún el juego ni si quiera ha sido lanzado.

Utilizamos los remakes como un parche para el dolor del paso de los años, cuando en realidad lo que deberíamos hacer es pasar página y construir nuevas y fructíferas experiencias para seguir recordando dentro de 20 años más, al igual que lógicamente haríamos en otras situaciones de nuestra vida.

Eso si, ¡que nadie nos quite el derecho a jugar a Final Fantasy VII Remake! Maldita nostalgia…