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La inolvidable obra maestra de Clover Studio, Okami, consigue un segundo récord Guiness 12 años después de su lanzamiento

Hace ya demasiado tiempo fue lanzado un juego que mezclaba aventuras, cultura tradicional japonesa, gráficos estilo acuarela y cel-shading y un mundo con mucha personalidad. Un título que tuvo muy buenas críticas y que incluso fue comparado con la saga The Legend of Zelda. Y es que Okami tenía y sigue teniendo mucho carisma, algo muy complicado de conseguir.

Tal y cómo ha comentado la propia Capcom, Okami ha logrado ser el videojuego más aclamado por la crítica protagonizado por un personaje animal. Recordemos que en Okami encarnaremos a la diosa Amaterasu, encerrada en el cuerpo de un magnífico lobo blanco.

Pero este no es el único premio conseguido por el juego, ya que en 2006 consiguió el récord de juego del año con peores ventas. Desde luego un récord verdaderamente injusto para un juego realmente excepcional, que desprendía belleza y magnetismo por los cuatro costados, pero que no consiguió captar el interés de los usuarios.

Aunque Okami salió originariamente para Playstation 2, fue en la Wii la plataforma en la consiguió destacar un poco más. Adaptando el juego al quizás algo controvertido control de movimientos, consiguió una alianza nada despreciable con la propia Nintendo. Fruto de ello lanzaron Okamiden, una secuela directa que salió para Nintendo DS en 2010. Desafortunadamente, después de aquello no vieron económicamente viable seguir sacando juegos basados en el universo de Okami.

Para rememorar un título ya considerado como de culto, Capcom lanzó una versión HD del juego  para todas las plataformas. Una versión presentada como la definitiva del gran juego que fue Okami hace ya 12 años. Una obra maestra que nunca dejaremos de intentar reivindicar.


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Por Leticia Martínez Páramo

Apasionada del cine, la música y los videojuegos. Cuando me dijeron que la princesa estaba en otro castillo, el momento en el que empecé a pasear por Hyrule, el miedo que sentí cuando llegué a Raccoon City... Fue cuando supe que me había perdido para siempre.

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