Actualmente en el mercado videojueguil contamos con gran variedad de géneros de videojuegos: deportes, shooters, plataformas o estrategia entre otros, cada uno con sus cualidades y una gran horda de fans detrás. Pero quién iba a decir que, siguiendo el ejemplo del SimSoc, un juego de simulación social empleado para dar clases en universidades, en 1974 naciera ‘Dragones y Mazmorras‘ uno de los orígenes de los juegos de rol. Y es que, ¿quién no ha oído hablar al menos una vez en su vida del juego que revolucionó los clásicos juegos de mesa?
Tras ello, aquello de manejar a algún personaje u objeto del que desconocemos cualquier dato se convirtió en ‘Soy Barbabronce, rey de los enanos, furia de los titanes.’ E incluso muchos dejaban volar su imaginación y para presentar a su personaje citaban hasta sus gustos gastronómicos como la pizza con piña. La pregunta es, ¿para qué querían saber quién eras los demás jugadores? Resulta que este nuevo género que resurgió permitía a los protagonistas interpretar un papel, ponerse en la piel de algún personaje, ser sus ojos y sus oídos, guiar sus pasos en una historia al azar, a veces inventada por el mismo narrador. Todo ello a la vez que íbamos mejorando nuestras habilidades o, más bien, el número de dados que podíamos tirar en nuestro turno. Un antes y un después.
Por supuesto tarde o temprano los ya nombrados juegos de rol o de la abreviatura del inglés RPG llegaron a las pantallas de todas las videoconsolas, un gran ejemplo es la tan preciada saga Final Fantasy. ¿Pero qué hacía y hace tan especial a este género? Ya dejando de lado lo de que tomamos el papel del protagonista o del personaje que hemos creado, no solo nos ponemos en sus zapatos, sino que hacemos de él lo que nos plazca como cambiarle la armadura, armas, gemas, ataques… gracias a infinitas combinaciones así como disfrutamos de su evolución durante el juego, lo vemos crecer poco a poco y mejorando como si fuera nuestro propio hijo, lo que convierte esta experiencia videojueguil en algo totalmente inmersivo y rico en quehaceres, algo con lo que pasar horas y horas jugando y ver hasta donde podemos llegar.
Ser otras personas, escapar por un momento de la realidad y ser los héroes montados en chocobo que siempre hemos querido ser. Os suenan todas estas características, ¿verdad?
Y es que por mucho que los tiempos cambien, los RPG han sido un gran paso para la humanidad, y muchas de sus facetas las encontramos actualmente en la mayoría de videojuegos con historia. Nos permiten ser magos, curanderos, auténticos guerreros, vikingos… podemos ser todo lo que queramos y más y es por ello que este es, y siempre será, uno de los mejores géneros de videojuegos de la historia.