AER: Memories Of Old
Narrativa - 8
Gráficos - 7.5
Música y Sonido - 8.5
Jugabilidad - 6
7.5
Notable
Una obra breve para disfrutar con los sentidos y provisto de un apartado artístico precioso y sencillo.
Somos conscientes que el medio del videojuego ha madurado a lo largo de todos estos años y que lo que antaño se conocía como una mera forma de entretenimiento sin disonancia ni consonancia ahora ha mutado en una forma de arte por la cual un director puede transmitir un mensaje de múltiples maneras.
Dentro del género de los indies es muy común ver al videojuego como un vehículo artístico que plasme las ideas e inquietudes que de otra forma no podrían materializarse. Tal es lo que ocurre con AER: Old Of Memories, una aventura de puzzles y exploración venida de la mano de Daedalic Entertaiment y Forgotten Key que analizaremos a continuación.
Historia – La sombra de un pasado descorazonador
En esta aventura tomamos el rol de Auk, una joven que se despierta en una cueva sin saber nada de lo que le rodea. Tras recoger un farol descubriremos que habitamos un mundo que se ha hecho pedazos en un pasado lejano y que nuestra tarea será destruir a la sombra que se cierne sobre él para que puedan elevarse los cimientos de su recuperación.
A diferencia de lo que estamos acostumbrados, AER nos exime de elementos en pantalla, guías y cualquier indicativo de lo que tengamos que hacer o entender. Tal es así que la historia se desarrollará de diferentes formas alejadas del formato tradicional concentrado y encauzado. Por ejemplo, los scrolls que encontramos en altares diseminados por las islas nos hablan de las batallas y catástrofes acontecidas en el pasado. Los espíritus animales, de los pocos seres animados que encontraremos a lo largo de la aventura, también recordarán los viejos tiempos para nosotros y así un pequeño etcétera de pequeños elementos totalmente opcionales que sirven a su vez de incentivo para la exploración, motivando nuestra curiosidad por saber más de la historia de este colorido mundo que pisamos.
Sin embargo, el videojuego utiliza otros recursos para desarrollar su narrativa. Cosas como el perpetuo sentimiento de soledad que nos rodea, enfatizado con el sonido del viento, un cielo espacioso salpicado de algunas nubes e islotes de tierra provistos de ruinas de civilizaciones desconocidas para nosotros… Pero aupado de una paleta de colores muy vivos con claro predominio de los rojos, verdes y azules que simbolizan una esperanza pequeña pero próxima.
No obstante, la actitud pesimista de los diferentes Espíritus animales que nos encontramos nos evoca un atisbo de tensión en la trama. Nos hacen dudar de nuestro propósito y de nuestras capacidades, lo que se recurre de nuevo a ese mensaje de soledad que os hablamos al inicio. Nosotros contra un mundo que ya no existe. Un mensaje claro que nos llega a través de los sentidos y no de las palabras, lo que significa que los chicos de Forgotten Key han sabido explotar bien las mecánicas del título para transmitirnos lo que ellos querían.
Gráficos – Ligereza y colorido, buenas armas a tomar.
Usando el estilo gráfico “cartón-piedra” visto anteriormente en obras como Godus o Shelter, la fuerza gráfica de AER reside en el color, una distribución de colores que ensalza los vivos en predomino de los oscuros, los cuales hacen acto de presencia en cavernas y templos y que mitigaremos con el destello de nuestro farolito. Los diseños de los espíritus animal nos recuerdan a obras recientes como Zelda: Breath Of The Wild y se nota que toma mucha inspiración del mismo también para la recreación de las ruinas urbanas o los ropajes de nuestra protagonista. En vista de esto no es que estamos ante una inspiración revolucionaria, pero las estampas que nos dejan las islas mientras las sobrevolamos o cuando atravesamos las nubes titánicas a toda velocidad son para echar la lagrimilla de la felicidad.
Sonido – El placer de la ausencia
Ya que partimos de un juego cuyo mensaje es el de la soledad y un mundo que se ha venido abajo hace muchos años, la Banda Sonora era de esperarse que jugase con la exaltación de este sentimiento. Pues la verdad es que juega a dos bandas, por una parte, la ausencia total de música cuando estamos dentro de los templos o cuevas sirve para concentrarnos más a la hora de enfrentar los retos que atesora, por la otra, el mensaje de la esperanza resuena cuando estamos en el mundo abierto y echamos a batir las alas. Temas alegres pero tranquilos, que invitan muchísimo a disfrutar del viaje a través de las nubes y la tierra desquebrajada, todo un acierto que convierten a la simple mecánica de volar en una travesía llena de inspiración.
Jugabilidad – Enfréntate al vacío
Auk es una chica recién nacida y sin memorias. A primera vista parece una víctima que va a ser devorada por un mundo condenado a la ruina. Sin embargo, el juego la provee de una ligereza que hace de su control una mecánica importante para casi todo lo que rodea al videojuego. Cada paso que damos con ella, salto o caída al vacío sentimos que su peso no dista del de una pluma y es una sensación que se combina perfectamente con la libertad del mundo y que hace de la exploración algo ameno y hasta casi instintivo.
Esta sensación de la gravedad es minimalista pero se vale para crear un control magistral una vez la joven Auk toma la forma de su espíritu animal, el pájaro, el cual puede surcar los cielos en cualquier momento que queramos siempre y cuando estemos fuera de un escenario cerrado. Como digo, volar en este juego es una gozada, el control bebe de simuladores aéreos como Ace Combat pero siendo 1000 veces más simple e intuitivo. Podremos realizar caídas en picado, planear, acelerar con aleteos, virar con los sticks RT y LT e incluso dejarnos llevar por las diferentes corrientes de aire que salpican los cielos del mapa.
El mapa, ya que lo hemos mencionado, es la única opción que tenemos en el juego en forma de menú por decirlo así. Accederemos a él pulsando el botón Y y nos muestra los diferentes archipiélagos aéreos que podremos visitar volando en tiempo real. En un inicio el mapa está desprovisto de indicaciones o señales, pero conforme vayamos explorando y descubriendo nuevas zonas se irán añadiendo dibujos de las islas más representativas de cada archipiélago para que las reconozcamos enseguida.
En cuanto a la exploración a pie, las diferentes islas guardan secretos de todo tipo: los mencionados scrolls con retazos de la historia del pasado, resquicios de almas humanas que podremos visualizar con el farol (una mecánica que habíamos visto ya en The Witcher 3) que retratan momentos previos a su muerte, localizaciones históricas como batallas, ciudades derruidas, ídolos vencidos por el paso del tiempo, construcciones que se caen a cachos… Algunas de ellas hablan por sí solas para rellenar huecos en la trama que nos dispensan los scrolls o los espíritus, otras nos desbloquean logros para recompensar nuestras ganas de explorarlo todo.
Por último, está el objetivo principal del juego y otra de las partes importantes de la jugabilidad: Los Templos. Siguiendo el eterno legado que nos ha dejado The Legend Of Zelda, tendremos que ir visitando varios templos una vez hayamos conseguido sus respectivas llaves en diferentes cuevas diseminadas por doquier con la tarea de recomponer los 3 fragmentos de la llave del Templo del Creador, o lo que es lo mismo, la localización final del juego donde tendremos que confinar de una vez por todas al Dios del Vacío antes de que despierte y consuma lo poco que queda del mundo. Los Templos nos proponen pruebas sencillas y puzzles de bastante lógica para llegar a su cámara secreta, donde se encuentran los Dioses de los Sueños, la Realidad y el Ocaso para servirnos con sus respectivas partes de la llave.
Los retos creemos que pecan de una sencillez extrema, aunque son muy acertados a la hora de tirar de la lógica del jugador sin necesidad de ninguna pista o guía. Las únicas ayudas que tendremos son un mini-tutorial con los controles de vuelo y pistas algo obtusas sobre el paradero de los Templos que nos soltará el Espíritu del Kyubi una vez consigamos cada respectiva llave.
Optimización y Duración – El Gordo y el Flaco
Siendo un juego de corte indie y de diseño minimalista era lógico pensar que tendría una optimización más que aceptable y la verdad es que sí. Aunque no son muchas las opciones disponibles para modificar, son suficientes para conseguir que el juego brille de forma espectacular en cualquier gama de equipos. Además permite resoluciones 2K y 4K, moverse a 60 frames por segundo e incluso determinar el rango de las sombras.
Por otra parte, su duración es escasa, demasiado escasa. Si decidís ir a tiro fijo (siempre y cuando seáis buenos orientándoos y deduciendo donde están las cosas) el juego lo acabaréis sin complejidad en 2 horas, por la contra, si optáis por dejaros llevar pos su afán de exploración intentando encontrar todos los resquicios del lore posibles, logros y demás puede que la duración ascienda una o dos horas más.
La verdad, dada que la dificultad de los puzles es muy baja y que no hay enemigos, se esperaba que la importancia estuviese centrada en la cantidad de templos a superar pero 3 se hacen muy muy escuetos, dejando a AER como una experiencia minimalista más en lo breve de su experiencia que en el mensaje que nos proyecta.
Conclusiones – Arte en movimiento
Aer: Memories Of The Old es como vislumbrar un cuadro con vida propia. Es precioso, la sensación de libertad y ligereza está fetén y la forma en la que el mismo juego se vale de su medio para transmitirnos su mensaje y sus ganas de que lo exploremos es magnífica. El punto negro viene en la brevedad de su duración y el escaso desafío que proponen sus puzzles y templos, con un pico superior de dificultad en los puzzles y uno o dos templos más a superar habría quedado una experiencia más redonda y adecuada a los 15 euros que cuesta.
El juego se estrena este 25 de octubre en Steam, GOG, PS4 y Xbox One al precio de 15 euros. La versión analizada ha sido la de PC (Steam) y la clave ha sido cedida por Dedalic Entertaiment.