Valve lucha para contener una práctica que se está volviendo muy común en el mercado de los videojuegos, consistente en boicotear ciertos títulos sin tener en cuenta la calidad de los mismos, basando sus críticas en políticas o declaraciones de la empresa.
Este tipo de práctica ya vino mucho antes de los videojuegos y recibe el nombre de boicot. Es usada a modo de protesta y manifestación para expresar el descontento de un colectivo, dejando de comprar ciertos productos o prescindiendo de determinados servicios. De esta forma se ejerce presión sobre una entidad corporativa.
A través de la plataforma Steam los usuarios pueden hacer críticas sobre los juegos, ayudando a otros a guiarse por sus valoraciones a la hora de decidir si adquirir o no el producto.
Tras la polémica entre el estudio Camposanto y el afamado youtuber Pewdiepie, muchos son los que a modo de protesta han atacado el juego de la compañía, el aclamado Firewatch, lanzando centenas de críticas negativas. Esta práctica ha influido gravemente en la nota media del juego por parte de la comunidad.
Valve quiere solucionar esto añadiendo en Steam un historial de análisis, dejando a los usuarios ver las críticas recibidas en intervalos cortos de tiempo, tratando de reducir los daños causados por este tipo de boicot.