Historia - 8.5
Jugabilidad - 8.5
Sonido - 7
Gráficos - 8.5
Duración - 8.5
8.2
Assassin's Creed fue una revolución y con razón. La ambición del título está a la altura de su acabado a pesar de sus fallos, que aún así no consiguen manchar el juego.
Si hace unos días ya analizábamos un juego de inicios de la PlayStation 3, en esta ocasión le toca el turno a otro que salió a la venta tan solo un par de meses más tarde: Assassin’s Creed. Ubisoft Montreal no necesita presentación, pues ya había realizado con anterioridad varios juegos de la saga Splinter Cell y Rainbow Six, así como los Prince of Persia aparecidos para PlayStation 2. Con estas sagas en sus espaldas, cabía darle un voto de confianza para con su nuevo título ya convertido en franquicia anual.
Assassin’s Creed comenzó como un proyecto ambicioso y que pretendía tanto llegar a las masas como interesar a esos jugadores que buscan «algo más», y lo cierto es que lo consiguió, sus más de 10 millones de copias vendidas entre PlayStation 3 y Xbox 360 lo demuestran.
Historia
Esta es un arma de doble filo. Por un lado tenemos la historia del Altair, el asesino, la cual se sitúa en la época de los cruzados y que se nos contará cada vez que Desmond se introduzca en el Animus, y por otro la del propio Desmond, que se nos plasmará cada vez que este salga del aparato antes mencionado, una suerte de máquina futurista en la que el sujeto que la use puede acceder a la memoria de sus antepasados, pues esta se queda guardada en los genes. Esto nos lo explican nada más comenzar el título tanto Warren Vidic como Lucy Stillman, que serán los que traten con Desmond.
Me sentí extraño con la historia. Quizá fui yo, pero me pareció bastante más interesante lo que le pasaba a Desmond y la trama de corrupción y engaños del momento «actual» del juego que la de Altair, o al menos así fue hasta la mitad del título, cuando la trama del asesino se vuelve más oscura e interesante. Con esto quiero decir que el juego empieza lento, muy lento, y quizá eso le haga perder puntos, sobre todo con los jugadores más impacientes para los que la jugabilidad no sea suficiente.
Jugabilidad
No soy capaz de contar la cantidad de títulos -dejando fuera la propia saga Assassin’s Creed, claro- que han copiado una o varias mecánicas del título original de Ubisoft, y es que para el tiempo en el que salió, si bien no era totalmente novedoso, incluía de una manera muy efectiva varios conceptos que o bien no habían sido explotados antes o bien no existían, como podían ser el sigilo, el combate con varias armas cuerpo a cuerpo e incluso a caballo, la habilidad de trepar a tejados o torres, entre otros. A esto se le une la capacidad de recorrer toda la ciudad por los tejados aprovechando la agilidad de asesino de Altair, lo que nos proporciona una doble visión de la misma ciudad.
Como todo juego, hay fallos que se podían haber subsanado. Visitaremos varias ciudades en el juego, y lo haremos por partes, por desgracia. Cada ciudad estará dividida en 3 barrios, y cada vez que vayamos se nos abrirá un barrio nuevo pudiendo recorrer ese además del resto de la ciudad que ya hubiera sido abierta previamente. Todo esto se excusa con el Animus y el bloqueo de tus propios recuerdos, pero es ciertamente molesto querer explorar una localización y que no se te permita hasta que el juego esté muy avanzado -no es lo mismo que el concepto mapamundi de los RPG o los MetroidVania-
Por otra parte el juego pierde enteros debido a su repetición. Si algo define, por desgracia, al primer Assassin’s Creed es la repetición de sus mecánicas una, y otra, y otra, y otra vez. En cada barrio hacemos las mismas misiones y pasamos por las mismas situaciones, tan solo cambiándonos los protagonistas y las conversaciones que podremos fisgonear o escuchar en plena calle.
Sonido
Sin duda el peor apartado del juego. Si Ubisoft se hubiera esforzado más en conformar una banda sonora más extensa de la que tiene sin duda el título habría brillado más de lo que ya lo hizo. No hay duda de que el sonido del combate y el ambiente te mete tanto en el Reino como en cada una de las localizaciones, pero el problema reside en que, como ocurre con la jugabilidad, se repite. Las conversaciones que podemos oír cuando caminamos por Jerusalén o Acre son muy similares vayamos en el momento de la memoria que vayamos, y los comentarios de los ciudadanos son que menos que pobres, dándonos una sensación de estar más en un ambiente artificial que una ciudad que Altair recuerda punto por punto.
Gráficos
Ubisoft supo explotar al máximo lo que daban en 2007 tanto la PS3 como la Xbox 360. Los modelados tanto del Altair como de las localizaciones del título se sienten realmente bien, y me sentí realmente impresionado cuando, por ejemplo, entramos o salimos de carros o montones de paja que puede haber por las calles y que nos sirven para escondernos, dado que estas salen disparadas cuando entramos o se desprenden poco a poco cuando salimos. Incluso las físicas del caballo están bien medidas en el tema gráfico y si parecen animales de verdad, algo que no muchos títulos logran conseguir.
Duración
Otro de los puntos fuertes del juego. Si nos centramos en la historia base sin pararnos a explorar todo lo que nos ofrecen las distintas ciudades y el Reino podemos terminar en no más de 15 horas, pudiendo llegar a las 18-19 si nos dedicamos a hacer todas las misiones extra y aumentando aún más la duración para los jugadores que quieran conseguir el 100% -la búsqueda de los estandartes es una auténtica odisea-. Con esto, el juego consigue ser lo suficientemente largo para agradar pero no tanto como para acabar cansando demasiado.
Conclusión
Es un imprescindible en tu catálogo de PlayStation 3 o Xbox 360. El inicio de una de las franquicias más famosas del mundillo actualmente y que marcó tendencias en la pasada generación.
Yo tengo dos problemas con este juego, uno es lo repetitivo que es, incluso mas que un musou (creo que exagere un poco) y el otro es que el contro en pc con el teclado y raton me parece muy incomodo