Muchas personas siempre acusan a los videojuegos de no ser productos culturales. Sin embargo, tenemos que hacernos una pregunta: ¿qué es cultura? Seguramente cuando hablamos de cultura siempre pensamos en libros, ciencia, religión, arte e historia. Y no niego que estas corrientes sean culturales.
Hemos tocado un tema clave, el arte. Tenemos claro que esto es cultura, por lo tanto, tenemos una segunda pregunta: ¿qué es arte? Un cuadro, una escultura, un libro… Pero, ¿por qué no los productos audiovisuales? Televisión, cine, videojuegos, música… Todo esto puede entrar.
Si un libro tiene una trama muy interesante, ¿por qué no puede ser arte un videojuego con una trama igual de interesante? Como Vida o pantalla es una web de videojuegos, voy a centrarme más en este apartado, y voy a dejar la televisión y el cine atrás.
Los videojuegos son cultura porque tienen las mismas características que un libro. Una trama, unos personajes y unos escenarios. Eso en cuanto a las tramas. En referente a la imagen, si un cuadro de un paisaje nos parece arte, ¿por qué no un paisaje de un videojuego? Y con la música pasa lo mismo.
Si los libros nos parecen arte por su trama, si las imágenes nos parecen arte por lo que representan, y la música nos parece arte por lo que expresa, ¿por qué no un producto que une esas tres cosas no puede ser considerado arte? Muchas personas siempre usan la excusa, poniendo a Grand Thef Auto como el único ejemplo, a la violencia que ejercen los videojuegos (además de las escenas sexuales y la presencia de drogas, armas y actos ilegales).
Sin embargo, si Grand Thef Auto hubiese sido un libro, ¿habría tenido el mismo respeto? Claro que sí. Porque es un libro. Si la violencia, las armas, las drogas, el sexo abusivo, y todo acto ilegal posible aparece en un libro sí es arte. Pero si sale en un videojuego es incluso un ataque a la cultura. ¿Por qué? Me encantaría responder a esta pregunta. Y aquí tenemos un problema, y es que siempre se acusan a los videojuegos de los causantes de todos los delitos que puedan hacer los jóvenes.
Hace unas semanas vimos la noticia del adolescente que acabó con la vida de una profesora con una ballesta. Al momento, la culpa era de la televisíón, de los videojuegos y del capitalismo. Esto se debe a que el chaval era un gran fan de The Walking Dead. Pero, ahora pregunto, si este joven hubiese dicho que leía libros en los que aparecían ballestas, ¿sería culpa de los libros?
«No, porque los libros con arte y cultura, el chico solamente está loco«. Esa sería una respuesta de las personas que afirman que los videojuegos no son cultura. Por lo tanto, lo único que están mostrando en una falta de tolerancia y respeto.
Y a ello le sumamos la discriminación. Volviendo al tema que nos ocupa. Los videojuegos, como he dicho antes, unen tres conceptos de arte, historia, imagen y sonido. Por lo tanto, ya debería quedar claro que son arte. Sin embargo, ese no es el problema.
El problema es la negación de estos autodenominados «intelectuales» que siguen sin aceptar la realidad. Mi pregunta es: ¿leer libros te hace mejor persona? No, y jugar a videojuegos tampoco. Ser buena persona significa que toleras y respetas las decisiones de todo el mundo. Y estos «intelectuales» siguen empeñados en que no, que leer libros hace a uno mejor persona y lo hace más culto.
Y ahora pregunto a los jugadores: ¿habéis aprendido algo de los videojuegos? ¿Habéis sentido algo con los videojuegos? ¿Superasteis vuestros miedos jugando a The Legend of Zelda? ¿Aprendisteis a trabajar en equipo con los juegos online de estrategia? ¿Os interesó el mundo de la biología con Resident Evil o el de la abogacía por Ace Attorney?
No niego, al contrario que los «intelectuales», que en los libros no puedas aprender estas cosas. Pero tener el control absoluto del personaje y poder ver qué pasa con él y qué le ronda por la cabeza es clave. Solamente tenemos que jugar a The Walking Dead The Game, donde nos meteremos desde el primer episodio en el juego.
Todo en este mundo puede ser cultura. Una cosa es que nos guste o no nos guste, pero el hecho de que algo sea cultura no lo podemos obviar.